jueves, 22 de abril de 2010

AVATAR. ABRIENDO LA CAJA DE PANDORA.


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James Cameron llevaba 4 años anunciando que su siguiente película, “Avatar”, iba a suponer un antes y un después para la historia del cine. Su anunciada revolución tecnológica ha sido fuente de debate en estos últimos meses, mientras que la película pasaba de ser conocida como la más cara jamás producida en Hollywood, a sobrepasar el récord de recaudación del propio Cameron con “Titanic” y asentarse como la cinta más taquillera de la historia del cine. Pero, ¿qué tiene de especial esta cinta para haber generado tanto interés?
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Si buscamos una respuesta sencilla a esta pregunta, la podemos encontrar perfectamente resumida en el nombre de su director. No en vano nos encontramos ante un cineasta cuya filmografía está repleta de títulos de culto y éxitos de taquilla como las dos primeras partes de “Terminator”, “Aliens. El Regreso” o “Titanic”. “Avatar” supuso el regreso al cine de ficción de Cameron tras los 11 años que nos separan ya del estreno de “Titanic”. Durante este tiempo el director ha estado ocupado produciendo algunas series de televisión como “Dark Angel” y realizando los documentales en formato Imax “Misterios del Océano” y “Los Misterios del Titanic”, a través de los cuales sacaría partido de la tecnología de grabación submarina creada ex profeso para la película del famoso transatlántico. Todos ellos han sido proyectos muy interesantes, pero que no han saciado la sed de sus fans por la poderosa narrativa desplegada por Cameron en sus trabajos de ficción, especialmente en las escenas de acción (y como muestra basta recordar la primera incursión de los marines en el planeta de los aliens en “Aliens. El Regreso”, la persecución por los canales de Los Ángeles en “Terminator 2”, el rescate en helicóptero de “Mentiras Arriesgadas”, o todo el hundimiento del barco en “Titanic”).
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El propio Cameron ha ayudado a intensificar el interés por su película anunciando desde el inicio de su producción que iba a suponer un impulso importante en lo referente a efectos especiales infográficos y la creación de personajes digitales fotorrealistas. De hecho, de acuerdo al director, la idea para esta película se le ocurrió antes de empezar la producción de “Titanic”, hace ahora 15 años, sin embargo, la tecnología informática de la época no hacía posible llevar a cabo este proyecto como él quería. Tras “El Señor de los Anillos” y el sorprendente trabajo realizado por el estudio Weta con el personaje de Gollum, Cameron decidió que había llegado el momento de rescatarlo del baúl de los recuerdos. Aún así el proceso no ha sido fácil y gran parte del ingente presupuesto de la película (se habla en total de unos 500 millones de dólares de presupuesto, contando con todo el esfuerzo realizado en la promoción) ha ido destinado al desarrollo de los recursos tecnológicos necesarios para que la cinta alcanzara los objetivos marcados por el director.
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Entre otros adelantos, “Avatar” promete un mayor realismo en las expresiones de la raza extraterrestre de los Na’vi y la creación de todo un entorno natural único para representar al planeta Pandora donde tiene lugar la mayor parte de la acción de la película. La nueva tecnología permitió además al director visualizar durante el rodaje a los actores insertados en los decorados virtuales en tiempo real a través de un monitor especial, y no rodeados de la pantalla verde del croma como le sucediera a George Lucas con sus precuelas de “La Guerra de las Galaxias”, a Peter Jackson con “El Señor de los Anillos” o a Zack Snyder en “300”.
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Otro aspecto en el que suele destacar Cameron es en su habilidad para reunir el reparto adecuado para su película. En esta ocasión, quien sobresale del grupo es Sam Worthington, un actor desconocido hace cuatro años, que logró hacerse con el papel principal y que gracias a esto ha conseguido abrirse un hueco en la industria de Hollywood (primero con “Terminator Salvation”, y ahora también como Perseo en la nueva versión de “Furia de Titanes”). Le siguen Zoe Saldana, como Neytiri, la guerrera Na’vi de la que se enamorará el protagonista (y que supuso el segundo papel importante de la actriz en 2009 en el campo de la ciencia ficción, tras su paso por “Star Trek” como la nueva Uhura), y Stephen Lang, veterano (aunque no especialmente conocido) actor secundario, que se encarga de interpretar al agresivo Coronel Quaritch (y quien también tuvo el año pasado un papel llamativo en la cinta de Michael Mann “Enemigos Públicos”). Además, para los fans de la saga Alien, tenemos la presencia de al mismísima Teniente Ripley, Sigourney Weaver, quien se reencuentra con Cameron 23 años después de “Aliens. El Regreso”.
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Expectativas y discursos promocionales de James Cameron aparte, podemos decir que “Avatar” ofrece un despliegue de producción descomunal. Todo el diseño de producción, los efectos especiales, la creación de toda una raza de seres generados por ordenador que interactúan con actores de imagen real con un realismo pasmoso, la fotografía, el montaje, la puesta en escena de secuencias visualmente poderosas, tanto en los momentos de acción como en los más intimistas, todo puede llegar a desbordar las expectativas del espectador. Cameron domina la puesta en escena con la fuerza que le caracteriza y que debería servir de ejemplo a toda esa generación de pseudodirectores de cine de acción, víctimas del síndrome de déficit de atención, que no saben distinguir entre confusión narrativa y ritmo cinematográfico.
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En este sentido, podemos decir que Avatar es una experiencia audiovisual de máximo nivel, especialmente en la opción en 3D, ya que otra alternativa es desaprovechar el espectáculo ideado por Cameron. El director consigue que el espectador realmente se sienta integrado dentro de la acción y que, en esta nueva reencarnación del 3D, éste haya superado definitivamente los trucos de barraca para los que siempre había sido utilizado y se haya asentado definitivamente (tras las también determinantes aportaciones de Robert Zemeckis con “Beowulf” o “Cuento de Navidad”) como una herramienta narrativa importante para el desarrollo del lenguaje cinematográfico.
Sin embargo, hay una pega que hace que “Avatar” no sea esa película redonda que profetizaba su director, y es, desgraciadamente, una de las piezas clave, el guión. Es sabido que James Cameron no es un guionista virtuoso. Sus películas, salvo honrosas excepciones como son “Aliens El Regreso” y “Abyss”, no se caracterizan por tener un guión especialmente logrado, sino que éste ha funcionado siempre más bien como una estructura básica que sirve de apoyo para todo el despliegue visual del director. Cuando se trataba de películas como las dos partes de “Terminator” o “Mentiras Arriesgadas”, que no necesitaban de un argumento o unos personajes especialmente complejos, las carencias del guión pasaban desapercibidas. Sin embargo, en casos como “Titanic”, o ahora con “Avatar”, donde Cameron pretende ser más ambicioso con la historia que quiere contar, es cuando sus limitaciones como escritor quedan en evidencia.
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No es que el guión de la película sea malo, sino que resulta demasiado plano. Los personajes son bidimensionales y arquetípicos. Los malos son los malos, y sus razones son meramente egoístas y mercantilistas, y los buenos son los buenos, porque les salvaguarda su inocencia y su pureza de espíritu. Por otro lado, ese mensaje ecologista, de comunión con la naturaleza resulta demasiado evidente, y la historia de amor entre dos seres de diferentes procedencia (un romance que podríamos definir como “Bailando con Lobos” conoce a “Pocahontas”) queda lastrado por lo previsible de la historia y los personajes y unos diálogos carentes de fuerza (salvo alguna frase lapidaria que recupera la sencillez y el impacto del cine de los 80 y los 90).
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Por lo tanto, podemos concluir que si lo que buscamos es un espectáculo audiovisual único, con algunas de las mejores escenas de acción vistas en la pantalla desde hace años, “Avatar” es nuestra película. Si además pedimos que tenga detrás una historia y unos personajes que estén a la altura de los esfuerzos técnicos de la película, será inevitable que salgamos del cine un tanto decepcionados.
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2 comentarios:

  1. "Debería servir de ejemplo a toda esa generación de pseudodirectores de cine de acción, víctimas del síndrome de déficit de atención, que no saben distinguir entre confusión narrativa y ritmo cinematográfico". Cuanta razon tienes compañero es una de las mejores frases que he leido. Si bien es verdad que coincido plenamente en el tema referente al guión hay que decir que Cameron es el rey contando historias simples. yo disfruté como un enano viendo una pelçicula como las de antes: malos muy malos, buenos muy buenos y un planeta que proteger, una chica guapa (ehm si, Zoe de Na ´vi tiene un extraño atractivo aunque me quedo com Michelle Rodriguez que me recordó a la Ripley de Aliens) Como profesional del medio podría resaltar muchos aspectos negativos, pero me quedo con la agradable sensación ccomo espectador de haber pasado un buen rato, cosa que hacía tiempo que no ocurría.

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  2. Muchas gracias por tus comentarios, BlackCat. Yo creo que Cameron es uno de los grandes, pero, como digo en la crítica, también creo que Avatar es tan apabullante en algunos aspectos que hubiese agradecido un mayor esfuerzo en el guión. Tal vez en esa secuela que están ya preparando... En cuanto a la cuestión femenina, nada que objetar a esa sensualidad Na'Vi de Neytiri, o a Michelle Rodríguez, pero particularmente siempre he sentido debilidad por Sigourney Weaver y en esta película me sigue pareciendo una mujer espectacular.

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