sábado, 14 de mayo de 2011

¡CÁMARA, AXXXIÓN! LA INDUSTRIA PORNOGRÁFICA EN EL CINE CONVENCIONAL

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Desde sus orígenes la humanidad ha buscado formas de representar el sexo, ya sea a través de la literatura, la pintura o la escultura, ya fuera de manera abierta o clandestina. En estas representaciones se apuntaba hacia lo deseado, la fantasía más que hacia lo real. Con la llegada del cine, el sexo encontró otro medio de expresión, y si bien el erotismo pronto quedó censurado en las producciones convencionales, la pornografía campó a sus anchas por los ámbitos oscuros de la sociedad. En los burdeles se ofrecían pequeñas películas de sexo explícito para aliviar la espera a los clientes, y muchos caballeros de posición acaudalada no dudaban en producir películas pecaminosas para su disfrute personal y privado. A principios de los 70, dentro del movimiento de contracultura en Estados Unidos, la pornografía salió a la luz, iniciándose el boom de las salas X y empezando a verse el género no como una perversión, sino como un instrumento de liberalización. Desde entonces, el porno ha pasado por momentos mejores y peores, pero nadie le ha podido negar ser un elemento inherente a nuestra cultura. Esto a su vez ha quedado patente en la forma en la que el cine convencional ha mirado hacia este tipo de producciones y cómo la industria del erotismo ha quedado reflejada en todo tipo de películas, desde dramas nominados a los Oscars hasta comedias descerebradas dirigidas a un público juvenil.
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El boom de la pornografía se puede fechar en el año 1972, tras el estreno de dos títulos básicos para el género, “Garganta Profunda” y “Tras la Puerta Verde”. Curiosamente una de las primeras películas en mostrar los entresijos de este tipo de producciones llegó pocos años después, se trataba de “Inserts”, estrenada en 1974 y protagonizada por un joven Richard Dreyfuss (recién salido de “American Graffitti” y a punto de protagonizar “Tiburón”) y Jessica Harper, actriz especialmente popular en los 70 tras participar en títulos como “El Fantasma del Paraíso” de Brian DePalma, “La Última Noche de Boris Grushenko” de Woody Allen, o “Suspiria” de Dario Argento. Aquí el director John Byrum no adentraba en los orígenes de la industria del porno, en los años 30, cuando este tipo de producciones aún eran algo clandestino y sórdido, siendo los que trabajaban en ellas personas de malvivir que habían encontrado en el sexo su único medio de vida.
hardcore
Ese ambiente de sordidez fue explotado también en 1979 por el realizador Paul Schrader en su película “Hardcore”. Aquí presenciamos el viaje físico y moral de un hombre de profundas creencias religiosas, quien debe adentrarse en el prohibido terreno del mercado del sexo en busca de su hija. Schrader parte de una mirada maniquea con respecto al mundo de la pornografía y la prostitución, para poco a poco mostrar a su personaje y al espectador que la inmoralidad y la obscenidad habitan a ambos lados del espectro.
El Escándalo Larry Flynt
El carácter pionero de estos dos títulos no obtuvo mucho eco entre la producción posterior, y hubo que esperar hasta 1996 para que el cine realmente iniciara una serie de producciones interesadas en la huella dejada por el desarrollo de la pornografía en aquellos años, así como poner su mirada en el estado actual de la industria. Dos fueron los títulos en abrir las puertas a este cambio. El primero fue “El Escándalo Larry Flynt”, biopic sobre el creador de la revista Hustler y uno de los principales promotores de la pornografía en Estados Unidos, quien se enfrentó a la censura de los grupos conservadores y logró que los tribunales le dieran su apoyo como representante del derecho a la libertad de expresión.
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El segundo título fue “Boogie Nights”, homenaje nostálgico a los inicios de la industria pornográfica. La historia abarcaba los años de libertad sexual de los 70, el carácter puramente mercantilista que se apoderó de las películas con la llegada del video, y terminaba en los 90, con una industria más sólida tras abandonar los excesos anteriores, pero carente del entusiasmo de sus inicios. Estas dos películas no sólo lograron buenos resultados en taquilla, también la crítica se deshizo en halagos hacía ellas y galardones como los Oscars o los Globos de Oro no dudaron en nominarlas y premiarlas en apartados principales como interpretación, dirección o guión.
Orgazmo
A partir de aquí el porno se convirtió en una temática de moda en Hollywood. En 1997 Trey Parker uno de los creadores de la serie “South Park” llevó su humor virulento y agresivo al terreno de la pornografía con “Orgazmo”. En ella un joven predicador mormón con sueños de ser actor acaba convirtiéndose en actor porno y protagonizando una parodia del género de superhéroes titulada “Capitán Orgazmo”. A partir de aquí las referencias, los guiños y los dobles sentidos sexuales se convertirían en la base de una hiriente colección de gags que no dudaban en disparar tanto contra los sectores más conservadores de la sociedad estadounidense, como contra la tosquedad, la cutrez y la chabacanería que acusan gran parte de las películas X.
Un Negocio Peligroso
A la sombra de “Boogie Nights”, en el año 2000 el actor y director ocasional Emilio Estévez protagonizó junto a su hermano Martin Sheen un biopic de los hermanos Mitchell, los creadores de “Tras la Puerta Verde” en “Un Negocio Peligroso”. En ella desarrolló la entrada en el mundo del porno de los cineastas, su éxito con esta película y su inútil intento de intentar repetir aquel triunfo, cayendo poco a poco en una dinámica autodestructiva que acabó con sus vidas. Sin duda, se trataba de una historia que daba perfectamente para el argumento de una excelente película, desgraciadamente, también necesitaba de un director más hábil tras la cámara que Estévez.
Porn Star. La Leyenda de Ron Jeremy2
No todos los acercamientos a la industria pornográfica han llegado de mano del cine de ficción. También varios documentales han ahondado en su historia y sus actores. Este es el caso de la cinta de 2001 “Porn Star. La Leyenda de Ron Jeremy”, un divertido tributo al que ha sido, a pesar de su peculiar físico, uno de los actores más prolíficos y carismáticos del cine X. En sus inicios, Jeremy encabezó junto con John Holmes el estrellato masculino de las películas para adultos hasta que su poco agraciado aspecto hizo que fuera vetado por las actrices, quienes preferían compartir sus escenas con otros actores curtidos en gimnasio, o al menos con un mayor atractivo físico. Sin embargo, lejos de desaparecer, Jeremy pasó a adquirir estatus de culto entre el público, y su presencia en cualquier película del género es aplaudida por los fans.
el guru del sexo
Tras su paso por “Boogie Nights”, la carrera de Heather Graham quedó marcada por papeles de voltaje sexual, y en la cinta de 2002 “El Gurú del Sexo” volvía a repetir como actriz porno que sirve de guía a un despistado inmigrante hindú, quien llega a Estados Unidos buscando triunfar en el mundo del espectáculo, sin percatarse que ese éxito le llegará a través de un exotismo sexual orientalista que convierte a este inexperto en materias amatorias en un guía espiritual para la clase acaudalada, despertando sus adormecida sexualidad con diferentes clichés culturales.
Torremolinos 73
También en España hemos mantenido una relación conflictiva con el género pornográfico. En la cinta de 2002 “Torremolinos 73” se nos presenta el choque cultural que suponía la incipiente aparición de este tipo de películas en nuestro país frente a la conservadora y restringida sociedad de finales del franquismo. En ella un matrimonio acepta el ofrecimiento de rodar unas supuestas películas educativas en las que poco a poco van desatando todo un escondido imaginario erótico, que iba desde lugares comunes como el fútbol o el butanero hasta la influencia del mismísimo Ingmar Bergman.
Wonderland
La vida de la estrella porno John Holmes, famoso por sus medidas, que según las fuentes estaban entre los 23 y los 27 cms, ha servido también de inspiración para algunas películas. En “Boogie Nights” el personaje de Mark Walbergh se basaba ligeramente en Holmes y en 2003 Val Kilmer le interpretó en “Wonderland”, cinta que más que reflejar su labor en la industria X reproducía uno de los momentos más oscuros de su vida, la participación de Holmes en un crimen donde fueron asesinadas cuatro personas en 1981, con su carrera en declive debido a su adicción a las drogas.
La Vecina de al Lado
En 2004 se estrenó “La Vecina de al Lado”, comedia dirigida al público juvenil surgida a partir del éxito de “American Pie”, en la que Elisha Cuthbert, conocida gracias a su papel de Kim Bauer en la serie “24”, interpretaba a una joven actriz porno, que se convierte en el objeto de deseo de su vecino adolescente. A partir de esta premisa la cinta se centra más en las fantasías masculinas acerca de cómo debe ser una actriz porno fuera de su trabajo.
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En 2005 nos llegaba otro interesante documental, titulado “Inside Deep Throat”. En esta ocasión se tomaba como punto de partida el valor coyuntural que tuvo en su momento el estreno de “Garganta Profunda” para hacer un estudio en profundidad no sólo acerca de la producción de la película, sino principalmente sobre la respuesta que tuvo por parte de la sociedad de la época y su relevancia en la revolución sexual que estaba en marcha en ese momento.
Los Magnates del Sexo
Resulta curioso como el sexo, elemento reprimido en la mayor parte de las culturas, es presentado en algunas películas como nexo de unión dentro de una comunidad. Ese es el caso de la cinta de 2006 “Los Magnates del Sexo”, donde Jeff Bridges interpreta a un hombre recién divorciado que para demostrar a su hijo que es alguien en la vida decide rodar una película porno amateur con los habitantes de su pueblo. La propuesta, más allá de lo escandalosa que resulta en un principio, pasa a convertirse en una luz de esperanza para los vecinos, que hasta ese momento se encontraban sometidos a una vida gris y monótona.
Aunque no llegó a adentrarse en el terreno de la pornografía, Bettie Page y sus posados en fotografías y videos de fuerte imaginería fetichista y sadomasoquista la convirtieron en una de las chicas pin up por excelencia de la década de los 50. Posteriormente su imagen trascendió incluso esta categoría para convertirla en un icono cultural. Su figura y su influencia han sido revisadas en varias ocasiones por el cine, siendo quizás la más certera el biopic de 2006 “The Notorious Bettie Page”, dirigida por Mary Harron y protagonizada por Gretchen Mol.
Vaya Par de Productorex
A medio camino entre “La Vecina de al Lado” y “Los Magnates del Sexo” tenemos la película de 2007 “Vaya Par de Productorex”, en la que dos jóvenes estudiantes de cine encuentran un productor dispuesto a apoyar su primera película, con la condición de que esté protagonizada por Candy Orificios, una conocida estrella porno, a la que da vida la playmate Carmen Elektra. De nuevo encontramos el juego con los lugares comunes que plantea el cine para adultos dentro del imaginario erótico masculino.
los años desnudos
Aunque no se centra específicamente en el género pornográfico, “Los Años Desnudos. Clasificada S” venía a ser la respuesta española a cintas como “Boogie Nights”, especialmente a la hora de describir los intentos de aperturismo sexual de la sociedad de la época frente a los tabúes y la mentalidad conservadora aún existentes tras el Franquismo. Las historias de las tres protagonistas están inspiradas en las auténticas experiencias de las actrices del destape en España y en el estigma que tuvieron que soportar tanto por aquellos que nos comulgaban con la nueva libertad sexual, como por parte de quienes sólo buscaban explotarlas físicamente para sacar un provecho económico. 
Hacemos una Porno2
En “¿Hacemos una Porno?”, el director y guionista Kevin Smith dirige sus habituales guiños cinematográficos, bromas y chistes al mundo de la pornografía amateur y el abanico de posibilidades que las nuevas tecnologías abre a aquellos que quieren imitar a los astros del cine para adultos con su cámara doméstica. Para ello el cineasta reúne un reparto heterogéneo, donde podemos encontrar cómicos como Seth Rogen, leyendas del género como Tracy Lords y verdaderas pornostars en activo como Katie Morgan. Desgraciadamente, lo que parecía un tema abonado para este cineasta desemboca en una de sus películas menos inspiradas.
No lo Llames Amor, Llámalo X
Y cerramos esta panorámica por las películas del cine convencional que han puesto su mirada en la industria pornográfica con la cinta española de reciente estreno “No lo Llames Amor, Llámalo X”, una comedia de enredo acerca del rodaje de una película pornográfica ambientada durante la Guerra Civil Española. Una ocasión para sumar chistes picantes y dobles sentidos sexuales a parodias del franquismo. Delante de la cámara se dan cita sobre todo actores conocidos por sus papeles en series de televisión, como Mariano Peña (“Aida”), Adriana Ozores (“Los Hombres de Paco”), Javier Gutiérrez (“Aguila Roja”), Kira Miró, Paco León (“Aida”) y Julián López (“Muchachada Nui”), pero siguiendo el modelo de Kevin Smith, también podemos encontrar a verdaderos actores pornográficos parodiando su imagen, como Sophie Evans, Max Cortés y David Galant.
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Más allá del tirón comercial que pueda tener ambientar una historia dentro del mundo del cine pornográfico, todas estas películas cumplen otro objetivo, normalizar la imagen que se tiene de esta industria, ayudando a terminar de romper barreras y tabúes. Atrás han quedado épocas en las que era un sector escondido, ahora se organizan festivales y premios en torno a sus estrellas y algunas de ellas son conocidas incluso por quienes no consumen sus películas. Este tipo de alianza ayuda a desdibujar las fronteras y acercar las dos industrias. Otro día tocará hablar de aquellas películas no pornográficas que sin embargo sí muestran sexo explícito o de la moda de películas XXX que parodian series y películas icónicas como “Star Trek”, “Expediente X” o “Los Simpsons”.
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