“MADAGASCAR 3. DE MARCHA POR EUROPA”. LA VIDA EN EL CIRCO.

Seamos claros desde el principio, no me considero, ni mucho menos, fan de la franquicia de “Madagascar”. La primera entrega me parece una de las producciones más insulsas y aburridas de Dreamworks Animation, con un cuarteto protagonista carente de ingenio y carisma (algo que queda corroborado al ser completamente eclipsados por los personajes secundarios como los pingüinos, los monos y el rey Julian). La cosa no mejoró con la segunda parte, aunque quizás por las bajas expectativas, no me desilusionó tanto como la primera. Por lo tanto, una tercera parte de las aventuras de Alex y compañía no era, en absoluto, motivo de ilusión por mi parte.

En esta nueva historia, la odisea particular de estos animales fugados del Zoo de Nueva York les lleva a Europa, empezando por Montecarlo y pasando por Roma, incorporándoles a un circo itinerante como última posibilidad de regresar a Estados Unidos, mientras son perseguidos por una irreductible agente obsesionada con colgar la cabeza del león Alex de su pared. A grandes rasgos esta película no se diferencia mucho de las dos anteriores. Los protagonistas siguen siendo igual de insulsos, los chistes carentes de inspiración, el trasfondo emocional plano y previsible y los guiños musicales trillados y carentes de originalidad.

Sin embargo, esta tercera entrega incorpora a la franquicia a la moda del 3D, dando pie a la creación de algunas alambicadas secuencias, donde la animación digital busca sacar el máximo partido posible al efecto estereoscópico. La persecución por las calles de Montecarlo, así como las dos representaciones de circo, se convierten en un prodigio de inventiva visual, donde la combinación de color, movimiento, ritmo y tridimensionalidad libera a la película del corsé que había constreñido las dos secuelas anteriores y la mayor parte de las secuencias de esta tercera entrega.

Estos tres momentos aislados no salvan la película, pero al menos muestran algo de luz al final del túnel. Teniendo en cuenta que exigir mayor creatividad a la franquicia en otros apartados es fútil, si al menos para la cuarta parte, Dreamworks Animation continuara explotando estos componentes, quizás (y sólo quizás) podríamos empezar a hablar de una entrega de “Madagascar” verdaderamente amena e interesante.