viernes, 10 de agosto de 2012

JUKEBOX CINEMA

Rock of Ages

Esta semana llega a nuestras carteleras “Rock of Ages”, adaptación de un exitoso musical, cuya principal baza radica en la impactante selección de temas procedente del Rock y el Heavy de los 80. El componente nostálgico y la oportunidad de encontrar a estrellas de Hollywood como Tom Cruise o Alex Baldwin interpretando estos “golden hits” ha servido de excusa para llevar esta producción al terreno cinematográfico. Sin embargo, no se trata de la primera vez que se construye el argumento de una película de acuerdo a un corpus preexistente de canciones. Veamos a continuación algunos ejemplos:

En los años 50, en plena fiebre del género musical en Hollywood era muy habitual tomar canciones prestadas para integrarlas dentro de una misma película. Uno de los mejores ejemplos de esto lo podemos encontrar en la cinta de 1953 “Melodías de Broadway”, para la que la Metro escogió una selección de canciones de su fondo musical y a partir de ahí produjo uno de sus musicales más importantes. La cinta fue un gran éxito, dejando para el recuerdo momentos sublimes del género.

En la década de los 80, el salto a la pantalla de “The Blues Brothers” no sólo generó una cinta repleta de persecuciones imposibles y gags absurdos. En la peregrinación de Jake y Elwood se cruzaron algunos de los nombres más destacados del soul y el blues norteamericano, cada uno con su momento de lucimiento interpretando temas atemporales de la tradición de la música negra. Por su parte los dos protagonistas, acompañados de su banda no sólo añadieron algunos clásicos más al repertorio, sino que además se permitieron el lujo de adaptar algunos de estos temas a otro formato, como aquel “Rawhide” en clave country. Años más tarde llegó una innecesaria y anémica secuela que repetía importantes cameos musicales y añadía nuevas canciones recuperadas con el sello de la banda.

Ha sido en los últimos años que el género del jukebox ha sido explotado más en el cine, intentando a través de diferentes fórmulas revitalizar un género que llevaba décadas agotado por saturación. En 1996, aprovechando precisamente un cierto resurgir del musical, Woody Allen le hizo su propio tributo en “Todos Dicen I Love You” con guiños a canciones y momentos inolvidables del musical clásico, todos ellos pasados por el filtro particular de este cinéfilo cineasta, pero también sufriendo las voces poco educadas de algunos de los actores escogidos por el genio de Manhattan (empezando por la suya propia).

En 1998 en su cinta “Velvet Goldmine”, el director Todd Haynes quiso hacer un repaso por el movimiento del Glam Rock de los 70, inspirándose en las figuras de David Bowie e Iggy Pop y seleccionando canciones representativas de este movimiento. Pese a no contar con la aprobación del Duque Blanco (lo que obligó a modificar el guión y cambiar los nombres de los personajes), la película es una espléndida revisión postmoderna de aquella época y de su música. Algo similar le sucedió al director con otra película posterior, “I’m Not There”, alrededor de la figura de Bob Dylan.

Sin embargo, la cinta que mejor representa este modelo de musicales Jukebox modernos es “Moulin Rouge”. En 2001, el director Buzz Luhrmann dio nuevo rostro al musical con su hipervitaminada puesta en escena y su juego postmoderno con temas reconocidos por el público. Irreverente y trasgresora hacia los más puristas del género, la película ofreció un excelente trabajo de adaptación musical a cargo del compositor Craig Armstrong y gozó de un éxito extraordinario, marcando una efímera impresión de que el musical podía recuperar su poder anterior.

El efecto “Moulin Rouge” tuvo su referente en España con el estreno en 2002 de “El Otro Lado de la Cama”. Aquí el director Emilio Martínez Lázaro escogió temas procedentes del pop español de finales de los 70 y la década de los 80 y los mezcló con los temas habituales de sus comedias de enredos amorosos, obteniendo también un inesperado éxito en taquilla. Tanto fue así que cineasta y actores repitieron fórmula en 2005 con “Los Dos Lados de la Cama”.

El género del jukebox se ha utilizado también para dar forma a biopics de conocidos artistas. Uno de los ejemplos que mejor se adapta al modelo del musical es la cinta de 2004 “Delovely”, que repasa la vida de Cole Porter a través de sus canciones, interpretadas por destacadas figuras de la canción actuales. Si bien el resultado cinematográfico fue un tanto irregular, la mezcla de clasicismo y modernidad de su banda sonora era de primer nivel.

En 2007 se estrenó “Across the Universe”, cinta dirigida por Julie Taymor, con la que Columbia Pictures quería sacar partido al fondo de canciones de los Beatles, antes de que expiraran los derechos. La directora presentó una obra visualmente trabajada, pero que no alcanzó el fin y el éxito que esperaba el estudio. Columbia quería una cinta comercial, que siguiera las pautas de “Moulin Rouge”, mientras que Taymor es una cineasta de corte intelectual, quien utilizó este material como excusa para desarrollar un discurso visual sobre los cambios políticos y sociales de la década de los 60 y 70.

“Rock of Ages” no tiene ambiciones tan trascendentales, ateniéndose a un argumento manido y simplista que sirva de mera excusa para encadenar temas de artistas como Def Leppard, Joan Jett, Journey, Foreigner, Bon Jovi, Night Ranger, REO Speedwagon, Pat Benatar, Twisted Sister, Poison o Whitesnake, siempre con un gran respeto por los grupos y cantantes originales, pero también jugando la carta de la sorpresa y la parodia en alguno de ellos (ese Tom Cruise a medio camino de Jon Bon Jovi y Axl Rose).

Salvo excepciones como “Moulin Rouge” o “Hairspray”, el musical actual no cuenta con el tirón comercial que tuvo antaño. De ahí que haya que recurrir a excusas como estas (o tirar de obras de éxito asegurado, como la próxima adaptación de “Les Miserables”), sin embargo, cuente con mayor o menor éxito de taquilla, con canciones originales o preexistentes, sigue siendo un género donde lo importante es hacer llegar al público el ritmo y el placer de la música.

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