martes, 30 de marzo de 2010

CINE POST-APOCALÍPTICO. Cuando el Destino nos alcance.


1. INTRODUCCIÓN.

El ser humano ha demostrado a través de diferentes formas artísticas tener una visión muy negativa de lo que le depara el futuro. Por regla general cualquier obra futurista suele presentarnos una sociedad distópica, donde imperan los más dañinos elementos de la naturaleza humana. En el cine, sólo en casos excepcionales (como puede ser, por ejemplo, la franquicia de “Star Trek”), hemos podido encontrarnos con una representación de la humanidad que ha superado su egoísmo y su naturaleza violenta a favor de una convivencia en armonía. Con esta perspectiva tan negativa, es normal por lo tanto la existencia de cintas apocalípticas, en las que se nos muestra posibles finales de la humanidad. En ocasiones este final se debe a una guerra de destrucción global, en otras a causas medioambientales, también está la alternativa de una amenaza exterior, como un meteorito o una invasión extraterrestre. En otras ocasiones, se prefiere ir más allá y no hablar del Armagedón en sí, sino de los acontecimientos posteriores: Los últimos días de la humanidad, donde una vez erradicada toda esperanza, los pocos supervivientes simplemente se dediquen a ver agonizar su existencia. Es este último grupo el que nos interesa aquí.

2. LA INFLUENCIA DE H.G. WELLS

Uno de los antecedentes más importantes de este tipo de obras de anticipación es la novela de H.G. Wells “La Máquina del Tiempo”. En su obra, Wells nos presenta a un científico de finales del siglo XIX que logra descubrir las claves de la denominada cuarta dimensión y construye un vehículo que le permite viajar físicamente a través del tiempo. Con la intención de conocer el futuro de la humanidad va avanzando y viendo como ésta se dirige poco a poco hacia su destrucción final. Finalmente se desplaza hasta el año 802.701, donde encuentra un mundo primitivo habitado en su superficie por unos seres hedonistas, los Eloi y con el subsuelo dominado por unas siniestras criaturas, los Morlocks. Como veremos, esta estratificación del futuro de la humanidad sería determinante para gran cantidad de obras posteriores, que suelen mostrar a la humanidad dividida en dos bandos, uno deforme y violento que logra imponerse por la fuerza, y otro demasiado pasivo o más débil como para defenderse a sí mismo.

El relato de H.G. Wells ha sido objeto de, al menos, cinco adaptaciones cinematográficas y para televisión, así como objeto de diversas secuelas literarias y versiones teatrales. Entre las adaptaciones llevadas al cine destacan la realizada en el año 1960 por George Pal bajo el título en español de “El Tiempo en sus Manos”. Más recientemente en el año 2002, el director Simon Wells, descendiente del escritor, realizó una nueva adaptación, poco destacable salvo por la incorporación de los efectos digitales, y una excelente partitura musical de Klaus Badelt.

3. APOCALIPSIS CONTRACULTURAL

El cine post apocalíptico tuvo una gran repercusión a lo largo de la década de los 70. El desencantado clima social que existía en Estados Unidos llevó a Hollywood a realizar varios títulos en los que se podía percibir una falta de esperanza por el género humano, y una advertencia y una preocupación por cómo acciones del presente determinan el futuro. En ese sentido, destaca la presencia de Charlton Heston como héroe post apocalíptico a través de una serie de películas de ciencia ficción. La más destacada fue, sin duda, la primera, “El Planeta de los Simios”. Estrenada en 1968, es considerada una obra capital dentro de la historia del cine, y marcó el desarrollo de producciones posteriores del género. En cualquier caso, la película nos vuelve a presentar los esquemas creados por H.G. Wells. El protagonista en un viajero en el tiempo que llega por accidente al futuro encontrándose que los Morlocks son una raza de simios evolucionados, y los eloi, los restos de la humanidad que han regresado a una estado pre-histórico. Sin embargo, la película incluía también referencias a la sociedad de la época, con temas como el racismo, o el temor al poder destructivo de la energía nuclear.

En 1971, Heston protagonizó también “El Último Hombre Vivo”, adaptación de la novela de Richard Matheson “Soy Leyenda”. En ella, un virus de laboratorio se ha extendido por todo el planeta. Mientras que la novela buscaba ser una historia de vampiros analizada desde un punto de vista racional y científico, la adaptación que realizó Boris Sagal nos vuelve a presentar a una especie de Molocks, con influencia del cine de zombies inaugurado por George A. Romero pocos años atrás (de hecho, la novela de Matheson ya previamente había inspirado otra versión protagonizada por Vincent Price, la cual es considerada como un claro precedente de “La Noche de los Muertos Vivientes”). Finalmente, en 1973, se estrenó “Cuando el Destino Nos Alcance”, donde el exceso de población en La Tierra ha diezmado los recursos naturales del planeta. En este caso no encontramos Molocks, sino una sociedad que llevada por su propia codicia ha firmado su sentencia de muerte.

La saga zombie de Romero que mencionábamos antes también aporta un enfoque post apocalíptico de la sociedad. Esa imagen bíblica de los muertos levantándose de sus tumbas se ve reforzada por la crítica a temas contemporáneos, como la guerra de Vietnam (“La Noche de los Muertos Vivientes”, 1968), el consumismo feroz ("Zombie", 1978), el militarismo ("El Día de los Muertos", 1985), el poder especulador de las grandes corporaciones ("La Tierra de los Muertos", 2005), o la influencia de los medios de comunicación ("El Diario de los Muertos", 2007).

4. AÑOS 80. MÁS ALLÁ DE LA CÚPULA DEL TRUENO

El miedo nuclear marcó también la visión del cine post apocalíptico de los 80. Durante este periodo se estrenaron varios títulos decisivos en el desarrollo del género de ciencia ficción. En 1979 el director George Miller iniciaría su trilogía de “Mad Max”, donde se nos presenta una sociedad que intenta inútilmente mantener los restos de su civilización, a medida que va cayendo a pasos agigantados en el salvajismo.

En el caso de la cinta de John Carpenter, “1997: Rescate de Nueva York”, las primeras escenas que transcurren en la prisión revelan la verdadera naturaleza del film: Un western posmoderno, disfrazado de película futurista y aderezado con una perfecta mezcla de acción y sátira post-apocalíptica. Aunque en ningún momento se habla de guerra nuclear, Manhattan es un escenario dantesco, un paisaje de pesadilla sucio y devastado que, a su vez, tiene mucho de esas ciudades fronterizas del oeste, donde conviven todo tipo de personajes peligrosos, sin moral ninguna.

De nuevo los viajes en el tiempo resultan determinantes en otro título clave, “Terminator”, continuadora del tema de los peligros que encierra la progresiva deshumanización del individuo en una sociedad cada vez más tecnificada. En esta ocasión podemos ver asomar una vez más el rostro de los Molocks aquí en forma de máquinas que tienen sometida y diezmada a la humanidad.

5. AÑOS 90 O LOS PRIMEROS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

A lo largo de la década de los 90 pudimos ver varias muestras post apocalípticas, de entre las que podemos destacar dos. En 1991, Marc Caro y Jean Pierre Jeunet en “Delicatessen” nos presentaban una historia ambientada en un futuro tras una guerra nuclear, donde sus habitantes intentan mantener un estilo de vida similar al anterior del desastre, pero marcado por una falta de alimentos que les lleva al canibalismo.
Por otro lado, la sombra de “Mad Max” se hace notar en “Waterworld”, la cual incorpora un discurso medioambiental sobre los peligros del deshielo de los polos. Tal y como sucedía en la segunda parte de la trilogía protagonizada por Mel Gibson, nos encontramos un futuro donde una parte de la población resistente busca la forma de mantener un orden social, mientras que un grupo de saqueadores, de nuevo herederos de la figura de los Morlocks, sigue exprimiendo los pocos recursos restantes.

6. MILENARISMO

La llegada del fin del milenio provocó también la aparición de historias sobre el fin de la civilización. El milenarismo provocó la aparición de títulos post apocalípticos como “12 Monos” o “Matrix”. En el caso de la película de Terry Guilliam (a su vez inspirada en la obra de 1962 “La Jetée” de Chris Marker), un virus de laboratorio es el responsable de la aniquilación de la civilización humana.
En “Matrix”, al igual que en “Terminator”, el origen de todo está en el enfrentamiento entre el ser humano y las máquinas que ha creado. En ambos, casos la manipulación temporal pasa a formar parte del eje central del argumento (en la primera contamos con un viajero en el tiempo, al que da vida Bruce Willis, en la segunda un programa informático recrea un periodo del pasado, concretamente la sociedad de finales del siglo XX).

7. EL SIGLO XXI: ZOMBIES, INFECTADOS Y MUERTOS EN VIDA

Una vez adentrados en el siglo XXI, hemos seguido viendo la representación del Apocalipsis en diferentes títulos. En 2003 Danny Boyle recuperó la fiebre zombie gracias a su trabajo “28 Días Después”, devolviendo a las salas de cine esas imágenes de ciudades desoladas. Esta nueva moda del cine de zombies fue continuada por títulos como “El Amanecer de los Muertos” de Zack Snyder (remake libre de “Zombie”) o “La Tierra de los Muertos” de Geroge A. Romero. Pese a que, por regla general, a todas las podemos englobar en una misma categoría, Romero se apresuró a distinguir entre sus zombies y estos productos de nueva generación, aduciendo que, en el caso de la película de Boyle y la de Snyder, no se trataba de muertos vivientes, sino de infectados, de ahí que tuvieran, por ejemplo, la habilidad de correr.

También de 2003 tenemos la cinta “El Tiempo del Lobo” de Michael Haneke, título donde se mezcla la filosofía de Thomas Hobbes (“el hombre es un lobo para el hombre”), con la leyenda del Ragnarok, donde el tiempo del lobo viene a representar el momento en el que Fenrir se come al sol, marcando el principio del Apocalipsis.

Una de las grandes películas post-apocalípticas en lo que llevamos de siglo es “Hijos de los Hombres” del mexicano Alfonso Cuarón, basada en una novela de P.D. James. Su argumento parte también de una premisa angustiante, la infertilidad de la humanidad, para a continuación tratar temas actuales como la inmigración y la xenofobia.

En 2007, Will Smith protagonizó “Soy Leyenda”, nuevo acercamiento a la novela de Richard Matheson que ya había inspirado “El Último Hombre Vivo”. Aquí, de nuevo, jugamos con la dicotomía entre zombies e infectados. El protagonista, Robert Neville, es un científico que, tras influir en la extinción de la raza humana, busca una curación para aquellos que se han contagiado con la enfermedad.

8. ÚLTIMAS MUESTRAS DE CINE POST-APOCALÍPTICO

En los últimos años los efectos adversos de la meteorología, debidos al cambio climático, han sensibilizado a la sociedad, y el cine se ha hecho eco de ello, de ahí que, en pocos meses, hayan pasado por las pantallas varios títulos que coinciden en presentar un aciago final para el ser humano.

En “Infectados” de los Hermanos Pastor, nos encontramos una vez más con la idea del contagio, la existencia de un virus que está exterminando a la humanidad. Esto genera, a su vez, un paulatino proceso de deshumanización de aquellos que se mantienen sanos, pero que desconfían de todo aquel que pueda ser portador del virus, abandonando a su suerte incluso a las personas más queridas.
En el caso de "9", nos encontramos con una histoira que da un paso más allá. Aquí la humanidad ya está extinguida, y lo único que queda es un planeta yermo habitado por máquinas que intentan reproducir los comportamientos de aquellos que los crearon.
Uno de los relatos más contundentes que ha ofrecido la literatura acerca del fin de la humanidad es “La Carretera” de Cormac McCarthy, que también ha sido llevada al cine recientemente, de la mano del realizador John Hillcoat, con una extraordinaria interpretación por parte de Vigo Mortensen en el papel protagonista. Aquí el Sol se ha extinguido, la superficie de La Tierra se ha convertido en un lugar desolado, y los seres humanos en animales de rapiña que aprovechan los últimos despojos de su sociedad, mientras aún perduren.

La última incorporación a esta lista es “El Libro de Eli”, en parte muy cercana a “La Carretera” sobre todo en su representación de un entorno desértico y abandonado, aunque incorporando una nota de esperanza gracias a la figura de su personaje protagonista, en cuyas manos está una de las herramientas para poder construir un nuevo futuro.

9. CONCLUSIÓN

Como hemos podido ver, al final, el cine post apocalíptico viene a suponer una denuncia de los peligros que supone el propio ser humano para la sociedad que nosotros mismos hemos creado, sembrando la duda de hacia donde nos dirigimos en nuestra implacable ambición por el poder y la superación.


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