lunes, 5 de agosto de 2013

“LOBEZNO INMORTAL”. LOBEZNO ENCADENADO.

wolverine poster
Resulta curioso que un personaje tan popular, cinematográficamente atractivo y carismático como Lobezno se encuentre con tantos obstáculos para llegar a la gran pantalla. Tras su presentación en en celuloide, allá por el año 2000, en la primera aventura de los “X Men” a cargo de Bryan Singer, el personaje encontró la encarnación adecuada en la figura de un en aquel entonces desconocido Hugh Jackman. El actor daba así el salto de papeles en series de televisión y telefilms en su país natal, Australia, al cine de Hollywood y conseguía el beneplácito de los fans y el resto de espectadores. A partir de este momento, la identificación del personaje con el actor ha sido indisoluble, como previamente Christopher Reeve y Superman o con posterioridad Robert Downey Jr. y Iron Man. Pese a la popularidad que le dio el papel, la carrera posterior de Jackman ha sido un tanto irregular, con algún éxito aislado (“Operación Swordfish”, “Acero Puro”) y títulos con cineastas de prestigio para asentar su faceta dramática (“La Fuente de la Vida”, “El Truco Final”), pero también con vehículos pensados para su lucimiento que fracasaban estrepitosamente (“Van Helsing”, “Australia”) o películas que pasaron por las carteleras sin dejar huella (“Siempre a tu Lado”, “Kate & Leopold”, “Scoop”). Habitual en el cine de animación (“Ratópolis”, “Happy Feet”, “El Origen de los Guardianes”), el actor siempre se ha apoyado en las diferentes entregas de los X Men o de Lobezno en solitario para depurar su estatus en Hollywood a consecuencia de un itinerario desigual. No fue hasta el año pasado con su papel protagonista de Jean Valjean en “Los Miserables” que el actor incorporara a su filmografía otro personaje con el que ser identificado claramente por el espectador.
wolverine jackman
Por su parte, tras robar la función en las tres primeras entregas de los “X Men”, el estudio apostó por producir cintas en solitario de algunos de los personajes, empezando por aquella con la que aspiraban un mayor impacto en taquilla, “X Men: Orígenes. Lobezno”. Desgraciadamente, este spin off se saldó con una nefasta recepción a nivel de crítica y público. Un guion garrafal, una dirección errática de Gavin Hood, las intromisiones de la Fox para controlar el resultado final, fueron algunas de las razones de este fracaso artístico y comercial. El siguiente paso fue apostar por un cineasta de peso cuyo nombre reflejara que el estudio y Jackman como productor y protagonista se tomaban al personaje en serio. El actor convocó a su amigo Darren Aronofsky, con el que había colaborado en “La Fuente de la Vida” y tras el éxito comercial de “Cisne Negro”, el estudio no puso pegas a ceder las riendas de la franquicia a un autor tan particular. Aronofsky llevaba años intentando realizar su propia película de superhéroes (antes que Nolan y su “Batman Begins”, el cineasta estuvo trabajando en una adaptación de la novela gráfica de Fran Miller “Batman: Año Uno”). Cuando todo parecía tomar el camino correcto, Aronofsky se divorció de su mujer, Rachel Weisz, y decidió que no podía pasar un año en Japón alejado de sus hijos, por lo que abandono el proyecto a corto plazo para iniciar el rodaje.
wolverine mangold
Este varapalo fue cubierto con la contratación de James Mangold, un cineasta que no tenía el aplauso crítico de su predecesor, pero que a lo largo de su carrera había demostrado una capacidad para alternar y combinar elementos artesanales del cine con un cierto apunte autoral, además de ser un director de probada eficacia sobre todo en el tratamiento de personajes y trabajo con los actores. Si bien ya su opera prima, “Heaven” de 1995, había recibido buenas críticas, la cinta que le dio a conocer fue “Copland”, donde el cineasta se atrevió a dar un papel protagonista dramático a Sylvester Stallone, en un reparto que además albergaba a bestias pardas de la interpretación como Robert DeNiro, Harvey Keitel o Ray Liotta. La filmografía de Mangold creció de manera afortunada gracias al éxito de títulos como “Inocencia Interrumpida”, “En la Cuerda Floja” y “El Tren de las 3.10”, mientras que no se le caían los anillos por aceptar encargos alimenticios para la industria como “Kate & Leopold”, “Identidad” o “Noche y Día”. “Lobezno Inmortal” claramente pertenece a este segundo grupo, aunque con el reto añadido de tener que generar una cinta que funcionara a todos los niveles (comercial, crítico, como cinta de acción y efectos, pero también en el desarrollo de personajes). Además, para asegurarse el beneplácito de los fans, se tomó como punto de partida la novela gráfica de Chris Claremont y Frank Miller “Lobezno. Honor”, una de las historias en papel más aclamadas del personaje y clave en la definición de sus características.
w10
Estos esfuerzos hasta cierto punto han dado resultado. Aunque no era un reto difícil de superar, “Lobezno Inmortal” es una película claramente superior a “X Men: Orígenes. Lobezno”, corrigiendo muchas de las imperfecciones de ésta y ofreciendo un espectáculo más respetuoso con su carismático protagonista. La cinta encadena diferente escenas de acción que sitúan a nuestro protagonista en contextos muy particulares, aportando a cada set piece un carácter distintivo y peculiar. Mangold consigue un ajustado equilibrio entre los componentes físicos de la puesta en escena y la introducción de efectos digitales, manteniendo un toque más artesanal y tradicional y evitando saturar la acción de CGI (como sí sucedía con otra de las cintas superheroicas de este verano, “El Hombre de Acero”). Por otro lado, el cineasta se aleja también de la moda de montajes rápidos, de planos cortos y que potencian el ritmo sobre claridad expositiva de la secuencia. Los momentos de acción de “Lobezno Inmortal” consiguen ajustarse a la narrativa moderna, sin por ello confundir al espectador y escatimarle los detalles de lo que sucede en pantalla. Eso no quita para que no echemos algo más de pulso en la puesta en escena. No negamos la espectacularidad de momentos como el enfrentamiento de nuestro héroe con los yakuzas a lomos del tren bala, sin embargo, pese a sus virtudes, esta elaborada set piece no alcanza el virtuosismo logrado por cineastas como Brian de Palma o Sam Raimi en precedentes como “Misión Imposible” o “Spiderman 2”, respectivamente. Mangold cuida la película para ajustarse al objetivo al objetivo de la Fox, es decir, lograr una cinta digna, que redima a la franquicia del fracaso de la anterior, pero también se nota un temor a querer innovar o llevar la trama a sus últimas consecuencias. Todo está muy medido y estudiado para que la cinta no se salga de unos parámetros de control. Esto hace que la puesta en escena de Mangold, aunque eficaz y esmerada, resulte impersonal, sin ese sello personal que el cineasta supo darle a “El Tren de las 3.10” (posiblemente su mejor película y en la que encontramos un exquisito equilibrio entre patrón genérico y sello de autor). Por otro lado, la cinta adolece lo que suponemos han sido reajustes en postproducción. Sí sabemos que para su estreno comercial se ha limitado la violencia explícita, reservándose ésta para un montaje especial de cara al mercado doméstico. Pero además de eso se aprecia muchos elementos poco desarrollados y, especialmente en el tercer acto de la cinta, hay algunos cambios bruscos de tono, que rompen con la fluidez del conjunto.
w1
A nivel argumental hay varios elementos que también ayuda a dar entidad a la trama, especialmente en todo lo que se refiere al desarrollo del personaje de Lobezno. Situada cronológicamente tras los acontecimientos de “X Men. La Decisión Final”, nos encontramos con un héroe en pugna con su propia identidad. La culpabilidad por haber matado a Jean Grey en su faceta de Fénix Oscuro ha convertido a Logan en un ermitaño, alejado del resto de los humanos para evitar volver a hacer daño a quien ama, a pesar de que el espíritu heroico es irrefrenable. En Japón, Logan encontrará la posibilidad de redimirse de sus pecados, a la vez que, tal vez, recuperarse de sus heridas emocionales (inmunes a su poder curativo). Uno de los giros más cuestionables de la trama va dirigido precisamente a la pérdida de los poderes mutantes del protagonista. Al igual que sucediera en “Superman II” o en “Spiderman 2”, en esta nueva aventura, Logan se ve desprovisto de sus habilidades curativas, colocándolo en una posición de desventaja frente a sus enemigos, pero al mismo tiempo generando una quimérica sensación de normalidad, planteándose por primera vez dejar de ser un paria de la sociedad y poder vivir como el resto de los mortales junto a la joven Mariko. De esta manera, “Lobezno Inmortal” viene a sumarse a ejemplos recientes de títulos que se ajustan al esquema del renacer del héroe (“El Caballero Oscuro. La Leyenda Renace”, “Skyfall”, “Iron Man 3”), más interesados en mostrar a su protagonista desde un ángulo humano, falible, vulnerable, fracasando, para en el tercer acto superar sus fallas y recuperar su puesto como paladín con un retrato psicológico más complejo detrás. El problema aquí es que tras su paso por las tres entregas de “X Men” y su aventura en solitario, los fans esperaban la película definitiva sobre el personaje, con un Lobezno desatado y en plena forma, y la cinta de Mangold nos escatima esa posibilidad, ofreciendo a un Logan a medio gas, con su potencial encadenado por la pérdida de sus poderes.
w5
Para compensar esto, se recurre a la historia de amor con Mariko, excusa que sirve para trabajar más en profundidad la psicología del personaje y su halo trágico tras matar a Jean Grey en “X Men. La Decisión Final”. Este componente es utilizado provechosamente por Hugh Jackman, quien ofrece aquí su interpretación de Logan más cuidada, con más capas, donde ahonda en su sentimiento de soledad, su sentido del honor y el heroísmo y, especialmente, su complejo de culpabilidad debido a una naturaleza violenta que siempre acaba repercutiendo en las personas a las que más ama. No se pueden poner pegos a la labor del actor, quien vuelve a demostrar que hoy por hoy no hay nadie que comprenda y encarne mejor al personaje que él. Desde que encarnara al héroe por primera vez, hace 13 años, el actor ha crecido profesionalmente y eso beneficia notablemente a la evolución del protagonista. Jackman no ha querido descuidar ninguno de las diferentes capas de su personaje (psicológico, emocional, físico). Precisamente, ésta es la entrega donde vemos que el actor ha desarrollado un trabajo de preparación física más importante en el gimnasio. El plan de Aronofsky, cuando aún estaba al frente del proyecto, era precisamente mostrar a un Lobezno con una gran masa muscular, más cercano a la imagen del cómic y había comprometido a Jackman para ello. Tras su marcha, el actor mantuvo este compromiso, aunque debido a su constitución física el resultado final destaca más en la vascularización y la definición, enlugar de en el volumen muscular como pretendia el autor de "La Fuente de la Vida". Gracias a este trabajo, las escenas de acción se convierten en una auténtica exhibición física, así como un repertorio de poses y movimientos que apuntan directamente al apartado más icónico del personaje en los cómics, presentando (ahí sí) a un Lobezno más reconocible e identificable por los seguidores de sus aventuras en papel.
w6
Desgraciadamente, el cuidado y el mimo que se ha depositado en la descripción del personaje principal no tienen su equivalencia en los secundarios. El resto de los personajes de la película cumplen una función más instrumental que dramática. Es cierto que a la mayoría de ellos se les proporciona una justificación argumental, pero su relevancia en la historia queda limitada meramente a ayudar a que guion pueda seguir avanzando. Esto lo podemos encontrar sobre todo en los personajes masculinos. Shingen, Noburo, Harada, incluso el propio Yashida son personajes a los que se les intuye una mayor riqueza psicológica de la que acaban desarrollando en la película, apuntando todo a que estos elementos han sido sacrificados en postproducción en favor del ritmo y la cohesión del metraje. Una pena, teniendo en cuenta el peso de los actores escogidos, sobre todo veteranos como Hiroyuki Sanada (Shingen) y Hal Yamanouchi (el viejo Yashida). En cuanto al reparto femenino, nos encontramos con que una de las principales carencias de la película radica principalmente en la poca definición de Mariko. Este personaje, imprescindible para apuntalar la evolución emocional del protagonista, peca de un desarrollo muy superficial y hubiese necesitado de una actriz con mayor personalidad en pantalla que Tao Okamoto, una exmodelo que debuta con este papel en el cine. Okamoto carece de química con Jackman, siendo la labor del actor lo único que consigue dar entidad a la relación entre Logan y Mariko. Todo lo contrario sucede con el personaje de Yukio. Pese a que la actriz Rila Fukushima no cuenta con mayor experiencia en el cine, su presencia en pantalla y la química con Jackman nos hacen anhelar que hubiese sido ella y no Okamoto la protagonista. Lamentablemente, una vez Mariko entra en acción, el personaje de Yukio es dejado de lado (de nuevo, posiblemente víctima de los recortes en postproducción) para ser retomado en el tercer acto. Finalmente tenemos al personaje de Víbora, interpretado por la actriz rusa Svetlana Khodchenkova, posiblemente el personaje que más aguas hace de toda la película. Doctora, científica, mutante, villana no tiene entidad en ninguno de estos apartados y salvo para justificar la pérdida de poderes de Logan y por el hecho de meter otro personaje mutante que pueda servir de antagonista para el clímax final, resulta completamente prescindible para la película.
w2
“Lobezno Inmortal” es, por lo tanto, una entretenida película de superhéroes, pero queda lejos de ser la adaptación definitiva que necesita el personaje de Logan. Los avatares de la producción y el empeño en no salirse de terreno conocido por miedo a pasarse de rosca dan como resultado una cinta efectiva, pero sin el necesario calado emocional. Y es que como prueba de todo esto, no podemos negar que, por muchas virtudes que tenga una película, cuando lo único que verdaderamente te sorprende y emociona es la escena intracréditos, es que algo no funciona como es debido.
w4

No hay comentarios:

Publicar un comentario