miércoles, 10 de noviembre de 2010

MIRADASDOC. CRÓNICA (PARTE V)

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INTRODUCCIÓN

Entramos ahora en el último apartado de nuestra crónica del festival de cine documental MiradasDoc, donde repasaremos algunas de las actividades que tuvieron lugar entre el viernes y el sábado, incluyendo lo que fue la clausura del evento y la lectura del palmarés.

EL DOCUMENTALISMO EN ZONAS DE CONFLICTO DE DAVID BRADBURY

Uno de los invitados estrella de esta edición de MiradasDoc fue, sin duda, David Bradbury, veterano documentalista, especializado en captar con su cámara situaciones límite, donde la injusticia y el abuso de poder del ser humano quedaba patente en toda su miseria. El festival programó cuatro trabajos representativos de este cineasta: su primera película (“Frontline”, un relato de la guerra de Vietnam a través de las experiencias de su mentor y también reportero de guerra Neil Davis), algunas muestras de su paso por zonas de conflicto (“Panamá. No Pasarán”, acerca de la llegada al poder en 1978 del Movimiento Revolucionario Sandinista, y “Fond Memories of Cuba”, un tributo al pueblo cubano y su forma de afrontar la vida), y su último documental hasta la fecha, “My Asian Heart”, en el que también sigue de cerca el trabajo de otro reportero, Philip Blenkinsop, quien se ha especializado en retratar las zonas de mayor conflicto en China. Estos trabajos son de una dureza poco habitual, ya que Bradbury concibe su profesión como una denuncia precisamente de todo aquello que la prensa internacional por regla general no puede, no se atreve o no quiere contar.

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Este se convirtió precisamente en el tema principal de la Master Class impartida el viernes por la mañana, donde el cineasta se dedicó no tanto a pormenorizar sus métodos de trabajo, como a dejar clara su filosofía como documentalista, resumida en un rotundo “nunca dejar de grabar, pase lo que pase”. El propio Bradbury comenzó su charla confesando los conflictos morales que esto le suponía en un principio y como, al rodar el documental “Frontline”, Neil Davis, tras mostrarle una imágenes donde seguía grabando con su cámara mientras intentaban ayudar a un soldado atrapado en fuego enemigo, le profetizó que llegaría el día en que él también se vería en esa encrucijada y tendría que elegir. Para este tipo de profesionales, su máxima responsabilidad es grabar todo lo que se cruza en su objetivo, por muy cruel o inhumano que parezca, ya que es la única forma de dar a conocer al mundo estas injusticias. Sí comentó Bradbury que, pese a todo, siempre tiene que haber una línea donde por encima de cineasta hay que ser un ser humano, sin embargo, también confesó que, una vez sumergido en el trabajo, no hay tiempo para reflexionar y la necesidad de guardar registro de lo que pasa lo absorbe todo. Otro concepto importante es la certeza de estar cara a cara con la Historia. Situaciones, acontecimientos de relevancia internacional que marcan la trayectoria de la humanidad se convierten en un día a día, donde el cineasta y su cámara participan de ello, recogiendo esas imágenes para la posteridad. Según Bradbury, no siempre se consigue y, en ocasiones, cuando ya se tiene el material, éste es requisado por las autoridades, pero eso forma parte de los desafíos a los que se enfrentan aquellos que, como él, han escogido este tipo de vida.

MUJERES CINEASTAS

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Una de las actividades ya asentadas del festival MiradasDoc es el encuentro anual entre las asociaciones de mujeres de Guía de Isora con mujeres cineastas llegadas de diferentes partes del mundo. En esta ocasión hay que destacar que muchos de los trabajos presentados a lo largo de la semana que tuvo lugar el evento venían firmados por mujeres, algunas de las cuales se desplazaron hasta Tenerife para presentar sus películas. Para la ocasión, la organización solicitó a la productora Patricia Boero y a las directoras Araceli Santana y Sahraa Karimi que fueran las interlocutoras, especialmente esta última quien posteriormente presentó su película “Mujeres Afganas tras el Volante”. La conversación giró principalmente entorno al compromiso de cada una de ellas a la hora de dar visibilidad con su trabajo a los problemas de la mujer en la sociedad, denunciando la discriminación existente en materia de género. Por su parte Karimi habló de su experiencia personal, sus dificultades para que tomaran en serio su trabajo en un país como Afganistán mientras rodaba su película y de cómo aún su familia espera que abandone ese mundo del cine para terminar sus estudios universitarios.

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Y precisamente de todo esto trataba su película “Mujeres Afganas tras el Volante”, donde las experiencias de un grupo de mujeres que buscan sacarse el carnet de conducir se convierte en una excelente metáfora de la visión que el pueblo afgano aún tiene de la mujer. Si bien algunos de los hombres entrevistados no se oponía a que condujeran y sus propios maridos las apoyaban en su propósito, otras declaraciones, tanto de hombres como de mujeres, mostraban aún una incapacidad para concebir incluso la posibilidad de esto fuera posible. En el propio documental podemos observar momentos en el que algunas de las protagonistas son insultadas y amenazadas por el mero hecho de ponerse tras el volante (una de ellas, ya en posesión del carnet, se dedica a ejercer como taxista, encontrándose con pasajeros que se niegan a pagar el viaje por una cuestión de mero machismo). En el otro lado de la balanza podemos encontrar escenas de gran ternura entre marido y mujer, como el momento en el que la directora le pide a uno de ellos que bese a su mujer ante la cámara (algo prohibido en Afganistán y, según comentó Karimi posteriormente, una de las razones por las que su película no puede ser exhibida en el país). De esta manera nos encontramos como algo tan sencillo y anecdótico como una mera licencia de conducir pasa a convertirse en un reflejo perfecto de la discriminación de la mujer.

DOCEXPRESS

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En esta quinta edición MiradasDoc apostó también por apoyar a las nuevas generaciones y una vez más, en colaboración con los centros que imparten imagen y sonido en las islas, pusieron en marcha una nueva edición de Docexpress. Esta actividad consiste en la elaboración de una pieza documental durante la semana que tiene lugar el festival, de manera que en cuestión de 8 días hay que idear, desarrollar, rodar y editar todo el trabajo. En esta ocasión se plantearon tres historias paralelas, relacionadas con tres personas relacionadas con la organización del festival. De manera amena y entrañable, se nos ofreció un acercamiento al trabajo que ejerce cada uno y a su personalidad, todo ello contrastado con las declaraciones de sus compañeros de trabajo. Obviamente, las limitaciones de tiempo y la inexperiencia de los alumnos determinan las características del producto final, y si bien nos gustó más el trabajo del año pasado, el resultado fue elogioso y esmerado.

CLAUSURA

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Después de un día más sosegado en cuanto a ritmo de actividades y proyecciones, el sábado por la noche tuvo lugar la gala de clausura del festival, momento en el que se entregaron los galardones a las películas que conformaban la sección competitiva. Los diferentes jurados elegidos para la ocasión lo tuvieron complicado, ya que el nivel de los trabajos era muy alto, con películas realmente excepcionales, como hemos podido ver en crónicas anteriores. Esto quedó saldado con la incorporación de galardones especiales (algunos incluso ex aequo), lo que permitió repartir un poco más los premios.

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El Premio al Mejor Cortometraje Canario fue para Víctor Moreno por “Holidays”, según el criterio del jurado integrado por Gloria María Cossío, Chus Barrera y Eduardo Araujo. “Tom Zé. Astronauta Liberado” se alzó con el Premio Canal + y al Mejor Documental Español gracias al fallo de Manuel Pérez Estremera, Carles Bosch y Toni Canet. Este mismo jurado se encargó de entregar el premio a Mejor Opera Prima a “Una Vida Normal. Crónica de un Luchador de Sumo”, anunciando también una Mención Especial ex aequo para Shosholoza Express de la alemana Beatrice Möller, y “Afganas detrás del Volantede Sahraa Karimi.

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El jurado internacional, integrado por Patricia Boero, Jorge Goldenberg y Javier Miranda, decidió que el mejor cortometraje documental era “Oráculos de Café” de Zeynep Devrim Gürsel, con una Mención Especial para el largometrajeCuchillo de Palo de la paraguaya Renate Costa Perdomo y al cortometraje “El mundo de Raúl de Jessica Rodríguez y Zoe Miranda. El Premio del Público, uno de los más valorados por los participantes en el certamen y dotado con 1.500 euros, recayó en esta ocasión en la cinta “El Problema, de Jordi Ferrer y Pablo Vidal, sobre el conflicto que sufre la población saharaui (y que desgraciadamente se ha puesto de máxima actualidad tras la finalización del certamen). Por último, el premio principal de la noche fue para la cinta “Contact” de los australianos Bentley Dean y Martin Butler. Para cerrar la noche, se proyectó la película “1001 Iranes” de la directora iraní Firouzhe Khosrovani, que en la edición de 2008 ganó en este mismo festival el premio al mejor cortometraje por “Rough Cut”.

BALANCE FINAL

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Corren malos tiempos para la cultura. Si ya de por sí nos encontramos en un área con diferentes resistencias y carencias (no sólo económicas, sino también de menosprecio de su relevancia en la sociedad moderna), los efectos de la crisis económica que sufrimos se han vuelto aún más patentes en todas aquellas actividades que intentan mantener el pabellón de la cultura activo. Por su parte MiradasDoc cumple además una función social, acercándonos a realidades y problemas de los que pocas veces somos conscientes. En esta quinta edición, el festival ha demostrado que pese a los recortes de presupuesto, es un evento asentado, con una fórmula ya establecida y bien hilada. A destacar la zona de mercado como una de las que más sigue creciendo, convocando cada año a nuevos profesionales del medio. En el apartado de proyecciones, la opción iniciada este año de programar de manera temática nos ha parecido una buena innovación, no sólo para el espectador ocasional (que así puede organizarse mejor su asistencia al festival dependiendo de los títulos que le apetezca ver), sino también para los que nos mantenemos toda o la mayor parte de la semana. Otra ventaja es que si bien el evento va creciendo año a año, no pierde su característica de encuentro cercano entre los cineastas y el público asistente. Falta aún impulsar más la asistencia de espectadores a la sala, que si bien para determinadas películas se llegó a contar con una buena afluencia de público, muchas de ellas quedaban un tanto desoladas. En cualquier caso, podemos establecer un balance final bastante positivo para esta quinta edición de MiradasDoc, por lo que desde aquí queremos felicitar y agradecer la invitación a todo el equipo directivo (Alejandro Krawietz, David Baute y Rolando Díaz) y miembros de la organización, en especial al gabinete de prensa (tanto del festival como del ayuntamiento) por su amabilidad y ayuda.

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