viernes, 23 de julio de 2010

FIMUCITÉ 2010. ENCUENTROS CERCANOS CON LA MÚSICA DE CINE (II)

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PARTE II. DESDE LAS PROFUNDIDADES DEL OCÉANO HASTA LOS CONFINES DEL UNIVERSO
1. LOS MUNDOS DE BRUNO COULAIS
La noche del viernes estuvo destinada a los dos invitados extranjeros del festival: el francés Bruno Coulais y el estadounidense Bear McCreary. El primero llegó a Fimucité avalado por una extensa filmografía internacional, dentro de la cual destacan especialmente sus trabajos con el productor Jacques Perrin (a quien definió como un actor muy famoso en Francia y un productor loco que invierte todo su dinero en proyectos muy arriesgados como “Microcosmos”, “Nómadas del Viento”, “Los Chicos del Coro”, u “Océanos”) y el éxito de la cinta de animación “Los Mundos de Coraline”, dirigida por Henry Selick. El Festival convocó a Coulais también con una finalidad concreta, hacerle entrega de la primera edición del Fimucité Green Award, un galardón a través del cual se premiaba su extenso trabajo en documentales de naturaleza en los que se establece una defensa de la biodiversidad de nuestro planeta. Este premio estaba patrocinado por The Climate Project Spain, que a su vez forma parte de la Al Gore Foundation.
Uno de los aspectos llamativos de las intervenciones de Bruno Coulais en las actividades paralelas del festival fue la determinación del compositor por librarse del encasillamiento. Muy amable y atento con el público, el compositor enfatizó en todo momento que, pese a estar muy agradecido por el éxito de “Los Chicos del Coro” (partitura que él mismo afirmó que estaba muy alejada de su universo particular como músico y que no es precisamente de la que se siente más satisfecho) o este galardón por sus documentales, su principal objetivo es no dejarse engatusar por el éxito y buscar siempre nuevas vías para seguir ampliando su abanico musical. Dijo encontrar la inspiración para su música dando paseos y fijándose en todo lo que le rodea, extrayendo ideas musicales de la misma naturaleza o incluso (como en el caso de uno de sus últimos trabajos, “Babies”) utilizando juguetes infantiles como instrumentos musicales. Si reconoció que le cuesta encontrar la inspiración cuando trabaja en películas de corte realista y cotidiano, prefiriendo participar en cintas que cuenten con elementos extraordinarios (las poderosas imágenes submarinas de “Océanos”, o los elementos fantásticos de películas comerciales como “Vidoq”, “Belphegor. La Máscara del Faraón” o “Los Ríos Color Púrpura”). Es en estos aspectos donde encuentra las texturas y el color necesario para crear la partitura musical. De su relación con Henry Selick comentó la excelente comunicación existente, a pesar de contar con un océano de por medio. Las nuevas tecnologías le permitían tener fluidas conversaciones acerca de la película, en ocasiones más fructíferas que las mantenidas con directores franceses, donde muchas veces el diálogo derivaba en temas banales y alargaba el proceso de trabajo.
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Bruno Coulais fue el responsable de abrir el concierto del viernes y lo hizo con una excelente selección de tres obras de su repertorio: “Microcosmos”, “Himalaya” y, especialmente, “Oceános”, partitura de la que se hacía el estreno mundial en concierto y que dominaba la mayor parte del programa. Esta primera parte estuvo dirigida por el director del Festival, Diego Navarro, e interpretada de manera excepcional por la Orquesta Sinfónica de Tenerife y el Tenerife Film Choir. La música de Bruno Coulais, sobre todo en estos trabajos, es de una gran complejidad. Son partituras repletas de texturas y capas, pero que al mismo tiempo saben llegar al público gracias a sus emotivas melodías.
De la selección de “Microcosmos” destacó especialmente “La Fin de Rêve”, un tema apoyado en la hermosa voz de la directora del coro, Cristina Farrais, y que en su versión original estuvo interpretada por el hijo del compositor. De “Himalaya” se presentó un único tema “Norbu”, una composición de gran belleza pero de la que algunos echamos de menos su versión coral (para aquellos que no conozcan esta banda sonora, queda plenamente recomendada desde aquí; en mi opinión se trata de uno de los mejores trabajos de Coulais, junto con “Don Juan” de Jacques Weber). Finalmente, se hizo la presentación de la versión para concierto de “Oceános”, cerrada de manera magistral con el tema “La Cavalerie sous la Mer”.
2. BEAR MCCREARY. ESO DECIMOS TODOS
La segunda mitad del concierto del viernes cambió completamente de tercio en cuanto a estilo musical se refiere. Convertido sin duda en uno de los principales atractivos de esta edición del festival, Fimucité hacía una nueva presentación a nivel mundial con la interpretación por parte de la Orquesta Sinfónica de Tenerife, el Tenerife Film Choir y la Battlestar Galactica Orchestra de la “Battlestar Galactica Symphony”, una selección de algunos de los temas principales de la popular serie de televisión en su versión del año 2003. El encargado de dirigir a las tres formaciones fue el propio creador de la banda sonora, Bear McCreary, un joven compositor de 31 años quien en pocos años ha pasado a encabezar el ranking de compositores para televisión (refrendado durante su estancia en Tenerife, tras obtener su primera nominación a los premios Emmy gracias a su tema principal para la serie “Escudo Humano”). Además de “Battlestar Galactica” y “Escudo Humano”, McCreary es también el autor de la música de otras producciones televisivas (como “Las Crónicas de Sarah Connor”, “Trauma”, “Eureka” o, actualmente, la precuela de “Galactica”, “Caprica”), algunos largometrajes (especialmente títulos de terror de bajo presupuesto como “Camino Sangriento. Wrong Turn 2”, o “Área de Descanso”) y videojuegos (“SOCOM 4” y “Dark Void”).
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La mayor parte de las intervenciones de Bear McCreary en las actividades paralelas (primero en una mesa redonda con Bruno Coulais y, al día siguiente, con los componentes de la Battlestar Galactica Orchestra) estuvieron centradas en su experiencia en la serie de televisión que le ha dado la fama. El compositor destacó principalmente su admiración por la nueva “Galactica”, como modelo de serie de calidad, con un enfoque del género de ciencia ficción que no se limita al mero entretenimiento, sino que cuenta con excelentes personajes y se atreve con temas de carácter social y metafísico. Como él mismo dijo, antes que compositor, él es un gran fan. McCreary comentó que los productores de la serie sólo le indicaron que, musicalmente, no querían que siguiera los pasos de “Star Wars” o “Star Trek”. Dejando el estilo sinfónico a un lado, eso le abría las puertas para jugar con una mezcla de diferentes estilos, introduciendo música étnica y rock junto con otros aspectos más clásicos. La música de cada episodio se hacía sin saber qué vendría a continuación, por lo que, al menos en las primeras temporadas, a penas se podía planificar el desarrollo de la partitura con antelación. No sería hasta la tercera y, especialmente, la cuarta temporada, que los productores le permitieron participar de forma más activa en la creación de la serie, momento a partir del cual, la música adquiere un mayor protagonismo. Con respecto a la creación de la Battlestar Galactica Orchestra, todo comenzó de manera un tanto anecdótica y la idea surgió de Raya Yarbrough, la cantante del grupo, quien pensó que un pequeño concierto con la música de la serie podría servir para promocionar el show. El primer concierto fue organizado en un pequeño local de jazz, que pronto se probó insuficiente para la cantidad de público asistente. Desde entonces, los conciertos se han ido sucediendo en diferentes localizaciones y aumentando su espectro, con gran éxito. La mayor dificultad a la hora de pasar la música del estudio al directo, fue sobre todo el tener que acotar el número de músicos y la orquestación. Al trabajar en estudio se podía utilizar una gama más amplia de instrumentos (especialmente instrumentos atípicos procedentes, en su mayor parte, de la colección particular del guitarrista y orquestador Steve Bartek). Para los conciertos era necesario acotar la orquestación a una formación de banda de rock, siendo el concierto de Fimucité la primera vez que la música se presentaba en directo con toda una orquesta completa. Con respecto a otros trabajos, McCreary habló sobre todo de su labor en el campo de los videojuegos, comentando que su enfoque se basaba más en su propia experiencia jugando con consolas y en cómo él creía que debía funcionar la música dentro de este tipo de productos, más que en conversaciones con otros compositores que hubiesen trabajado en ese sector.
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Si el programa de Bruno Coulais era una apuesta del festival por un tipo de música compleja, delicada e intimista, la “Battlestar Galactica Symphony” suponía un estilo más directo, expansivo y grandilocuente, además de contar con un público entusiasta, conocedor de las melodías de la serie. La combinación de las dos orquestas (Sinfónica de Tenerife y Battlestar Galactica) sonó atronadora, enfatizándose aún más la combinación y el contraste entre los componentes clásicos de la orquesta con las incorporaciones distintivas de la música de la serie (taikos japoneses, guitarra acústica y eléctrica, violín y sitar eléctrico), además de la participación vocal de Raya Yarbrough y Brendan McCreary. Como “pero” se podría apuntar que, en determinados momentos, esa combinación resultaba un poco excesiva y ruidosa, llegando la percusión a eclipsar la labor de la sección de cuerdas de la orquesta sinfónica. Sin embargo, en general, el concierto resultó espectacular y altamente disfrutable por los fans de la serie que se habían desplazado hasta el Auditorio de Tenerife (algunos procedentes de lugares tan dispares como Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania). A modo de “bis”, una vez finalizado el programa de concierto, y ya con la orquesta sinfónica retirada del escenario, la Battlestar Galactica Orchestra interpretó en solitario el tema “All Along the Watchtower”, logrando una fervorosa ovación por parte de la audiencia.
Fotos de los conciertos obra de Manuel Espinosa Martín: http://www.flickr.com/photos/meminicialesyahooes/

2 comentarios:

  1. Muy buen post y muy interesante la parte de Bruno Coulais, del cual había escuchado en su día la BSO de Coraline y poco más. Fue todo un descubrimiento para mí sus aportaciones a estos documentales.

    De McCreary, obviamente, era más conocedor desde que ví y escuché Galáctica. Como a tantos otros, era la parte que más me interesaba del concierto. No es justo para el señor Coulais que hace muy buena música, pero obviamente su sosegado y relajante estilo no podía contra el cañero y rítmico de McCreary.

    Sea como fuere, creo sinceramente que han conseguido superarse otro año más, con los recursos diezmados por la crisis han sacado otro Festival adelante de mucha calidad. Eso es aún más meritorio que cuando las cosas van mejor.

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  2. Muchas gracias. De Coulais hay mucho que se puede recomendar. En el post yo menciono "Himalaya" y "Don Juan", que son mis favoritas, pero tiene cosas magníficas y muy heterogéneas como "Vidoq", "Nómadas del Viento" y, por supuesto, "Los Chicos del Coro". De las últimas, "Babies" es muy original y "Lucy Luke" muy divertida.

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