lunes, 18 de febrero de 2013

PREMIOS GOYA 2013

Premios-Goya-2013

Era de esperar. Con una Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España que aparentemente tan sólo vio 5 películas españolas en 2012, la entrega de sus premios anuales se redujo a un previsible y abusivo reparto de estatuillas, con una clara ganadora, “Blancanieves”, que obtuvo un total de 10 Goyas (de 19 candidaturas), seguida por “Lo Imposible” con 5, “Las Aventuras de Tadeo Jones” con 3 y “Grupo 7” con dos galardones. La gran ninguneada de la noche fue “El Artista y la Modelo”, cinta que, a nuestro entender, hubiese merecido haber estado entre las principales ganadoras, pero que, precisamente por su competencia con la película de Pablo Berger, acabó la noche de vacío, ya que incluso dos de las grandes olvidadas en el momento de las candidaturas, “Una Pistola en cada Mano” y “El Muerto y Ser Feliz”, consiguieron alzarse con la única estatuilla a la que optaba (Mejor Actriz de Reparto para Candela Peña y Mejor Actor Principal para José Sacristán, respectivamente). No queremos aquí restar méritos a “Blancanieves” o “Lo Imposible” (cintas que representan a la faceta más artística y más comercial de nuestra industria, respectivamente), pero como en todo, los premios no caen nunca a gusto de todos. Nosotros hubiésemos preferido un mayor reparto de los premios entre las candidatas, al mismo tiempo que disentimos con galardones como mejor director novel para Enrique Gato. Chapeau a la Academia por premiar a una cinta de animación fuera de su categoría correspondiente, pero en nuestra opinión Paco León era más merecedor de este premio. Lo mismo opinamos del apartado a mejor actriz revelación. Sin duda, Macarena García realiza un espléndido trabajo por “Blancanieves”, pero no entendemos este premio salvo que hubiese sido ex-aequo con Sofía Oria (algo que la injusta ley actual de la Academia con respecto a los menores de 16 años imposibilitaba), y aún así seguimos opinando que Carmina Barrios representaba mejor a esta candidatura. Por nuestra parte además los premios a mejor música original y mejor maquillaje y/o peluquería hubiesen ido a Fernando Velázquez y Alessandro Bertolazzi, David Martí y Montse Ribé, respectivamente, por “Lo Imposible” en lugar de a Alfonso de Villalonga y Fermín Galán y Sylvie Imbert por “Blancanieves”. Salomónica fue la decisión de repartir los dos principales galardones (mejor dirección y mejor película) entre las dos favoritas (Juan Antonio Bayona para el primero y Pablo Berger para el segundo). Entre los premios sorpresa e inesperados podemos destacar el Goya a la Mejor Película Iberoameriana para “Juan de los Muertos”, imponiéndose a títulos aparentemente más propicios a premio como “Infancia Clandestina”.

La gala se desarrolló en los parámetros habituales de los últimos años. La ausencia de publicidad en Televisión Española permitió que el reparto de premios fuera ágil, aunque muchos premiados, llevados por los nervios o las reivindicaciones políticas y sociales rozaran el límite de tiempo impuesto a cada uno. Eva Hache actuó de nuevo como maestra de ceremonias de manera efectiva, ácida y punzante, imponiendo el humor en todo momento, pero reservándose varios dardos envenenados tanto al Ministro de Cultura, Ignacio Wert, como a la propia Academia. Supo interactuar con la audiencia (especialmente los candidatos) y sortear con sagacidad algunos de los escoyos que le aguardaban este año, donde se imponía una defensa de la industria frente a los recortes del gobierno, sin caer en los excesos reivindicativos de ocasiones anteriores. Sus parodias de las películas candidatas aportaron respiro al desarrollo de la gala, al igual que la participación de los componentes de “La Hora Chanante”, quienes también supieron salir al paso del conflicto político que sobrevoló toda la ceremonia.

Sí se acusó este año algunos problemas de organización, que tuvieron su momento más grave con el anuncio erróneo del premio a Mejor Canción Original, donde Adriana Ugarte y Carlos Santos leyeron en primera instancia como ganadores a los autores del tema principal de “Los Niños Salvajes”, para inmediatamente rectificar y entregar la estatuilla a “Blancanieves”, con la consiguiente desilusión de los primeros, quienes durante 15 segundos se vieron ganadores del Goya. Un momento tan delicado no fue llevado con buena mano por Carlos Santos, quien justo a continuación (queremos pensar que víctima de los nervios) se permitió bromear con el suceso y anunciar que habría más errores de lectura de sobres esa noche. Lo cierto es que, pese a esto, la chanza de Santos estuvo cerca de cumplirse, ya que posteriormente siguieron presentándose dudas por parte de los presentadores a la hora de saber qué sobre era el que llevaba el premio, como fue el caso de Santiago Zannou y Enrique Urbizu, quienes estuvieron a punto de entregar Goya a mejor dirección novel a Maribel Verdú, ya que nadie había retirado de la mesa el sobre con la ganadora del apartado de actriz principal.

Esos, sin embargo, no fueron los únicos sobres problemáticos de la noche. Estaba claro que la gala reflejaría el estado de descontento de la industria española y sus artistas con respecto a la gestión del gobierno de Mariano Rajoy, haciéndose referencia a la subida del IVA, los recortes en Cultura (también en Sanidad, Educación), el problema de la vivienda, el estado de la Monarquía y los casos de corrupción que han salpicado al Partido Popular. Ya de por sí la gala arrancó con una parodia a “Bienvenido Mr Marshall”, en la que Enrique González Macho (de gran parecido físico con Mariano Rajoy) ocupaba el puesto de Pepe Isbert con su legendario “os debo una explicación”. Posteriormente, Eva Hache denunciaría también la ausencia de Casa Real en la gala (comparando jocosamente con la asistencia del Príncipe Felipe a los partidos de balonmano). Algunos presentadores hicieron también mención a los recortes de manera no siempre sutil (pegatinas alusivas al No, tijeras que recortan los sobres con los premiados, Corbacho saludando únicamente un 21% al ministro, o referencias al conflicto con Cataluña, la amnistía fiscal o a los sobres de Luis Bárcenas), mientras que muchos ganadores quisieron aprovechar sus minutos en el escenario para denunciar las medidas del gobierno. En este sentido, la más virulenta fue Candela Peña, con un aplaudido discurso con referencias personales a la Sanidad, la Educación y el paro. En cualquier caso, si bien los artistas no cedieron tregua al gobierno, en ningún momento llegaron a los niveles de enfrentamiento de años anteriores con la Guerra de Irak. Por otro lado, Wert asumió su posición de punching ball del Gobierno, recibiendo las críticas como quien asiste a una murga o una chirigota del carnaval.

La crítica institucional llegó con el discurso del presidente de la Academia, quien en su ajustada intervención (que él mismo subrayó delimitada por el margen impuesto por la realización de la gala) se refirió a los doce meses de incertidumbre que ha atravesado el sector debido a las políticas culturales. González Macho se refirió a la desastrosa subida del IVA y sus consecuencias, la ineficaz lucha contra la piratería, lo pacata que resultó la ley Sinde-Wert, el deterioro de RTVE y sus consecuencias para el sector audiovisual, y cómo pese a haber cerrado un 2012 excepcional en cuanto a cifras, las previsiones para el 2013 eran bastante negativas, resaltando la importancia de la nueva ley del cine que estaban negociando los diferentes sectores cinematográficos con el gobierno de la nación. Todo ello bien argumentado, sin caer en victimismos, ni confrontaciones ciegas, pero dejando claro que González Macho es, ante todo, un empresario. Su discurso se centró en aspectos económicos, fiscales, pero a penas quedó espacio para un análisis artístico de la producción del 2012, ni autocrítica que no fuera más allá de ensalzar el éxito de un reducido conjunto de películas que han salvado con nota los muebles al cine español. Bien debía el presidente haber reconocido en su discurso que han sido tres títulos los que han elevado la cuota de recaudación del cine español y que, sin ellos, 2012 hubiese sido posiblemente un annus horribilis para nuestra industria. Se hizo referencia a la importancia de las televisiones, sí, pero se obvió, una vez más, la nefasta gestión de distribución que tienen las películas españolas. No sólo por el monopolio de Hollywood, sino por falta de visión comercial. Precisamente, películas como “Lo Imposible” o “Las Aventuras de Tadeo Jones” han dejado claro que las carencias del cine español no son tanto por la presión del cine estadounidense, como por una notable carencia de marketing a la hora de hacer llegar a las películas al público general.

Nosotros particularmente, de toda la gala queremos quedarnos con dos momentos concretos: el homenaje a Concha Velasco y el Goya a José Sacristán. Ambos artistas recibieron las dos únicas standing ovations de la noche, merecidas y que dejaban claro la veteranía y la clase del cine español, además de servir de necesarias compensaciones, ya que para los dos supuso el primer Goya de sus carreras. Tras un sentido video homenaje a su carrera, Velasco se llevó al público al bolsillo con un magnífico monólogo sobre la frustración de perder un Goya, cerrando el tributo un juguetón número musical que mezclaba algunos de los temas míticos de la carrera de la actriz. Por su parte, Sacristán, fiel a su línea sobria y racional, elaboró un discurso de agradecimiento en el que supo aunar con inteligencia la referencia a los nuevos creadores (como David Trueba o Javier Rebollo, con los que estrenó títulos en 2012) con la herencia recibida (en especial su mención final a Paco Marsó).

Esperemos que las ominosas predicciones de González Macho sobre la andadura del cine español en 2013 no lleguen a cumplirse, apoyemos nuestro cine (pero no sólo los espectadores, también la propia Academia, quien debería respaldar a todos y no sólo a cinco películas de todo un ejercicio anual) y crucemos los dedos para que dentro de un año los Goya representen realmente a toda la producción del cine español, con un reparto más equilibrado y justo de los premios.

PALMARÉS

- Mejor película: Blancanieves.

- Mejor director: J.A. Bayona por Lo imposible.

- Mejor director novel: Enrique Gato, Las aventuras de Tadeo Jones.

- Mejor actor protagonista: José Sacristán, El muerto y ser feliz.

- Mejor actriz protagonista: Maribel Verdú, Blancanieves.

- Mejor actor de reparto: Julián Villagrán por Grupo 7.

- Mejor actriz de reparto: Candela Peña por Una pistola en cada mano.

- Mejor actor revelación: Joaquín Núñez por Grupo 7.

- Mejor actriz revelación: Macarena García por Blancanieves.

- Mejor guion original: Pablo Berger por Blancanieves.

- Mejor guion adaptado: Las aventuras de Tadeo Jones.

- Mejor música original: Alfonso de Villalonga por Blancanieves.

- Mejor dirección de producción: Sandra Hermida por Lo imposible.

- Mejor montaje: Blancanieves.

- Mejor diseño de vestuario: Paco Delgado por Blancanieves.

- Mejor sonido: Lo imposible.

- Mejor película de animación: Las aventuras de Tadeo Jones.

- Mejor película iberoamericana: Juan de los muertos.

- Mejor canción original: No te puedo encontrar, Blancanieves.

- Mejor dirección de fotografía: Blancanieves.

- Mejor dirección artística: Blancanieves

- Mejor maquillaje y/o peluquería: Blancanieves.

- Mejores efectos especiales: Lo imposible.

- Mejor película documental: Hijos de las nubes.

- Mejor película europea: Intocable.

- Mejor cortometraje de animación español: El vendedor de humo.

- Mejor cortometraje de ficción español: Aquel no era yo.

- Mejor cortometraje documental: Una historia para los Motlin.

- Goya de Honor: Concha Velasco.

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