Hoy martes 4 de octubre se cumple el 89 aniversario del nacimiento de Charlton Heston, uno de los grandes rostros del cine clásico de Hollywood, fallecido en 2008 víctima de la enfermedad de Alzheimer. Su legado nos ha dejado grandes películas, sobre todo en el género épico religioso, con títulos como “Los 10 Mandamientos” o “Ben Hur”, pero su carrera abarcó otros muchos personajes de diferente índole.
Charlton Heston nació en Evanston, en el estado de Illinois el 4 de octubre de 1924. Su verdadero nombre era John Charles Carter. Antes de cumplir los 10 años, los padres de Heston se divorciaron y él se quedó con su madre. Unos años más tarde, ella se casó con un hombre llamado Chester Heston, apellido que él mismo utilizó como nombre artístico al iniciar su carrera profesional. Durante su paso por el instituto, Heston participó en diferentes funciones teatrales con tan buen resultado que obtuvo en 1942 una beca para estudiar en la escuela de arte dramático de la Universidad del Noroeste. En 1944 se casó con una estudiante de arte dramático de la universidad, Lydia Clarke, con la que permaneció el resto de su vida, y ese mismo año fue llamado a filas. Participó en la guerra y volvió tres años después.
Tras intentar abrirse camino en el campo teatral durante varios años, el matrimonio se instaló en Nueva York en 1947, donde Heston recibió una oferta para intervenir en la obra “Antonio y Cleopatra” en un teatro Broadway. Heston tuvo éxito y consiguió nuevas ofertas, también para la televisión, medio en el cual hizo varias interpretaciones que tuvieron una buena acogida. El actor consideró entonces, que había llegado el momento de trasladarse a Hollywood. Allí debutó en la pantalla grande en 1950 con la película “Ciudad en Sombras”, con la que llamó la atención de los profesionales del cine. Ese mismo año, a raíz de su interpretación en el teatro de “Antonio y Cleopatra”, fue contratado para volver a interpretar a Marco Antonio, en esta ocasión en una adaptación de la obra de Shakespeare “Julio Cesar”.
A continuación regresó a la televisión, donde interpretó algunos papeles hasta que en 1952 protagonizó el título que le convirtió en un prometedor nuevo talento de Hollywood, “El Mayor Espectáculo del Mundo”, dirigida por Cecil B. DeMille. Aquí interpretaba al gerente de un circo y compartió reparto con otros nombres destacados como James Stewart, Dorothy Lamour, Bing Crisby o Bob Hope. A partir de este momento participó en varios títulos que le fueron marcando como uno de los intereses de los grandes estudios para ingresar en el grupo de las grandes estrellas. La ruda imagen de tipo duro de Heston, marcada por su poderosa mandíbula, le convirtió en el actor ideal para protagonizar la cinta de aventuras de 1954 “Cuando Ruge la Marabunta”, un título y una estética del actor que años más tarde sirvió de referente para el personaje de Indiana Jones. En cualquier caso, Heston tuvo que esperar hasta 1956 para que el estrellato se abriera ante él como las aguas del mar rojo. Nunca mejor dicho, porque esa película fue “Los 10 Mandamientos”. Con este título demostró que podía ser algo más que un actor de aspecto rudo, encasillado en papeles de acción, enfrentándose a los más variopintos personajes. Moisés se convirtió en el primero de una larga sucesión de personajes emblemáticos que elevaron a Heston a la categoría de leyenda del cine.
Ese mismo año Heston protagonizó “La Ley de los Fuertes”, donde volvía a coincidir con su compañera de reparto de “Los 10 Mandamientos”, Anne Baxter. Éste no fue el primer western protagonizado por Heston, y desde luego tampoco el último, ya que se trataba de un género por el que todas las grandes estrellas, salvando alguna excepción, como Cary Grant, debían pasar. En cualquier caso, Heston era, sin duda, uno de esos rostros ideales para este tipo de películas, como volvió a dejar claro en 1958 cuando protagonizó junto a Gregory Peck uno de los títulos capitales del género, “Horizontes de Grandeza”. La imagen de héroe de acción del actor quedó reafirmada también ese año gracias a la cinta de aventuras “El Bucanero”.
Tras “Los 10 Mandamientos” Heston era uno de los rostros favoritos del estudio, y su nombre se barajaba siempre que era posible por su enorme tirón en taquilla. También en 1958 el estudio presionó a Orson Welles para que le diera el papel protagonista de su película “Sed de Mal”. Welles siempre se mostró disconforme con esta imposición, ya que no veía creíble a Heston en el papel de un mexicano, por mucho que el maquillaje intentará disimularlo. En cualquier caso, la pericia de Welles tras la cámara convirtió a la película en un clásico, lo que tampoco le vino nada mal a la carrera del actor. Si el papel de Moisés definió a Charlton Heston como una de las principales estrellas del momento, su elección para protagonizar en 1959 “Ben Hur” fue definitiva para su carrera. A partir de este momento, Heston pasó a ser el actor ideal para toda producción de época que surgiera, especialmente si tenía un trasfondo religioso.
El abanico de personajes de Heston se amplió en 1961 con su participación en “El Cid”. Esta película marcó también el principio de la relación de Heston con el productor Sammuel Bronston. Ambos volvieron a coincidir en “55 Días en Pekín”, uno de los títulos más representativos del cine de este productor. El éxito de estas dos películas llevó a que Bronston quisiera reunir a la pareja protagonista de “El Cid”, Heston y Sofia Loren, en otra producción histórica, “La Caída del Imperio Romano”, pero finalmente eso no fue posible. En su lugar Heston pasó a protagonizar otra cinta de ambientación medieval, “El Señor de la Guerra”, y su papel recayó en manos de Stephen Boyd, el Messala de “Ben Hur”.
1965, el mismo año de “El Señor de la Guerra”, supuso todo un triunfo para Heston. Ese año interpretó a Miguel Ángel en “El Tormento y el Éxtasis”, convirtiéndose éste en otro de los trabajos más celebrados del actor. Además representó un pequeño papel en “La Historia más Grande Jamás Contada”, poniéndose en la piel de Juan el Bautista. En cualquier caso no todo fue positivo en 1965, y su paso por el western “Major Dundee” le puso en medio de una dura contienda entre el director Sam Peckinpah y el estudio. Aquí Heston demostró tener una fuerte personalidad, al posicionarse en el lado del Peckinpah, quien tenía todas las de perder, como finalmente así fue. La película quedó mutilada por el estudio, perdiendo la posibilidad de ser la primera obra maestra de un director que posteriormente validaría su criterio con títulos como “Grupo Salvaje” o “Patt Garret & Billy the Kid”. En los siguientes años Heston protagonizó algunos títulos interesantes, como la cinta de aventuras de 1966 “Kartum” o el western de 1968 “El más Valiente entre Mil”. Sin embargo, ya en la frontera con la década de los 70, el actor estaba dispuesto a dar un giro a su carrera, adentrándose en personajes y géneros nuevos para él.
En 1968 Charlton Heston sorprendió a propios y extraños al protagonizar la cinta de ciencia ficción “El Planeta de los Simios”. Nuevamente nos encontramos ante un título mítico de la filmografía de este actor, y su secuencia final ha pasado a ser una de las más recordadas de la Historia del Cine. “El Planeta de los Simios”, junto con otros títulos contemporáneos, vino a apostar por una revisión de la ciencia ficción que fuera capaz de acercarse a la convulsa situación social y política de Estados Unidos. La película inició toda una franquicia, con varias películas, series de televisión, novelas y comics como resultado. Heston sólo participó en la primera de estas secuelas, “Regreso al Planeta de los Simios”, recuperando a su personaje del Capitán Taylor de manera muy secundaria, aunque eso sí, con la condición de que éste muriera en la película para así poder liquidar su adhesión a la franquicia. En los primeros años de la década de los 70, Heston apostó por otros títulos de género fantástico que supusieron una renovación de su imagen como actor. “El Último Hombre Vivo” de 1971 era una adaptación de la novela de Richard Matheson, “Soy Leyenda”, mientras que “Cuando el Destino nos Alcance” de 1973 ofrecía una nueva visita del actor al terreno de los futuros distópicos, con la humanidad dirigiéndose a su destrucción final.
También en estos primeros años de la década recuperó al personaje de Marco Antonio que tanto le había beneficiado a principios de su carrera en dos adaptaciones de obras diferentes de William Shakespeare, “Julio Cesar” y “Antonio y Cleopatra”, encargándose el propio actor de dirigir esta última. Posteriormente, en 1973 y 1974, prestó su presencia y carisma para las dos partes de la adaptación de la famosa obra de Alexandre Dumas “Los Tres Mosqueteros” que llevó a cabo el director Richard Lester, con Michael York, Oliver Reed y Richard Chamberlain de protagonistas. Heston interpretó de manera magistral al maquiavélico Cardenal Richelieu. A mediados de la década de los 70, Heston se apuntó también a la moda de películas de catástrofes, protagonizando la secuela de la inaugural “Aeropuerto”, “Aeropuerto 75”, y participando también ese mismo año en “Terremoto”, junto a Ava Gardner y George Kennedy. De su producción del resto de la década podemos destacar “La Batalla de Midway” de 1976, y dos interesantes westerns, “Los Últimos Hombres Duros”, también del 76 y “El Valle de la Furia” de 1979.
A estas alturas, con el cambio que se llevó a cabo dentro de la industria cinematográfica estadounidense a finales de los 70 y principios de los 80, la carrera de Charlton Heston entró en claro retroceso. Aunque participó en algunas películas a lo largo de esta década, su principal labor interpretativa la realizó en el campo de la televisión, encontrando, al igual que otros compañeros de su generación, un lugar donde vivir de su imagen gracias a la serie “Dinastía”, donde hizo una aparición estelar, y su posterior spin off “Los Colby”, donde ya sí fue uno de los protagonistas del extenso y rico reparto.
Los 90 supusieron un ligero regreso al cine, principalmente en papeles secundarios y cameos con los que se rendía tributo a su carrera. Así pudimos verle fugazmente en títulos como “Casi un Ángel”, donde recuperaba su imagen de Moisés para interpretar a Dios, “Wayne´s World 2”, “Tombstone”, “Mentiras Arriesgadas” o el “Hamlet” de Kenneth Brannagh, entre otras. Además, fue el protagonista de dos de las películas dirigidas por su hijo Frasier Heston, una adaptación de la novela de Robert Louis Stevenson “La Isla del Tesoro” y la cinta de aventuras “Alaska”.
En 2001 hizo un breve cameo en el remake de “El Planeta de los Simios” de Tim Burton, aunque apenas se le reconocía ya que en esta ocasión no hacía de humano, y Jean Claude Van Damme contó con él en su película “The Order”. En 2002 la imagen del actor quedó en entredicho en la película documental de Michael Moore, “Bowling for Columbine”, debido a su adscripción a la Asociación Nacional del Rifle y su defensa del derecho de los Estadounidenses a llevar armas. Poco después el actor anunció su retirada de la vida pública por el avanzado estado de la enfermedad de Alzheimer, sin embargo, Heston se permitió un último guiño nostálgico, prestando su voz por última vez a su personaje más representativo, Ben Hur, en una adaptación en dibujos animados realizada en el año 2003. Falleció el 5 de abril de 2008, a la edad de 84 años.
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