CUESTIÓN DE EDUCACIÓN. JUVENTUD Y SOCIEDAD EN EL CINE

1. INTRODUCCIÓN

En los últimos tiempos se ha generado una voz de alarma con respecto a la situación de nuestra juventud y el trauma que supone para nuestra sociedad el fracaso escolar, el incremento de la violencia o el consumo de drogas, y la necesidad de buscar métodos educativos eficientes a la hora de formar a las futuras generaciones. Se generan incontables debates que buscan averiguar dónde está el origen del problema, en el propio individuo, en la familia, el entorno social, en los centros educativos, en el gobierno, etc. Sin embargo, lo que hoy parece un tema de actualidad por encontrarse en la primera plana de los medios de comunicación no es más que un problema de larga trayectoria no resulto, o al que no se le ha querido encontrar solución. Para darnos cuenta de esto nada más sencillo que acudir al legado que nos ofrece la historia del cine, donde podremos observar la ingente cantidad de películas clásicas y contemporáneas, europeas y estadounidenses, comerciales y minoritarias, que han dado vueltas sobre este tema. Es curioso ver como muchas de ellas a pesar de estar separadas por años, incluso décadas, en su realización, con ideologías y modelos sociales y educativos distintos, acaban tratando básicamente los mismos conceptos.

En este sentido, nos gustaría centrarnos especialmente en la cinta de Laurent Cantet “La Clase” (2008), donde a través de las experiencias reales del profesor François Bégaudeau (quien a su vez interpreta el papel principal en la película) se nos ofrece una clara descripción de la problemática de la educación en Francia (aunque en la mayor parte de sus conceptos perfectamente extrapolable a otros países como España).

2. LA JUVENTUD EN EL CINE: ESTUDIANTES, ¿VÍCTIMAS O AMENAZAS?

Por regla general este tipo de películas tienden a acercarse a personajes marginales, a los que la sociedad parece querer desechar porque suponen un obstáculo, que no se sienten integrados en un sistema educativo que no plantea soluciones a su difícil situación personal y familiar, que ante una falta de alternativas encuentran en la delincuencia un camino rápido hacia ese modelo de sociedad de consumo que les ofrecen los medios de comunicación.

Películas como “Semillas de Maldad” (1955), “Rebelión en las Aulas” (1967), “Mentes Peligrosas” (1995), “Música del Corazón” (1999), “Déjate Llevar” (2006) o “Diarios de la Calle” (2007) parece seguir todas un esquema similar. En todas ellas nos encontramos con un instituto problemático, con alumnos aparentemente antisociales, con actitudes violentas y delictivas, para a continuación descubrirnos que es el entorno y la carencia de esperanzas e ilusiones, de alguien que realmente se preocupe por su futuro, lo que mantiene esta situación. Existen también otros ejemplos de películas donde la situación del alumno degenera hasta extremos trágicos, como por ejemplo en “Elephant” (2003), recreación ficcionalizada de la masacre de Columbine en Estados Unidos.

En el caso concreto de “La Clase”, nos encontramos con un grupo interracial de alumnos, una situación cada vez más habitual debido al desarrollo de la emigración, pero que plantea conflictos de difícil solución. Los estudiantes de la película de Cantet se enfrentan no sólo a las deficiencias educativas, también a las diferencias culturales de sus respectivas procedencias, el racismo, la violencia y, sobre todo, a la falta de perspectivas de futuro. Al final, todo se convierte en una carrera para pasar curso tras curso, sin que realmente haya un interés por formarse, ya que no comprenden la utilidad en la vida real de lo que se les enseña en clase (desoladora la declaración final de una de las alumnas cuando confiesa que no ha aprendido nada en todo el curso).

3. ENTRE LOS MUROS (I): PROFESORES EN EL CINE

La mayor parte de estas películas optan por un enfoque optimista, donde la aparición de un profesor externo, idealista, alguien que no está quemado por la situación del centro y que está dispuesto a aportar apoyo y nuevas ideas para ayudar a los alumnos, suele ser decisiva para la concienciación en cada uno de ellos de que no son desechos sociales, sino que en ellos mismos está la clave para dejar a un lado los obstáculos que les ha marcado su situación económica, social y familiar. Para lograr este objetivo, los métodos que más suelen imperar son los humanísticos: Michelle Pfeiffer utilizaba la poesía de Dylan Thomas en “Mentes Peligrosas”, Antonio Banderas se valía de los bailes de salón en “Déjate Llevar” y Meryl Streep se apoyaba en el sonido del violín en “Música en el Corazón”. En este sentido podemos encontrar otro buen ejemplo en la cinta “Los Chicos del Coro” (2004), en ella un grupo de huérfanos, acostumbrados a la dura disciplina del director del centro se sienten motivados por las clases de canto del nuevo profesor.

Aunque no siempre la respuesta es tan fácil o tan optimista. Títulos como “187” (1997) o “Half Nelson” (2006), presentan situaciones en las que estos profesores acaban sucumbiendo ante la terrible situación que se presenta en este tipo de centros marginales. En estos casos, el profesor es incapaz de superar las barreras que le impone la sociedad (situaciones económicas devastadoras, padres poco afectivos o escépticos con la labor del educador, maltrato físico, abandono) o el propio centro (una burocracia que, en su búsqueda de una armonía dentro de la comunidad escolar, pierden flexibilidad a la hora de tratar casos concretos, o recelos hacia los alumnos más problemáticos, a los que se ve más como un obstáculo que como un problema a solucionar), y en ocasiones, el idealismo o la motivación inicial acaban cayendo en la frustración y la indiferencia.

En “La Clase”, François Marin (François Bégaudeau) sigue siendo un profesor preocupado por el futuro de sus alumnos y por transmitirles una educación que les ayuden a avanzar en la vida, no sólo en las materias que imparte en clase, sino también en una actitud y visión de la vida que les anime a no desfallecer ante los problemas que les rodean. Sin embargo, en él podemos apreciar ya la mella del entorno, el cansancio por tener que luchar contra alumnos desmotivados y un entorno problemático, hasta el punto de cuestionarse él mismo la validez de los conocimientos que imparte.

4. ENTRE LOS MUROS (II): CENTROS EDUCATIVOS EN EL CINE

La situación del centro educativo también es sintomática en este tipo de películas. La masificación, la carencia de medios, o la alternativa entre una disciplina extrema o la despreocupación total hacen que el entorno educativo de los jóvenes tampoco sea el más adecuado. Ya los directores como Jean Vigo (con “Cero en Conducta”, 1933) o François Turffaut (con “Los 400 golpes”, 1959) dejaron claras sus propias experiencias personales durante su juventud, dentro de un sistema brutal basado en el castigo corporal, pero no siempre nos tenemos que desplazar hasta casos de necesidad extrema.

Curiosamente esto mismo se puede apreciar en otro título ambientado en un tipo de colegio muy diferente. En “El Club de los Poetas Muertos” (1989), a priori los alumnos proceden de un entorno más estable, de una familia estructurada, cuentan con un alto nivel educativo, sin embargo, se encuentran con los mismos problemas (el acoso físico y psicológico, la presión social y la falta de comunicación emocional y afectiva). En “Semillas de Rencor” (1994), se nos plantea la situación dentro de la formación universitaria en Estados Unidos (con campus saturados de alumnos de diferente condición social, económica, ideológica, racial o sexual), lo que, lejos de producir esa homogenización que prometía el crisol de culturas estadounidense, da como resultado la crispación entre diferentes sensibilidades, así como la alienación del individuo, que se siente anulado ante la masa.

El título original de “La Clase” es “Entre les Murs” (Entre los Muros) y sentencia algunas de las apreciaciones que ofrece la película. Por un lado, porque toda la acción transcurre dentro del centro (la información que tenemos de la realidad exterior nos llega a través del comportamiento o cometario de los personajes, pero nunca se muestra de manera directa), por otro porque los muros del título hacen también referencia a los obstáculos de todo tipo que deben afrontar los protagonistas, para los que las paredes del instituto se convierten en una cárcel que les tiene retenidos de manera obligatoria unas horas al día. El centro intenta blindarse ante la realidad exterior, establecer sus propias normas de comportamiento, lo que al mismo tiempo le vuelve insensible a los problemas reales de la sociedad (aumentando la actitud rebelde y recelosa de los alumnos, así como la frustración de los profesores).

5. EXTRAMUROS. LA REPRESENTACIÓN EN EL CINE DEL ENTORNO SOCIAL COMO ELEMENTO DETERMINANTE EN EL PROCESO EDUCATIVO

Por último nos encontramos con otros dos factores recurrentes como son la familia y el entorno social. En la mayor parte de las películas que hemos ido referenciando nos encontramos con un círculo vicioso, en el que los jóvenes no hacen más que perpetuar una situación a la que ya se tuvieron que enfrentar sus padres. La falta de esperanza y de opciones es heredada y no existe apoyo familiar, más bien la imposición de no dejarse llevar por idealismo y sueños, ante la amenaza certera del fracaso. La paupérrima situación económica de la familia o el embarazo adolescente debido a la falta de educación y prevención sexual obliga también a algunos de ellos a abandonar los estudios para hacerse cargo de su familia. Por otro lado, la creación de ghettos marca la separación social, económica y racial, convirtiéndose en una barrera difícil de superar por la juventud.

En títulos como “Rebelión en las Aulas” o “Mentes Peligrosas”, los alumnos arrastran a la clase un nivel de violencia que impera en las calles, sobre todo en aquellos que forman parte de alguna pandilla callejera, teniendo en muchas ocasiones consecuencias funestas para algún personaje. La protagonista de “Precious” (2009) ha sido víctima de abuso sexual por su padre, maltrato físico y psicológico por parte de su madre y discriminación social por su apariencia física. En una película como “American History X” (1998), podemos apreciar como el racismo del padre es heredado por el hijo mayor, que se convierte en un estandarte neonazi en su comunidad, además del modelo a seguir por el hermano menor, quien a última instancia acaba siendo la víctima de los errores de los dos anteriores. En el caso de la cinta de Bernard Tavernier, “Hoy Comienza Todo” (1999), podemos ver el difícil día a día de un centro educativo en una zona rural, donde el analfabetismo de los padres o la cruda situación económica redunda en el absentismo escolar de los niños, que acaban abandonando los estudios para ayudar laboralmente a la familia.

Tal y como hemos comentado, en “La Clase” Cantet evita sacar la cámara fuera de los muros del centro educativo, pero eso no impide que la realidad exterior se adentre en las aulas. En las actitudes de los alumnos podemos ver la huella de su entorno social, los choques raciales que marcan la realidad nacional, así como los obstáculos (lingüísticos, culturales, sociales) que determinan la integración de los inmigrantes en el país.

6. CONCLUSIÓN

Como hemos podido ver en ocasiones el cine ha querido dejar registro de este conflicto en multitud de obras, llegando incluso a arriesgarse y dar soluciones al problema, aunque por regla general éstas acaban siendo más ingenuas que realmente efectivas. De lo que no hay duda es que nos encontramos ante un problema extendido en el tiempo, y del que no sabemos hasta qué punto vamos a ser capaces de solventar en un futuro próximo.