INTRODUCCIÓN
Resulta curioso ver la extraña relación que desde siempre se ha mantenido entre el cine y la televisión. Cuando la pequeña pantalla llegó a los hogares, la industria del cine enseguida se sintió amenazada. Al fin y al cabo, los seriales televisivos podían ofrecer historias de entretenimiento a sus espectadores, situados cómodamente en los sofás de sus casas, sin tener que hacer colas ni compartir la sala con un grupo de desconocidos. Muchos fueron los inventos: aumentar el tamaño de la pantalla, rodar en formatos más gigantescos, optar por películas épicas imposibles de producir en televisión, abducir a los talentos que surgían de la pequeña pantalla y, finalmente, adaptar esas historias al formato cinematográfico, prometiendo algo más espectacular que lo que se veía en los salones de casa.
PIONERAS
Una de las series pioneras en dar el salto a la gran pantalla fue “Star trek”, la cual, en 1979, en parte debido al éxito de La Guerra de las Galaxias, en parte por la presión ejercida por los fans de las serie, reunió al todo el reparto original en una ambiciosa aventura. La película fue cuidada con mimo por parte del estudio. Además de los actores, se contrató a un director de renombre (Robert Wise, autor de clásicos como “Ultimátum a la Tierra”), los principales especialistas en efectos especiales (con Douglas Trumbull, responsable de “2001. Una Odisea en el Espacio” o “Encuentros en la Tercera Fase”, a la cabeza), o la música del gran Jerry Goldsmith (quien ese mismo año compuso otra de sus obras maestras, “Alien, el Octavo Pasajero”), sin embargo se olvidaron de uno de los ingredientes básicos de las serie, el sentido de aventura. La cinta partía de un guión excesivamente cerebral que poco tenía que ver con lo que los fans deseaban, algo que se solucionó en la segunda película de la franquicia, “Star Trek. La Ira de Khan”, considerada por regla general como la que mejor se ha acercado al espíritu de la serie. A continuación, la franquicia siguió creciendo, continuando las aventuras de Kirk y Spock en la gran pantalla, hasta que fueron sustituidos por la tripulación de “La Nueva Generación”. En la actualidad, “Star Trek” atraviesa un momento de renovación a partir del éxito del reboot creado por J.J. Abrams.
El mismo año en que se estrenaba “Star Trek”, otros entrañables personajes de la pequeña pantalla hacían también su debut cinematográfico. Gracias al genio creativo de Jim Henson y Frank Oz, Los Teleñecos rescataban los mejores ingredientes del show televisivo (entre los que podemos destacar su humor inocente e irreverente al mismo tiempo) o la presencia de varios invitados estelares, y protagonizaban “Los Teleñecos Van a Hollywood”. A partir de entonces estos personajes ha ido sacando de forma esporádica nuevas aventuras cinematográficas, en ocasiones como extensión del programa de televisión (“El Gran Golpe de los Teleñecos” o “Teleñecos en el Espacio”), y en otras adaptando obras clásicas de la literatura y el cine a su estilo, como “Cuento de Navidad con Los Teleñecos”, o “Los teleñecos y la Isla del Tesoro”. Las últimas noticias avanzan el proyecto de una nueva película sobre estos personajes, para la que se ha solicitado la supervisión y el consejo de Pixar (al fin y al cabo, tanto los derechos de los personajes, como este exitoso estudio de animación forman parte del conglomerado de la Factoría Disney).
El “Saturday Night Live” es un programa de variedades veterano de la televisión estadounidense, que destaca por ser una cantera de cómicos que luego han tenido su espacio en la industria de Hollywood. En 1980 el director John Landis, por aquel entonces una promesa con futuro, se encargó de dirigir “Granujas a Todo Ritmo”, el paso a la gran pantalla de dos carismáticos personajes de este show, los Blues Brothers. Interpretados por John Belushi y Dan Aykroyd, los hermanos Jake y Elwood Blues nacieron como interludios musicales de programa, pero pronto su fama excedió los límites de este espacio. Su estatus de culto no hizo más que incrementarse gracias a la película que a día de hoy sigue siendo un título de referencia gracias a su exquisito humor absurdo y a sus números musicales protagonizados por nombres destacados como James Brown, Aretha Franklyn o Ray Charles. Siguiendo la estela de los Blues Brothers (que tuvieron también una penosa secuela en 1998), varios son los personajes del Saturday Night Life que han dado su paso al cine, ofreciendo películas como “Wayne’s World”, “Los Caraconos” “Movida en el Roxbury” o “Superstar”. Una de las últimas incorporaciones a esta lista es “McGruber”, parodia de la popular serie de los 80 “McGyver”, de próximo estreno en nuestro país.
En 1983 Steven Spielberg también produjo y dirigió junto con Joe Dante, John Landis y George Miller un homenaje a “En los Límites de la Realidad”, versionando algunas historias de la serie original. El resultado fue un tanto irregular, aunque la versión de Miller de “Pesadilla en las Alturas” fue magistral. Desgraciadamente, la película es también recordada por un terrible accidente de helicóptero durante el rodaje del episodio de John Landis, donde perdieron la vida el actor Vic Morrow y dos niños vietnamitas.
En 1992, también David Lynch quiso sacar partido del éxito de su serie de televisión “Twin Peaks”, con una precuela cinematográfica. La intención de Lynch era reconducir el camino tomado por la historia sobre todo a partir de la segunda temporada, donde el había estado menos involucrado. La película recuperaba en ambiente enrarecido del pequeño pueblo fronterizo, así como sus aspectos más dramáticos (sobre todo en la segunda mitad de su metraje, donde presenciábamos la caída a los infiernos de Laura Palmer), sin embargo carecía del mismo sentido del humor que había sido uno de los factores principales del éxito en la pequeña pantalla. La película fue un fracaso y mantuvo al director cinco años apartado de las salas de cine.
NOSTALGIA
El gran boom de la adaptación de series clásicas de la televisión tuvo lugar en 1993, gracias al éxito de Harrison Ford y su reinvención de Richard Kimball en “El Fugitivo”. De la original retomaba el carisma de su protagonista y su intrépida búsqueda del asesino manco, que mantuvo en jaque a toda una generación de televidentes en la década de los 60. Además la cinta contaba con la importante labor de Tommy Lee Jones como el implacable agente del FBI Samuel Gerard. Jones ganó el Oscar al Mejor Actor Secundario por su interpretación, y, a su vez, protagonizó en 1998 un tardío spin off de la película, “U.S. Marshalls”. “El Fugitivo” no sólo se convirtió en uno de los modelos principales del cine de acción de la década de los 90, sino que además abrió los ojos de los productores de Hollywood que desde entonces no han parado de buscar en series que poder adaptar al cine, siendo raro el año que no encontramos una.
En 1994 Steven Spielberg puso todo su interés como productor para sacar adelante una versión de imagen real de “Los Picapiedra”. El diseño de producción y la labor de casting fue ejemplar, reproduciendo a través de decorados y animatrónicos algunos de los elementos que ya habían estado presente en los dibujos animados. En lo referente al reparto, sin lugar a dudas John Goodman había nacido para interpretar a Pedro Picapiedra, y resto de los actores, a excepción de Rosie O`Donnell, se ajustaba muy bien a su referente. Como guinda al pastel, para el personaje de la suegra de Pedro se contó con la presencia de Elisabeth Taylor en el que ha sido su último papel en la gran pantalla. Sin embargo, todo esto quedó meramente en el apartado estético ya que a pesar de todo este esfuerzo de producción, la película no lograba recuperar el encanto de las serie de dibujos animados y resultaba bastante tediosa, aún así, funcionó bastante bien en taquilla y llegó a generar una tardía segunda parte en el año 2000 (que optó por la vía de la precuela al negarse John Goodman a repetir en su papel de Pedro Picapiedra, renovándose por ello a todo el reparto).
El mismo año en que se estrenaba “Los Picapiedras” otro veterano personaje de la pequeña pantalla daba el salto al cine, “Maverick”. El título original era un serial del oeste acerca de las aventuras de un carismático jugador de Póker, Brett Maverick, al que daba vida James Garner (quien se convirtió en un actor muy popular gracias a esta serie, permitiéndole participar en películas como “La Gran Evasión” o “La Hora de las Pistolas”). Para sustituir a Garner se escogió a Mel Gibson, quien supo recuperar la personalidad de bon vivant de Maverick y su naturaleza seductora (la química con Jodie Foster es excelente y, a pesar de sus ideologías contrapuestas, ambos actores congeniaron muy bien, manteniendo a día de hoy una estrecha amistad). La cinta estaba dirigida por Richard Donner, quien ya había trabajado con Gibson en las tres primeras partes de “Arma Letal”, evidenciándose la cordialidad que hay entre el cineasta y la estrella (en la cinta podemos encontrar también cameos de Danny Glover y Steve Kahan). No es que se trate de una gran película, pero sí resulta entretenida y simpática.
Si la versión cinematográfica de “El Fugitivo” resultó un gran éxito, no menos célebre fue la adaptación de “Misión Imposible”. Tom Cruise se encargó de producir e interpretar el papel principal de la cinta, acaparando todo el protagonismo. Mientras que la serie giraba en torno a un equipo de agentes con sus funciones e importancia en la trama de cada episodio bien repartidos, la cinta se convirtió principalmente en un lucimiento de las cualidades físicas de su actor principal. Pese a esto no podemos negar que Cruise ha sabido sacar tajada de la serie, y que los tres títulos que él ha protagonizado son excelentes apuestas de cine de acción. Además la estrella ha querido que cada entrega tuviera una estética distinta, marcada por la personalidad de cada director. Así, en la primera, De Palma se centra más en el suspense, John Woo hace uso de su virtuosismo visual para coreografiar la acción, y J.J. Abrams opta más por elaboradas set pieces, llenas de giros y sorpresas. En la actualidad se está preparando una cuarta entrega de la franquicia, de nuevo con Cruise como productor y protagonista, Abrams como co-productor y Brad Bird (“Los Increíbles”) en la silla del director, dando así el salto de la animación al cine de imagen real.
Si “Misión Imposible” se ha convertido en una de las más rentables franquicias de cine de acción de los últimos años, no podemos decir lo mismo de la versión de “El Santo” protagonizada por Val Kilmer en 1997. Nacida en una época en la que la industria del cine quiso dar un giro a los héroes de acción de una pieza propios de los 80, esta adaptación buscaba también efectuar un cambio al referente televisivo, aportando al personaje un trauma infantil que justificara sus acciones. De esta manera, se pretendía que el personaje pudiera resultar más cercano y psicológicamente tridimensional al espectador, sin embargo, en la película se echa de menos la fina ironía y el tono lúdico de las aventuras de este pícaro ladrón que inmortalizara Roger Moore en la década de los 60, quedando en evidencia un deslucido intento por replicar el éxito de “Misión Imposible”.
No sólo de adaptaciones de series clásicas vivía el cine, también la televisión más cercana en el tiempo era fuente de inspiración. En 1997, se producía la adaptación a pantalla grande de las aventuras del inefable Mr Bean, interpretado por Rowan Atkinson. Este personaje nació en 1990 y durante cinco años se convirtió en una de las principales estrellas de la cadena británica ITV, llevando a su máximo esplendor el sentido del humor físico de Atkinson. Desgraciadamente, si bien cuenta con algunos gags afortunados, la versión cinematográfica dejó en evidencia dos aspectos fundamentales. El primero es que la comedia que funciona de manera milimétrica con un formato de 30 minutos, rara vez puede trasladarse con éxito a una película de hora y media. La segunda es que, a pesar de los nexos que unen a ambos países, un sentido del humor tan particular como el británico no puede amoldarse a un entorno tan diferente como el estadounidense. Aún así, Mr Bean regresó una vez más a la gran pantalla en 2007 con “Las Vacaciones de Mr Bean”.
Otra serie que se encontraba en la cresta del éxito en la década de los 90 era “Expediente X”. Su popularidad era enorme y se convirtió en un fenómeno de culto inmediato. En este caso nos encontramos con un caso curioso, ya que la adaptación cinematográfica llegó cuando la serie aún estaba emitiéndose y, de hecho, su andadura televisiva aún duraría algunos años más. La intención de Chris Carter, su creador, era aprovechar las posibilidades que ofrecía el medio cinematográfico para escenificar una parte de la historia que requería un mayor presupuesto y efectos visuales. De esta manera, la película pasó a ser un episodio más de la serie, con una duración, un presupuesto y un aparato publicitario mucho mayor, aunque, cualitativamente hablando, no resultó ser el más destacado de las historias que se fueron desarrollando entre 1993 y 2002. Años después de finalizada la serie, se produjo una segunda película, pero esta pasó sin pena ni gloria por las carteleras.
También la serie de animación “South Park” hizo una incursión en el cine sin abandonar su puesto en la parrilla televisiva. En este caso, los creadores consiguieron desarrollar un producto que mantenía fielmente las características de la original, y que además funcionaba perfectamente como película, sin que fuera necesario conocer el referente del que partía. Irreverente, mal hablada e hiriente en algunos aspectos, la cinta cumplió su objetivo de levantar ampollas, llegando incluso a enfrentarse a la censura (la película fue estrenada en Estados Unidos con algunas escenas cortadas y la letra de su canción “Blame Canada” tuvo algunos problemas a la hora de ser escenificada en la ceremonia de los Oscars del año 2000). Además, de esta manera, “South Park” se adelantó a su principal competidor de la época en lo que a animación para adultos se refería, “Los Simpsons”, que llevaba años intentando dar el salto a la gran pantalla sin que el proyecto llegara a cristalizarse.
En los últimos años del siglo XX nos volvemos a encontrar con una nueva fiebre nostálgica en lo que a adaptaciones de series de televisión se refiere. La lista de adaptaciones clásicas prosiguió en 1998 con “Los Vengadores”. La serie original era una mezcla del cine de espionaje producido tras el éxito de las aventuras de 007, con unas tramas que se adentraban cada vez más en un mundo delirante y surrealista. Su periodo de mayor popularidad fue entre 1965 y 1968, gracias a la química y elegancia que ofrecían Patrick McNee (quien se mantuvo los nueve años que duró la serie) y Diana Riggs, en sus papeles del Sr. Steed y Srta. Peel. Para la versión cinematográfica se contó con un reparto de lujo, Ralph Fiennes y Una Thurman, para los papeles principales, y Sean Connery como el villano. Sin embargo, más allá de lo llamativo del casting, la película resultó un despropósito, confundiendo el delirio psicodélico de la serie original con secuencias realmente ridículas y carentes de gracia alguna.
Otro clásico de los años 60 que no se libró de su réplica cinematográfica fue “Perdidos en el Espacio”. La original supuso una de las pioneras en el desarrollo de la Space Opera televisiva (empezó a emitirse en 1965, un año antes que “Star Trek”) y venía a ser una versión futurista de la novela clásica de aventuras “La Familia Robinson Suiza”. Las andanzas de esta particular familia, siempre a la deriva por culpa de las acciones del pérfido Dr. Smith, cobraron mucha popularidad y su paso al cine suponía un reto importante dado el especial cariño que se tenía a estos personajes. Una vez más se depositó mucho esfuerzo en el casting (con actores de prestigio como William Hurt o Gary Oldman), el diseño de producción y los efectos especiales, sin embargo la película languidecía por culpa de la apagada puesta en escena de su director Stephen Hopkins y un guión poco inspirado (obra de Akiva Goldsman, un escritor cuyo escaso talento literario no le ha impedido participar en algunas de las principales superproducciones de Hollywood de los últimos 15 años e incluso ganar un Oscar por su libreto para “Una Mente Maravillosa”).
Uno de los últimos héroes de la televisión de los años 60 en pasearse por la gran pantalla antes del cambio de siglo fue Jim West en la adaptación del serial “Wild Wild West”, donde Will Smith, aprovechando el tirón de “Hombres de Negro”, se enfundaba las pistolas del personaje que había inmortalizado Robert Conrad. La serie contaba las aventuras en el viejo oeste de dos agentes del servicio secreto, James T. West y Artemus Gordon, en la que se combinaban elementos propios del Western con el cine de espías, la ciencia ficción o las artes marciales. Una vez más, la película fue un auténtico fracaso y estuvo a punto de costarles la amistad al protagonista y su director, Barry Sonnelfeld. El público no pareció hacerle mucha gracia a los chistes de la película, aparte de no encontrarle sentido al hecho de que, de repente, se le cambiara el color de la piel a su héroe de la infancia.
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