TERROR EN PRIMERA PERSONA

INTRODUCCIÓN

Como espectadores siempre nos hemos sentido protegidos de los peligros que acechan en las películas de terror gracias a la frontera de la diégesis. Esa fina línea, del grosor de la pantalla del cine, marca la separación de los elementos que están dentro de la historia y los que pertenecen a otra dimensión. Sin embargo, como muchas cosas en la vida, estas barreras están ahí para transgredirlas y situar al espectador lo más próximo posible a los personajes. No estamos hablando de fenómenos fantásticos como los que veíamos en películas como “La Rosa Púrpura del Cairo” o “El Último Gran Héroe”, sino a recursos narrativos con los que cuentan los cineastas. Uno de los aspectos que nos ha ayudado a refugiarnos en la sala de cine es el hecho de que la cámara forma parte de nuestra realidad, registra las acciones de los personajes, pero por regla general no interactúa con ellos. Como excepción a esto están los llamados planos subjetivos, donde la cámara pasa a ocupar el lugar de un personaje. Habitualmente en el cine de ficción este recurso es un efecto puntual, necesario en ocasiones para generar una mayor empatía entre el espectador y ese personaje. En el caso del cine de no ficción, es decir, el documental, la cámara rompe la barrera de la diégesis para dar una sensación experiencial y por lo tanto realista al espectador. En los últimos años hemos visto como el cine de ficción se ha apropiado de este tipo de puesta en escena para desproteger a su público de la salvaguarda de la distancia. Para el cine de terror, en concreto, se ha convertido en un efecto narrativo que incrementa la sensación de miedo del espectador ya que le sitúa en medio de la acción, impidiéndole, como en un sueño, reaccionar de manera activa, y subordinándole a los designios del director.

DOS REFERENTES

Hay dos películas que podemos marcar como pioneras en esta forma de narrar una historia de terror. La primera de ellas fue “Holocausto Caníbal”, dirigida por Ruggero Deodato en 1980. Esta polémica película fue presentada por su director como si efectivamente se tratara de un documental auténtico en el que una expedición de investigadores occidentales se encuentra con una tribu caníbal del Amazonas, siendo testigos de excepción y posteriormente víctimas de sus costumbres. Muchas partes de la cinta estaban rodadas cámara en mano, de manera que el operador de cámara pasa a ser un personaje más de la historia. Este recurso, junto con el realismo truculento de algunas escenas hizo pensar a su público originario de que se trataba efectivamente de hechos verídicos y que lo que veía en pantalla no era fingido, sino el resultado de una expedición que había salido mal. El efecto resultó tan realista que su director fue detenido y acusado de obscenidad e incluso de asesinato al asumirse que los actores que fallecían en pantalla realmente habían perecido y se había utilizado su muerte para el beneficio de la película. Una vez se demostró que nada de lo que se ve en la cinta es auténtico, los cargos fueron retirados, aunque la película se mantuvo prohibida en Italia durante tres años.

Si en “Holocausto Caníbal” podíamos encontrar un ejemplo primigenio, la cinta que realmente ha marcado esta moda en el cine de terror de películas rodadas en primera persona es “El Proyecto de la Bruja de Blair”. Rodada como muy pocos medios (su presupuesto era de unos escasos 60.000 $), con un limitado equipo de artistas, la cinta se convirtió en un producto innovador, especialmente en lo referente al uso de internet como medio de promoción. En vista de lo limitado de su presupuesto, los directores, Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, idearon una campaña publicitaria basada en ir colgando en la red información a cuentagotas acerca de su argumento, presentando como verídico la existencia del misterio de la Bruja de Blair. Cuando la verdad sobre la película salió a la luz, los directores contaban ya con un amplio grupo de personas que estaban expectantes para ver su película. Esto originó lo que hoy en día se llama publicidad viral, muy recurrente en la promoción cinematográfica incluso en títulos de gran presupuesto. Esta misma sabiduría a la hora de sacar partido a los recursos con los que se contaba se aplicó también a la narrativa de la historia. Myrick y Sánchez se basaron en la sugerencia y en la explotación de las expresiones de terror de los protagonistas a la hora de aterrorizar a la platea. La inmediatez de la cámara subjetiva, lo sugestivo del uso de la iluminación y los movimientos de cámara nerviosos se convirtieron en los principales activos narrativos a la hora de representar el terror en la pantalla. Curiosamente, a pesar de la creatividad mostrada en esta película, ninguno de los dos directores ha conseguido tener una gran proyección profesional posterior. La prescindible secuela fue adjudicada al director Joe Berlinger, mientras que Myrick y Sánchez rodaban por separado algunos trabajos sin demasiado éxito. Eduardo Sánchez incluso aparece acreditado para una posible tercera parte de “El Proyecto de la Bruja de Blair”, donde se ha anunciado que se regresará a la estética de la cinta original.

LA MODA DE LA CÁMARA SUBJETIVA

Hubo que esperar 8 años para que los aciertos de “El Proyecto de la Bruja de Blair” tuvieran efectivamente continuidad en la gran pantalla, más allá de alguna imitación poco inspirada o parodias tipo “Scary Movie”. La primera cinta en tomar el testigo fue curiosamente una película española, “Rec”, a cargo de dos expertos en el cine de terror, Paco Plaza y Jaume Balagueró. Estos dos directores tomaron como punto de partida el formato de un tipo de programas televisivos que en aquel momento empezaba a ponerse de moda, y que hoy en día invade prácticamente la parrilla televisiva. Se trataba de un tipo de periodismo de investigación, donde el espectador forma parte en directo de la realización del reportaje. La inmediatez del formato, con el presentador hablando directamente a la cámara mientras va presentando lo que sucede a su alrededor, se convirtió en la mejor manera de mantener al público clavado en la butaca, mientras una periodista y su cámara se adentran junto con un grupo de bomberos en un edificio para una comprobación rutinaria y se encuentran ante el ataque de un grupo de zombies que van infectando al resto de los inquilinos del inmueble. En este sentido, la labor de puesta en escena, y la naturalidad en su interpretación de la actriz Manuela Velasco a la hora de interactuar con la cámara convirtieron a la cinta en un éxito sorpresa, inspirador de un remake estadounidense bastante mimético, “Quarantine”, y una secuela prácticamente inmediata, “REC 2”. En esta última, Plaza y Balagueró mantuvieron el mismo concepto de la primera, pero ampliando los puntos de vista al introducir nuevas cámaras en el entorno del edificio infectado.

El mismo año de “Rec”, el legendario director George Romero daba una vuelta de tuerca a su famosa serie de los muertos vivientes con “El Diario de los Muertos”. Después de una entrega de presupuesto moderadamente alto, como fue “La Tierra de los Muertos”, y que supuso una decepción para los fans, Romero regresó a los orígenes de austeridad de “La Noche de los Muertos Vivientes” con este nuevo proyecto. Aquí el director volvió a utilizar la cámara subjetiva como base para la puesta en escena, ayudándose no sólo de la cámara de sus protagonistas, sino también de cámaras de seguridad o cualquier otro tipo de perspectiva que aportara una visión diferente al espectador. Esto más que un recurso narrativo pasó a convertirse en el centro de la historia, ya que lo que hace Romero con esta quinta entrega Zombie es ofrecer un discurso sobre el uso de la imagen y los medios de comunicación en nuestra sociedad. La aplicación de una narrativa subjetiva introduce al espectador en la acción, pero paradójicamente le aporta una perspectiva visual menos clara y más imprecisa de los zombies, ya que dada las características de la cinta, carecemos de primeros planos de éstos, y por lo tanto se limita el impacto gore de otras obras de este cineasta.

Si los directores de “El Proyecto de la Bruja de Blair” se convirtieron en los creadores de la publicidad viral por internet, su máximo explotador hasta la fecha ha sido el productor J.J. Abrams, quien le sacó partido en proyectos como la serie de televisión “Perdidos”, y que lo utilizó como herramienta fundamental de “Monstruoso”, una película que también comparte con la cinta de Myrick y Sánchez el uso de la narrativa en primera persona. En esta ocasión el modelo es el cine de monstruos gigantescos que asolan una ciudad, Nueva York para ser más exactos. Sin embargo, en esta ocasión los protagonistas no son los héroes que se enfrentan a los monstruos, sino un grupo de personajes cotidianos que intentan huir de la catástrofe. Una vez más la cámara subjetiva sirve para situar al espectador en medio de la historia y que se sienta partícipe de lo que sucede, pero también es un medio de economizar efectos especiales, ya que de esta manera, las imágenes de los monstruos son parciales y por regla general bastante fugaces, debido a los bruscos movimientos de cámara y el nerviosismo de los personajes mientras huyen para salvar sus vidas.

El último ejemplo que nos ha llegado de esta moda narrativa es “Paranormal Activity”, cinta que vuelve a mostrar coincidencias con “El Proyecto de la Bruja de Blair”, principalmente en cuanto a lo austero de su presupuesto y en la respuesta aterrada del público ante los momentos sobrenaturales de la cinta. Desgraciadamente, aquí podemos observar también como el uso de la publicidad, especialmente aquella basada en la explotación de imágenes del público en la sala, sumado al apoyo posterior de nombres de peso como el propio Steven Spielberg, hizo crecer la expectativa hacia una película que a la postre acaba resultando torpe y poco eficaz.

CONCLUSIÓN

En cualquier caso, el espectacular éxito que ha conseguido esta película, sin duda, avala la continuidad de este tipo de cintas de terror en primera persona, en las que un presupuesto modesto y una alta rentabilidad en taquilla parecen ir de la mano. De momento ya se está trabajando en una continuación de “Paranormal Activity”, con vistas a su estreno para el próximo Halloween, mientras que Paco Plaza y Jaume Balagueró han anunciado que regresarán al universo de “Rec” próximamente.