Desde hace varios años,
Josep Vilageliu y Daniel León Lacave se han convertido en abanderados de una
manera de hacer y entender el cine que han dado a denominar “Cine Leve”. Se
trata de aprovechar los recursos que están a tu alcance y construir las
historias de acuerdo a estos elementos y no al revés. Se trata de trabajar con
equipos pequeños y cercanos, con gran confianza interna para agilizar el proceso
de rodaje y dar siempre espacio para la creatividad de cada uno de los participantes
de la película. En definitiva, se trata de luchar contracorriente para llevar a
cabo proyectos cinematográficos en tiempos de penuria económica, y hacer en
este caso de la necesidad no una virtud, sino más bien una filosofía. Este
jueves 26 de enero ambos cineastas vuelven a reunir sus últimos trabajos donde
no sólo podemos apreciar un mismo planteamiento de producción, sino temáticas y
formatos cercanos. Hemos hablado con ambos para que nos introduzcan en esta
forma de trabajar y las características de los cortometrajes que podremos ver
en TEA Tenerife Espacio de las Artes a partir de las 20.00h.
1. ¿Qué nos podéis adelantar de los dos cortos que se van a
poder ver el jueves 26 en TEA Tenerife Espacio de las Artes?
Josep Vilageliu: En mi caso es una aproximación al
cine de género, una mujer que vive en un velero y un día, al regresar, se
encuentra con una desconocida en el interior del barco. Me interesaba más
sugerir que contar, hacer un corto inquietante, que el espectador se haga
muchas preguntas. La protagonista no vive en tierra firme, sino en un velero
que está medio sumergido en el agua, en esa oscuridad sin forma que a veces significa
peligro y casi siempre simboliza el inconsciente, donde anidan las formas
monstruosas del imaginario cinematográfico. Iniciar el corto con unos planos
rodados bajo el agua abría al espectador a todo este caudal de recuerdos de
otras películas, solo que esta vez no habría grandes escualos con las fauces
abiertas, listos para engullir a la protagonista. Reescribí el guión varias
veces, porque pasó mucho tiempo hasta que pudimos terminar el corto. Después de
tanto tiempo, el corto apenas se parecía al guión primitivo, aunque conservaba
la anécdota básica, la de la mujer desmemoriada. Decidí dividir el corto en dos
partes, que denominé Nocturno y Diurno, como dos variaciones de la misma
historia, aunque en realidad el segmento Nocturno está metido dentro del cuerpo
principal del film, como si se tratase de una pesadilla. Nocturno tiene una
estética más cercana al cine de terror, con sus planos amenazantes debajo del
agua o los encuadres misteriosos de las piernas de Laura recorriendo la
cubierta del velero, o la propia existencia de Laura que parece cohabitar el
mismo espacio pero en otra dimensión o tiempo.
Daniel León Lacave: Ambos cortometrajes son dos
aproximaciones al género de terror o fantástico, y, a pesar de sus diferencias
de estilo narrativo, los dos basan todo en la creación de una atmósfera malsana
e inquietante. En mi caso, esa atmósfera está reforzada gracias a la magnífica
banda sonora musical original de Jonay Armas, y es que la música en este caso
es casi un personaje más. En el caso de “Al Borde del Agua” todo se localiza en
un barco amarrado en el puerto, y en el caso de “La Otra”, curiosamente, todo
se localiza al borde del agua de una presa, donde los personajes, tres
amigas, están de acampada. La acampada
es uno de esos lugares comunes que el género de terror ha utilizado hasta la
saciedad, y precisamente por eso quise usarlo. Porque “La Otra” es un homenaje
y un guiño en sí mismo al género de principio a fin. Hay también un rendir
homenaje al maestro Kubrick, pero eso ya lo verán ustedes mismos.
2. Al final, ambos
habéis quedado como fieles defensores del cine leve, etiquetado como tal,
aunque la crisis y la llegada de lo digital ha hecho proliferar trabajos
audiovisuales que comparten muchas de las características. ¿Ha vuelto la
situación actual lo leve en lo habitual, al menos en lo que se refiere a
producción?
JV: Cada uno entiende lo leve de una manera distinta. Enzo
Scala, por ejemplo, afirmaba que esta levedad implicaba una gran carga de
profundidad. Lo leve surge también de una necesidad de seguir haciendo cine. La
levedad no está reñida con la intensidad. Creo que tanto Dani como yo hacemos
un cine intenso y nos implicamos intensamente en lo que hacemos. El cine leve
no tiene nada que ver con el cine de los concursos de cine exprés.
Hay mucho trabajo previo, mucha reflexión y dudas porque transitamos parajes
desconocidos que no sabemos a dónde nos llevan. En cierto modo, nos exponemos a
la incomprensión. “Del amor y otras necesidades”, el corto que rodamos el año
pasado y estrenaremos dentro de poco, es un corto narrativo que no tiene nada
que ver con este, un corto “hablado”, donde el diálogo y los personajes es lo
importante, como en “Dueto”, el corto que hemos rodado estos días. La verdad es
que me gusta cambiar y experimentar otras cosas. Con cada película aprendemos
algo nuevo.
DLC: El “Cine Leve” ha existido desde siempre. No lo hemos
inventado nosotros, aunque sí que le dimos una denominación de origen. Lo
cierto es que en los últimos tiempos han proliferado los trabajos que podrían
calificarse de leves. No hace mucho estuve en La Palma asistiendo y
participando en una sesión de cortometrajes, y me llamó poderosamente la
atención que casi todos los cortos se basaban en una o dos localizaciones y en
dos personajes. Todos buscaban la simplificación para poder contar sus
historias, y se notaba que explotaban al máximo unos recursos mínimos a su
alcance. De todas formas, y más allá de estas consideraciones, para mí el cine
leve es más una filosofía de rodaje que un estilo de producción.
3. El cine leve es un
tipo de cine hecho en familia. ¿Cómo ha sido la relación con el equipo durante
el rodaje de estos dos trabajos?
JV: Rodar un corto en el interior de un pequeño velero, que era
al mismo tiempo set de rodaje y sede del equipo, durante un montón de horas,
precisaba que todos nos sintiéramos a gusto en un espacio tan reducido. Y menos
mal que el velero estaba amarrado a tierra. En mi caso, me siento a gusto
cuando hay confianza y nos conocemos todos. En cada rodaje incorporamos a
nuevas personas y vamos formando una pequeña familia. En el rodaje de Dueto
solo éramos cinco personas incluyendo a los dos actores, en Al borde del agua
éramos más de diez.
DLC: Si hay mal rollo en el set, entonces esto ya no es cine
leve. Para eso ya está el cine industrial. Cuando rodamos “La Otra” éramos un
equipo de unas diez personas, y casi todos, la protagonista Cristina Piñero, el
dire de foto Pablo García o el sonidista Dani Mendoza, habíamos convivido
intensamente un año de nuestras vidas el año anterior rodando el largometraje
“Los Días vacíos” así que no hubo que forzar el “efecto familia”. También hubo
nuevas incorporaciones, como las actrices Saida Fuentes o Yazmina Guerra, que
se adaptaron maravillosamente a esta filosofía y parecía que llevábamos toda la
vida rodando juntos. El rodaje fue en condiciones extremas, un rodaje muy duro,
pero al final del mismo todos estábamos sonriendo. Eso es uno de los regalos
del cine leve.
4. ¿Casualidad o
causalidad de que ambos hayan coincidido en temáticas cercanas con estos dos
cortometrajes?
JV: Llevamos dos años coincidiendo en las temáticas que abordamos,
el año pasado teníamos “Del amor y otras necesidades” y Dani “Amanecer”, que
abordaban la prostitución de una forma un tanto esquinada, y también queríamos
estrenarlas conjuntamente, pero no la tuve terminada a tiempo. Y lo cierto es
que no nos ponemos de acuerdo para hacer esto. Es una sorpresa incluso para
nosotros mismos.
DLC: Una maravillosa casualidad. Ya hace años, cuando estrenamos
conjuntamente “Ángeles” y “Nube9” existió cierta sincronía. En esa ocasión los
dos optamos por aproximaciones al cine de género desde un punto de vista
críptico e intimista. Cuando volvimos a coincidir en temática con “Amanecer” y
“Del amor y otras necesidades” la casualidad fue aún mayor. Dos historias que
usaban el tema de la prostitución como excusa para hablar de la soledad. Y en
esta ocasión, cuando Josep me dejó ver su “al borde del agua” le dije: “no
puedo creer que hayamos vuelto coincidir
otra vez”. Sinceramente, me gusta esta casualidad, ya que, a pesar de que nuestros
estilos son muy muy diferentes, y que nos separan algunas décadas, veo que nos
inquietan y preocupan las mismas cosas.
5. Más allá de
cuestiones económicas, el cine leve se planteó también como una forma libre de
contar historias sin tener que recurrir a los patrones industriales. ¿Cómo se
enfoca, entonces dos títulos de género como los que propone esta sesión del día
26?
JV: El cine de género siempre me ha interesado como espectador,
pero es impensable que, con los medios de que disponemos, podamos rodar un
thriller o una película de ciencia ficción convencional. Pero podemos
aproximarnos al género desde otras perspectivas. En mi caso lo que he hecho ha
sido apropiarme de algunas convenciones del género para contar otra cosa. Ya lo
hice en “Nube9”, que se inspiraba en “Alphaville” de Godard, y aquí lo hago
partiendo de una secuencia de “Mullholland Drive” de Lynch.
DLC: Pues en tu pregunta está la respuesta. Es una forma libre de
contar historias. Y esa libertad absoluta puede canalizarse en ofrecer algo sin
ningún tipo de concesión al espectador, o en algo completamente académico. Al
menos para mí no hay reglas ni estructura que respetar a menos que sea eso lo
que quiero hacer. Algunos dicen que es esta ocasión he dejado atrás el drama
social ese que tanto me gusta, para meterme en el pantanoso terreno del cine de
terror. Pero lo cierto es que “La Otra” es también, en cierta forma un drama
social, sobre la soledad y la marginación. Simplemente el camino que hemos
tomado para hablar de ello es diferente.
6. En vuestras respectivas filmografías los personajes
femeninos siempre han tenido un rol importante y en los dos cortos que
presentáis ahora se aprecia también una significativa presencia femenina al
frente del reparto. ¿Es la mirada de la mujer más acorde con la filosofía de lo
leve que la masculina?
JV: Pues no tengo ni idea, si es una mirada más leve o más
profunda. Lo cierto es que en mi caso la mujer siempre ha estado delante de mi
objetivo, ya en “Ballet para mujeres” ironizaba sobre ello. Trataba de un
director de cine que pretendía rodar una película sobre la mujer y no lograba
salir de los tópicos, de modo que al final decide no hacerla. En el primer
borrador de “Al borde del agua” solo había tres mujeres, luego añadí una
cuarta. Al final hay seis actrices.
DLC: En mi época pre-leve, cuando aún los cortometrajes que hacía
tenían una fuerte intención industrial, ya el universo de la mujer estaba muy
presente. “Hanna después del tiempo” (2004) o “Los Pechos de Paula” (2009) eran
historias de mujeres. Creo que la psicología femenina y su rol impuesto por una
sociedad patriarcal es mucho más complejo, y por lo tanto, mucho más
interesante y enriquecedor desde el punto de vista narrativo que el masculino.
Los hombres somos mucho más simples, porque es lo que la sociedad espera de
nosotros. Factores como la amistad, los hijos, el amor, la infidelidad, las
drogas, el comportamiento social ante determinadas situaciones de la vida, son
más cinematográficos si los muestras desde la mirada femenina.
7. Daniel, después de encadenar dos largometrajes, ¿ha
cambiado tu perspectiva a la hora de afrontar un nuevo corto?
DLC: En absoluto. Sigo afrontando cada proyecto igual si se trata
de un corto que de un largo. En un largo el esfuerzo es mayor, no solo el mío
sino el de todo el equipo, y la inversión económica es otra también, y eso hay
que valorarlo en su justa medida. Pero a la hora de planificar el trabajo, o
escribir el guión, para mi es exactamente lo mismo. La duración final del
metraje es para mí lo de menos. Si mi historia tiene que durar 5 minutos, eso
durará. Y si después de escribirla veo que la cosa se va a ir a 90 minutos,
pues bienvenido sea.
8. Josep, sin contar
con tu aportación a La Laguna Plató de Cine en 2015, tu anterior trabajo fue
“Paraísos” en 2014, pero ya tienes otros dos trabajos pendiente de estreno,
“Duetos” y “Del Amor y Otras Necesidades”. ¿Qué te han aportado estos dos años
de pausa?
JV: No ha habido pausa, sino dificultades logísticas. Al borde
del agua la empezamos en el verano de 2015, pero no pudimos volver a reunir al
equipo con el que iniciamos la aventura del corto, y no la terminamos hasta el
mes de septiembre de 2016 con un equipo distinto, por esto el corto consta de
dos partes, “Nocturno” y “Diurno” que de alguna manera se complementan. Como no
sabía si podríamos terminar el corto se nos ocurrió rodar otro y así surgió
“Del Amor y otras necesidades”, que se rodó entre los meses de diciembre de
2015 y enero de 2016, y está todavía pendiente de la música. En cambio, “Dueto”
se rodó en una sola mañana durante estas fiestas, entre la Navidad y el Fin de
año. Este año se han amontonado los estrenos.
9. ¿Hay nuevos
proyectos a la vista? ¿Para cuándo una película conjunta?
JV: En cuanto a proyectos, está el guión de “Paseo nocturno”,
que es un thriller que escribimos René Martín y yo, pero entraña dificultades
técnicas considerables y por esto lo tenemos a la espera. Quizás aparezca otra
idea por el camino y mis ganas de rodar me lleven a producirla. Vivir en dos
islas separadas por el océano no debería ser un obstáculo para rodar una
película conjunta, y la verdad es que lo he intentado varias veces, ir a Gran
Canaria con Laly y René y rodar allí algo con Dani y con David Delgado, pero
siempre se han presentado dificultades y hemos acabado o bien olvidándonos del
proyecto o rodándolo en Tenerife, como pasó con “Rondó”, que lo escribí para
rodarlo allí.
DLC: Pues en mi caso estoy escribiendo el guión de otro
largometraje, y hay varios guiones cortos en la recámara, pero la verdad es que
en este mismo instante no hay nada concreto. Y si te soy sincero es algo que me
fastidia. Durante estos quince años, exceptuando los tres años tras el
nacimiento de mi hijo en los que me dediqué a la paternidad en cuerpo y
alma, siempre he estado trabajando en
alguna producción concreta y próxima. Y ahora por primera vez no hay nada
concreto en el horizonte. Pero lo encontraré pronto. Seguro. Y sobre la película
conjunta, pues lo hemos hablado varias veces, pero nunca lo concretamos. Creo
que sería interesante, ya que como ya hemos visto, a pesar de tener estilos
narrativos muy diferentes, hay mucha coincidencia en nuestra forma de afrontar
un proyecto. Es verdad que el atlántico está por medio, pero nada que no se
pueda solucionar.
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