ADAM SANDLER. UN NIÑO GRANDE

El popular programa estadounidense “Saturday Night Live” es una de las más importantes canteras de cómicos que existen en este país, permitiendo a muchos de ellos dar el salto a la gran pantalla. Uno de los nombres que ha logrado hacer una exitosa transición de la televisión al cine ha sido Adam Sandler, quien con películas como “Un Chico Ideal”, “Un Papá Genial”, “Ejecutivo Agresivo” o “Zohan. Licencia para Peinar” ha demostrado ser uno de los más rentables cómicos de Hollywood.

Sandler nació el 9 de septiembre de 1966 en Nueva York, aunque creció y se educó en New Hampshire. Procedente de una familia judía de clase media, desde su etapa escolar demostró su habilidad para la comedia, hasta el punto de que, animado por su propio hermano, empezó a actuar de forma amateur en un club de la ciudad de Boston. Sandler compaginaba estas actuaciones con su carrera universitaria, licenciándose en Bellas Artes en 1991. Entre 1987 y 1988 hizo sus primeros pinitos en el medio televisivo, interpretando un papel secundario en la serie “La Hora de Bill Cosby” y, tras acabar sus estudios, decidió arriesgarse en serio con su carrera como cómico, mudándose a Los Angeles. Allí en seguida destacó con sus monólogos, llamando la atención de Dennis Miller, uno de los productores de “Saturday Night Live”. Éste le contrató como intérprete y guionista, convirtiéndose así Sandler en uno de los cómicos habituales del programa entre 1990 y 1993.

En sus sketches, el cómico aprovechaba su imagen de pánfilo y bonachón para sorprender al público con todo tipo de chistes escatológicos y chocantes, al mismo tiempo que (al igual que sus compañeros) iba creando un fondo de armario de personajes recurrentes, cada uno con una serie de características definitorias. Durante este tiempo coincidió con otros destacados humoristas como David Spade (“Los Calientabanquillos”), Chris Farley (“Tommy Boy”), Dana Carvey (“El Mundo de Wayne”), Mike Myers (“Austin Powers”) o Chris Rock (“Madagascar”), aunque con quien hizo mejores migas fue con Rob Schneider (“Deuce Bigalow: Gigoló europeo”), con quien ha mantenido hasta hoy en día una estrecha amistad y relación profesional. Sandler le ha dejado siempre a Schneider un destacado papel secundario en sus películas y suele hacer algún que otro cameo en las películas protagonizadas por éste. Otros actores con los que Sandler estableció un fuerte vínculo durante esta etapa de su carera y que posteriormente han pasado a ingresar las filas de habituales en sus películas son Allen Covert, Blake Clark, Peter Dante, Jonathan Loughran, John Turturro, o Steve Buscemi.

Si bien, como a muchos de sus compañeros antes y después que él, su estancia en “Saturday Night Live” le dio una gran popularidad dentro de Estados Unidos y le abrió las puertas del mundo del cine, en su caso concreto, su debut cinematográfico tuvo lugar realmente un año antes de entrar en el programa, ya que en 1989 Sandler protagonizó la comedia “Going Overboard”. En ella, interpretaba a un cómico novato que ve la oportunidad de su vida cuando le ofrecen trabajar en un crucero donde viaja uno de los reyes de la comedia. La cinta no tuvo demasiado éxito, sin embargo, en ella ya se podían apreciar las bases del tipo de humor que el actor ha estado desarrollando a lo largo de todos estos años.

Tras su paso por “Saturday Night Life”, Sandler empezó un recorrido por diferentes películas interpretando papeles secundarios, en algunos casos avalado por otros cómicos veteranos procedentes del programa. Así, en 1993 tuvo la oportunidad de trabajar junto a Dan Aykroyd en “Los Caraconos”, donde también coincidió con su compañero de generación Chris Farley, y al año siguiente participó en la comedia “Un Día de Locos”, protagonizada por Steve Martin. Más protagonismo tendría en la comedia de Michael Lehmann “Cabezas Huecas”, compartiendo créditos con otros dos actores mejor situados en el escalafón de Hollywood como Brendan Fraser (quien por aquel entonces ya había protagonizado con éxito “El hombre de California”) y Steve Buscemi (quien realmente era más conocido como actor de carácter en las películas de los Hermanos Coen o Quentin Tarantino, especialmente gracias a su papel del Sr. Rosa en “Reservoir Dogs”). El trío interpretaba a un descerebrado grupo de músicos de rock que deciden secuestrar una estación de radio para poder dar a conocer su música.

Entre 1995 y 1996 se encargó de escribir y protagonizar un par de películas, “Billy Madison” y “Terminagolf”, con las que finalmente pudo aplicar el modelo de humor de “Saturday Night Live”. En ellas interpretaba a su prototipo de personaje, es decir, un joven atolondrado, torpe, irresponsable, amigo de las bromas pesadas y de hormonas desatadas, que, en el fondo, demuestra ser honesto y tener buen corazón. Por aquel entonces Sandler aún era un desconocido en aquellos países donde no se emitía Saturday Night Life (como, por ejemplo, España), así que estas dos películas gozaron de un éxito considerable dentro del mercado estadounidense, pero apenas consiguieron distribución internacional, editándose directamente en formato doméstico.

De manera puntual, en 1996 cambió el formato de comedia pura y dura, por el de comedia de acción con “Bulletproof”, cinta co-protagonizada por Damon Wayans, quien ya había probado suerte con este tipo de películas junto a Bruce Willis en “El Último Boy Scout”. En esta cinta, los dos cómicos interpretaban a un policía encubierto y un traficante y ladrón de coches de medio pelo que deben aliarse para poder detener a un capo de la droga. Una vez más, el aspecto bonachón y atolondrado de Sandler le sirvió para definir a su personaje, un criminal situado al otro lado de la ley víctima de sus propias equivocaciones, pero que en el fondo es alguien honesto y leal. Tras este ligero cambio, Sandler regresó a sus comedias habituales, protagonizando a continuación “The Waterboy (El Aguador)”, donde interpreta a una especie de Forest Gump, que pasa de tonto del pueblo a ser idolatrado gracias a su habilidad jugando al fútbol americano.

Hasta este momento las películas de Sandler habían obtenido éxitos discretos en taquilla y, principalmente, gracias al público estadounidense. En 1998, su suerte cambió cuando protagonizó junto a Drew Barrymore la comedia romántica “El Chico Ideal”. Esta cinta no sólo le permitió a Sandler dar muestras de su habilidad musical y le proporcionó su primer éxito internacional, además supuso su primer encuentro en la gran pantalla con Barrymore. Sandler ha estado siempre bien acompañado en todas sus películas por atractivas actrices, como Patricia Arquette en “Little Nicky”, Winona Ryder en “Mr. Deeds”, Marisa Tomei en “Ejecutivo Agresivo”, Kate Beckinsale en “Click”, Jessica Biel en “Yo Os Declaro Marido y Marido”, o Salma Hayek en “Niños Grandes”. Sin embargo, todas ellas se han limitado a ejercer el papel de mujer florero, con poco protagonismo más allá de ser el objeto del deseo del protagonista. Ha sido en “Un Chico Ideal”, con Drew Barrymore, donde realmente ha mostrado tener una química especial con una actriz, algo que repetiría años más tarde con “50 Primeras Citas”.

Y de un éxito a otro, ya que al año siguiente alcanzó uno de sus mayores triunfos de taquilla con “Un Papa Genial”. Aquí nuevamente interpreta a un personaje con síndrome de Peter Pan, acostumbrado a evitar todo tipo de responsabilidad, que de la noche a la mañana se ve en la situación de tener que cuidar de un niño de 5 años. La película le dio pie a Sandler para dar rienda suelta a todo su repertorio de chistes procaces y escatológicos, así como su habitual mensaje a favor de los valores de la familia. Y es que a pesar de su imagen de cómico políticamente incorrecto, Sandler no puede evitar dar evidencias de su ideología conservadora.

El éxito de “Un Papá Genial” le ayudó a subir su caché y contar además con un mayor presupuesto para su siguiente proyecto, la comedia con elementos sobrenaturales “Little Nicky”. En esta película podemos encontrar una amplia representación de actores procedentes de “Saturday Night Live”. A parte de los habituales Allen Covert, Blake Clark, Peter Dante, Jonathan Loughran y Rob Schneider, aparecerían también Dana Carvey, Rodney Dangerfield o Jon Lovitz. Además, la película contaba también con elecciones de reparto chocantes como Harvey Keitel, Quention Tarantino, Reese Witherspoon, o la antigua estrella de acción de los 80, Carl Weathers.

Esa imagen de americano medio sencillo e inocentón llevó a Sandler a protagonizar junto en 2002 a Winona Rider y John Turturro “Mr. Deeds”, remake de la película de 1936 de Frank Capra, “El secreto de Vivir”, supliendo el papel que originariamente interpretó Gary Cooper. En esta ocasión la cinta fue un fracaso en taquilla rompiendo la línea habitual de las películas del actor. Ese mismo año Sandler apostó por dar un cambio de imagen, aceptando protagonizar la cinta de Paul Thomas Anderson “Punch-Drunk Love”. Al igual que otros cómicos antes que él Sandler parecía cansado de que no se le tuviera consideración como actor debido al tipo de películas y papeles que hacía, por lo que probó suerte con un papel más dramático. Sin embargo, “Punch-Drunk Love (Embriagado de Amor)”, lejos de ser su “Show de Truman” particular, resultó una cinta extraña que recibió el aplauso de una parte del público, pero no acabó de convencer a la gran mayoría. Sandler demostró que era más versátil de lo que se podía apreciar en sus papeles habituales, pero el escaso éxito de la película truncó su carrera como actor dramático. Posteriormente, la película ha ido incrementando su número de fans, así como la interpretación del actor.

Sandler siguió arriesgándose con su siguiente proyecto, “Ocho Noches Locas”, con al que el cómico se adentraba en un terreno que siempre le había fascinado, el cine de animación. Las características de la película le permitieron prestar su voz a diferentes personajes, además de entonar alguna que otra canción del a banda sonora. Si bien las técnicas de animación dejaron rienda suelta a la imaginación en lo referente a los momentos de acción, el sentido del humor de la cinta venía claramente firmado por Sandler, con su arsenal de chistes groseros, aunque más atenuados dado que se trataba de una cinta navideña para toda la familia.

En 2003 Sandler regresó a terreno conocido y por la puerta grande con “Ejecutivo Agresivo”. La película recuperaba la línea habitual de sus comedias de éxito, pero con el añadido sobresaliente de contar con un coprotagonista de lujo, Jack Nicholson. Con este trabajo, el veterano actor quiso, por un lado, acercarse a la audiencia juvenil y, por otro, entrar en contacto con el nuevo tipo de comedia que se estaba haciendo en Hollywood. A continuación Sandler volvió a reunirse Drew Barrymore para intentar recuperar su química de “Un Chico Ideal” con otra comedia romántica, “50 Primeras Citas”. La pareja formada por ambos actores volvió a elevar el barómetro con respecto a otras partenaires del actor y la cinta tuvo un buen rendimiento en taquilla, pero no cautivó al público de la misma manera que su anterior éxito conjunto.

A pesar de la poca repercusión de “Punch-Drunk Love” tras su estreno, Sandler seguía empeñado en demostrar que podía triunfar con papeles diferentes a aquellos con los que el público le tenía identificado, aceptando protagonizar la película de James L. Brooks “Spanglish”. Una vez más, la cinta recibió críticas aceptables, aunque no terminó de funcionar entre el público pero, en esta ocasión, el trabajo de Sandler fue duramente juzgado. Se le acusó de no saber actuar, de ser demasiado soso y de tener una peligrosa tendencia a subir de peso.

Para compensar este traspié, Sandler regresó nuevamente a su tipo de comedia y se embarcó en un remake de “El Rompehuesos”, uno de los títulos más conocidos de Burt Reynolds. En “El Clan de los Rompehuesos”, el humorista contó también con la presencia de su amigo y antiguo compañero de “Saturday Night Live”, Chris Rock, y del rompehuesos original, Burt Reynolds, que aquí se reservaba el papel de entrenador. Tras esta película llegó “Click”, una nueva comedia coprotagonizada por Kate Beckinsale, Christopher Walken y un efímeramente recuperado David Hasselhoff, en la que Sandler aprovechó nuevamente para presentar una historia sobre el individualismo de la sociedad actual y la pérdida de los valores familiares, todo ello aderezado con su habitual estilo de comedia gruesa.

Afianzado por el éxito de estos dos títulos, en 2007 Sandler hizo un tercer intento de cambio de imagen, en esta ocasión saltando directamente al terreno del drama con “En Algún Lugar de la Memoria” (tanto “Punch Drunk Love” como “Spanglish” mantenían elemento de humor, aunque en la cinta de Thomas Anderson, éste fuera un tanto singular). Aquí interpretaba a un neoyorquino traumatizado por el atentado del 11 S, quien debía superar su crisis y reincorporarse a su vida anterior. En esta ocasión, a pesar de la escasa distribución con la que contó la película, su trabajo fue mejor valorado, recibiendo por fin el beneplácito de la crítica.

La polémica sobre los matrimonios homosexuales fue el tema de base para su regreso a la comedia con “Os Declaro Marido y Marido”. Sandler volvía a echar mano de su humor políticamente incorrecto y la cinta fue acusada de homófoba, sin embargo obtuvo un buen resultado en taquilla. Sandler compartió créditos con el cómico Kevin James, quien poco antes había alcanzado cierta fama por su papel secundario en “Hitch. Especialista en Ligues”, y la actriz Jessica Biel, además de suponer un reencuentro con Dan Aykroyd (en esta ocasión sería el popular actor el que interpretara un rol secundario y Sandler el protagonista).

Si los matrimonios homosexuales le sirvieron a Sandler para tener un buen rendimiento en taquilla, en 2008 volvió a arriesgarse con otro tema candente, el conflicto entre israelíes y palestinos en “Zohan. Licencia para Peinar”. Acompañado por Rob Schneider, John Turturro y Emmanuelle Chriqui, la cinta estaba repleta de chistes procaces marca de las casa, aunque por una vez el actor abandonaba los papeles de personajes mediocres para encarnar a un invencible super-agente del Mossad, adiestrado en las artes de combate más estrambóticas. Una vez más Sandler acertó de lleno en la diana de la taquilla, demostrando que el público prefería verlo en papeles grotescos.

Tras su héroe israelí, el cómico dirigió su punto de mira una vez más al mercado familiar, con la comedia de aventuras y fantasía producida por la Disney “Más Allá de los Sueños”, en la que la compañía pretendía emular el éxito obtenido con “Noche en el Museo”, protagonizada por Ben Stiller. Sandler regresaba aquí a sus personajes cándidos y anodinos, pero que deben enfrentarse a situaciones fuera de lo común. En esta ocasión, se convertía en el héroe de las diferentes historias que le narraba a sus sobrinos, encargándose además de replicar de manera humorística algunos cuentos clásicos.

Tras la recaudación un tanto apagada de esta película, Sandler se puso por primera vez a las órdenes de su viejo amigo Judd Apatow (creador de comedias taquilleros como “Supersalidos” o “Lío Embarazoso” y que ya había participado como guionista en “Zohan. Licencia para Peinar”) en “Házme Reir”. Aquí el cómico se vio en la situación de hacer un ejercicio de introspección, ya que su personaje, al igual que él era un humorista surgido del mundo de la “Stand Up Comedy” (monólogos humorísticos), engullido por su propio éxito y egolatría. La película fue un fracaso en taquilla, resultaba demasiado larga y, en cierta forma el público se sintió estafado ya que lo que se vendía como una comedia resultaba ser un drama agridulce, sin embargo, esto no quita para que la cinta tenga excelentes virtudes, entre ellas la mejor interpretación de Adam Sandler en lo que lleva de carrera.

Fiel a su grupo de compañeros humoristas, Sandler ha reunido a sus principales colaboradores en “Niños Grandes”, una comedia coral donde se repiten los temas habituales en el cine de este actor: La defensa de la familia y los vínculos de amistad, un cierto sentimiento de culpabilidad ante el éxito y por supuestos los chistes escatológicos y sexistas.

De momento la cinta ha funcionado por encima de lo esperado en la taquilla estadounidense, sin embargo, su carrera no se detiene por eso. Adam Sandler es un cómico que a lo largo de sus casi 20 años de carrera delante de las cámaras ha conseguido crear tanto pasiones y como rechazo. No son pocos aquellos que no ven la gracia de sus chistes o que le critican por mofarse de temas sensibles de la sociedad actual, sin embargo su tipo de humor también ha sabido llegar a una amplia audiencia, lo que le ha permitido mantenerse en la industria. De momento, ya ha vuelto a repetir con sus dos directores habituales, Frank Coraci y Dennis Dugan en las comedias “The Zookeper” (donde presta su voz a un mono generado por ordenador) y “Just Go with It” (donde está acompañado por una pareja de actrices de lujo Nicole Kidman y Jennifer Aniston), y mientras tanto los proyectos se siguen acumulando en su agenda.