INAUGURACIÓN DEL V FESTIVAL DEL SOL. “SASHA”.

INTRODUCCIÓN

Ayer viernes 4 de febrero se inauguraba en TEA Tenerife Espacio de las Artes la quinta edición del Festival del Sol, una propuesta de cine de temática LGTB (Lésbica, Gay, Transexual y Bisexual) organizada por Vivalia y la Asociación Algarabía. Se trata de una ocasión única para acercarse a un conjunto de películas de limitada distribución, que difícilmente pueden abrirse camino dentro del depredador territorio de las carteleras de cine o incluso del mercado doméstico, por lo que eventos de estas características se convierten prácticamente en su única fuente de difusión. Nos encontramos también ante una oportunidad para dar visibilidad a los problemas que sufren las personas de esta orientación sexual por todo el planeta. Para ello se cuenta con una programación formada por películas procedentes de lugares tan dispares como Estados Unidos, Bahamas, Italia, Brasil, Uruguay, Francia, Alemania, México, Canadá y, por supuesto, España.

FESTIVALES EN TIEMPOS DE CRISIS

Resulta alentador ver cómo, pese a la actual coyuntura económica y la falta de ayudas económicas por parte de las instituciones (este año el Festival sólo ha recibido un pequeño apoyo por parte de Cabildo de Tenerife, que ha cedido las instalaciones del TEA, y el Ayuntamiento de Granadilla de Abona, donde se desarrollará una actividad especial el próximo día 12 en el Centro Cultural de San Isidro), iniciativas como ésta se mantienen en pie gracias sobre todo al esfuerzo y la dedicación de su personal humano. El Festival del Sol no es el único que se ha visto amenazado por la falta de recursos con los que financiar su actividad, pese a la excelente acogida de público de sus ediciones anteriores, aunque en su caso no es menos cierto que a lo largo de sus ahora cinco años de historia se han visto ignorados por gran parte de nuestros representantes públicos, como es el caso de, por ejemplo, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife o el Gobierno de Canarias. Por el contrario, la edición de este festival que se desarrolla en Gran Canaria sí cuenta con mayores apoyos, como es el caso del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, el de Telde y el de Las Palmas. No es de extrañar, por lo tanto, que la presidenta de la Asociación de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Tenerife Algarabía, Eugenia Sangil, preguntara durante la rueda de prensa del festival si existe homofobia en aquellas instituciones que nunca han mostrado interés por este evento.

V FESTIVAL DEL SOL

Pese a ver reducido su presupuesto notablemente con respecto a pasadas ediciones, la organización ha podido mantener prácticamente el mismo número de proyecciones (un total de 39 producciones), formadas, como es habitual, por largometrajes y cortometrajes de ficción (con 14 largos y 25 cortos), todos vinculados de alguna manera con la temática LGTB. A partir de aquí se ha pretendido que la selección fuera lo más plural y variada posible, ofreciendo títulos de corte dramático, comedias o ciencia ficción, algunas de producción más holgada y otras realizadas con pocos medios. Una vez más el propósito del evento es reunir a un amplio espectro de espectadores, de intereses y gustos diversos, y, como recalca el director del festival Frieder Egermann, no localizado únicamente en la comunidad homosexual, sino también abierto a la participación del público heterosexual para de esta manera romper barreras y falsos mitos. Al fin y al cabo, si bien la orientación sexual de los protagonistas puede ser diferente, la base de los conflictos es común: La búsqueda de la identidad, del amor, los choques generacionales y familiares, la integración en la sociedad.

“SASHA”

Como película inaugural, el Festival de Sol escogió “Sasha”, una producción alemana, escrita y dirigida por Dennis Todorovic que narra la necesidad de salir del armario de Sasha, un joven estudiante de piano procedente de una familia de inmigrantes serbios. La atracción sexual que siente por Gebhard, su profesor de piano, su amistad con Jiao, una chica china que está enamorada de él, y su relación con sus padres (él, violento y estricto; ella, obsesionada con que sus hijos se labren un futuro) marcan el devenir de una historia que alterna el drama con la comedia y que se adentra no sólo en la orientación sexual del protagonista y la homofobia de sus padres, sino también en elementos externos como el racismo, los prejuicios culturales o el machismo.

Los primeros minutos de la película ya dejan patentes los conflictos principales de la historia y el tono ligero empleado por el director. “Sasha” trata temas duros y difíciles, con situaciones complejas que tienen su raíz en una herencia cultural ancestral, pero no se enfrenta a ellos con el peso del dramatismo, sino de manera más sutil, a través de la comedia y la caricatura. Todos los personajes arrastran un conflicto interno que determina su relación con los demás, pero el planteamiento en la historia permite al espectador esbozar una sonrisa y soltar varias carcajadas antes de darse cuenta de su verdadero componente emocional.

Para empezar nos encontramos con un complicado choque familiar dentro del núcleo de protagonistas. Sasha es un joven homosexual dentro de una familia conservadora; su padre, Vlado, es un inmigrante que tuvo que abandonar Yugoslavia durante la guerra pero que emocionalmente sigue anclado a sus raíces; la madre, Stanka, es una mujer frustrada, con oportunidades para ascender profesionalmente pero a la que el peso de su papel de esposa le impide tomar ese camino, trasmitiendo esa frustración a sus hijos, a los que presiona para que alcancen sus (supuestos) sueños como pianista (Sasha) y remero deportivo (Boki); por su parte, Boki es un joven inmaduro que empieza a rebelarse contra la autoridad paterna y que al mismo tiempo está enamorado de Jiao, la mejor amiga de Sasha (y, de cara a sus padres, la supuesta novia de éste).

Existe también un choque cultural. Como extranjeros, la familia Petrovic no se integra plenamente dentro de la sociedad alemana, sino que viven en un barrio de inmigrantes intentando mantener las mismas costumbres y estilo de vida de su país. Esto supone también un obstáculo para los dos hijos jóvenes, criados fuera de Yugoslavia y para los que su verdadera cultura es la que han experimentado en su nuevo país y no en su patria natal de la que están completamente desvinculados. Dentro de esta herencia cultural podemos apreciar también trazos de racismo, sobre todo con las referencias que se hace a los Turcos. Posiblemente el personaje que refleja de manera más clara y directa este choque cultural y racial es el Tío Pero (a su vez también el personaje más cómico de la cinta). Recién llegado a Alemania, Pero responde a todo lo que hay a su alrededor con ignorancia e inocencia, sin embargo, curiosamente, esta misma inocencia será la que al final le convierta en el personaje más abierto de la trama, ya que tras ver por primera vez a dos hombres besándose reacciona con sorpresa, pero inmediatamente después lo acepta como algo normal en el nuevo entorno en el que se encuentra.

En este contexto es en el que tiene lugar el despertar sexual de Sasha, primero teniendo curiosidad por revistas gays, después externalizando su amor platónico por su profesor de piano cuando éste le notifica que se muda a Viena. Este momento de cambio supone la ruptura del protagonista con las imposiciones familiares. En primer lugar decide arriesgarse y declarar su amor homosexual a Gebhard, manteniendo relaciones sexuales con él, y por otro, al no tener ya el aliciente de seguir viendo a su profesor, ya no encuentra sentido a seguir estudiando piano, algo que hacía más por imposición materna que por verdadera vocación. Sasha experimenta también el desengaño y la frustración al ver que para Gebhard él no es más que un encuentro sexual pasajero. Por otro lado, la salida del armario del protagonista tiene también efectos colaterales en otros personajes, sobre todo en el caso de Jiao, quien también ha estado secretamente enamorada de él y cuyos anhelos románticos se viene abajo cuando él le confiesa su inclinación sexual.

La ruptura del impuesto status quo se produce de manera violenta. Previamente ya habíamos podido apreciar el carácter tiránico de Vlado con sus hijos y su mujer, dejándonos claro que, pese al amor que siente por su familia, esta educación machista y violenta que había recibido era también el punto de origen de los conflictos de los otros personajes. La mera posibilidad de que su hijo sea homosexual y se haya rebelado contra su autoridad paterna desata una ira irracional en Vlado, quien apunta con una pistola a Gebhard, el supuesto corruptor de la inocencia de su hijo, y dispara de manera accidental en el hombro de su otro hijo, Boki. Es en este momento cuando el tono de la cinta cambia y somos conscientes del verdadero peso dramático de lo que se nos ha estado contando de manera tan, aparentemente, ligera e intrascendente.

Dennis Todorovic cierra la historia de manera reconciliadora e integradora. Vlado, consciente de su equivocación, sufre el peso de la justicia y es deportado a su país natal. Él mismo admite que es lo mejor que puede pasar a su familia. Él puede regresar a donde pertenece y su mujer y sus hijos quedarán así libres de continuar con sus vidas lejos del yugo que había impuesto a la familia. Se produce un acercamiento entre padre e hijo cuando Vlado defiende a Sasha del comentario homófobo de un compañero de cárcel, dejando la puerta abierta a la esperanza en cuanto a un futuro emocional entre ambos.

Rodada con pocos medios, “Sasha” es una cinta sencilla y agradable que se sabe ganar al público con su tono cómico, el buen hacer de los actores (especialmente el protagonista, Saša Kekez, que sabe componer una excelente interpretación sin caer en florituras ni histrionismos, y Pedja Bjelac, dejando entrever las dos facetas violenta, pero también afectiva de Vlado) y la comedida puesta en escena de su director.

CONCLUSIÓN

Como punto de partida, “Sasha” se presentó como un arranque prometedor para esta quinta edición del Festival del Sol, algo que pudieron disfrutar los asistentes a esta sesión inaugural, que acabó colgando el letrero de “No Hay Localidades” ante la masiva afluencia de público que quiso apoyar al certamen.

Para consultar la programación de todo el festival pueden visitar su página web, donde encontrarán toda la información.