lunes, 16 de marzo de 2020

LA NEGACIÓN DEL OCIO


Ya el latín dejaba clara la separación de “ocio” y “negocio”, siendo la segunda la negación del primero, con los términos etimológicos “otium” y “nec-otium”. Distinguimos nuestro tiempo libre del trabajo, pero no debemos olvidar que para muchos su “negocio” es precisamente elaborar aquellos elementos que cubren nuestro “ocio”. Ahí entra de lleno la industria cultural. Cineastas, escritores, músicos, artistas de todo tipo enriquecen nuestro espíritu y nuestro intelecto con su trabajo y, en momentos como estos, donde la responsabilidad cívica nos lleva a resguardarnos en casa y evitar el contacto social, la cultura se convierte en nuestro mejor aliado para paliar los efectos del aislamiento. 
El cine, las series de televisión, la programación de entretenimiento, junto con otros campos, como la literatura o la música, se han convertido en una tabla de salvación, de ahí que muchas empresas del sector hayan desbloqueado parte de sus contenidos para que sean de acceso gratuito. De la misma manera hay artistas que, a través de internet y de las redes, están ofreciendo su talento para ayudar a los demás. La cultura y el ocio, a veces separadas, a veces de la mano, son elementos fundamentales de nuestra sociedad. No son componentes prescindibles o de lujo, sino que verterán y nos unen como sociedad. 
Ante esta crisis hay muchos profesionales de múltiples sectores que están dando la cara y ejerciendo una gran labor de responsabilidad social. No olvidemos que el sector del entretenimiento está entre ellos. No sabemos cuánto se va a poder alargar esta cuarentena, pero de la misma manera que se están haciendo esfuerzos para que no falten servicios sanitarios o abastecimiento en los establecimientos de alimentación, el sector cultural, cuya actividad pública se ha paralizado totalmente por la crisis de la pandemia, sigue llegando hasta nosotros a través de plataformas y dispositivos, haciendo más ligeras las consecuencias. 
Cuando esta crisis pase, la cultura, que siempre ha sido un sector débil, va a necesitar nuestro apoyo. Cuando se levante la cuarentena, no hagamos como los romanos y no le neguemos al “ocio” su “negocio”. Llenemos los espacios culturales. Devolvamos con responsabilidad social la labor prestada.     

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