INTRODUCCIÓN
Javier Almeda es un actor todoterreno, al que hemos podido ver haciendo teatro, cine o televisión, un profesional que cuando habla traslada a la otra persona fervor, amor y una gran convicción por su trabajo. Procedente de una familia de artistas de circo, desde pequeño ha vivido inmerso en ambiente de artistas, y como él mismo dice, el subirse a un escenario y conectar con el público es algo que te cambia la vida. En la actualidad, la fama de este actor se ha visto incrementada por su participación en series de éxito como “Pelotas” o “Sin Tetas no Hay Paraíso”, sin embargo esta popularidad no le ha apartado de sus convicciones como actor, ni de su firme compromiso con la profesión. En la actualidad, se encuentra en Tenerife, protagonizando la opera prima del director canario Cándido Pérez de Armas, “La Guía del Silencio”, lo que nos ha permitido pasar una interesante tarde con él y preguntarle por su trayectoria profesional (tema conductor de esta primera parte de la entrevista) y por el desarrollo de esta nueva película (que ofreceremos en una segunda entrega).
¿CÓMO FUERON SUS INICIOS COMO ACTOR?
Los inicios son, como en el 80 o el 90 por ciento de estos casos, en teatro. A los 11 años me subí a un escenario, un pastorcillo jovencito, y a partir de ese momento ya, el olor de la madera en el escenario, esas mariposas en el estómago, eso crea una adicción (positiva y sana, evidentemente), que ya siempre te acompaña. Esa necesidad de la Cuarta Pared, de retroalimentarte con el público, esa sensación de nerviosismo, ese disfrutar de la obra (porque el teatro nace y muere cada día, porque el público va variando), eso ya te cambia para siempre. Y a partir de ahí vas haciendo mucho teatro, amateur en un principio, hasta que llega un día en que se convierte en una profesión y en tu medio de vida y puedes disfrutar de “los gozos y de las sombras” de nuestra profesión (que también las hay).
Ya vas incorporando trabajos y es un paso para pasar al medio audiovisual (a televisión y al cine) y poder combinar las tres. Para los que tenemos la fortuna de poder trabajar de forma continuada en esto, es un tema básicamente de poder combinar los proyectos para encajarlos en la agenda. Es un poco la continuidad habitual de esto. Hay poca gente que (en este caso por un tema de un perfil muy determinado o por una cuestión de don y talento y que lo haya estudiado) pueda dedicarse de forma exclusiva. Que hay casos, pero bueno, normalmente somos de estudiar hasta el final, y hacer arte dramático y hacer Actor’s Studio, y estudiar ante la cámara, y es un poco el proceso habitual. Una vez inicias esa carrera en el mundo audiovisual, pues al principio tendrás una participación breve, tendrás un papel de reparto pequeñito, en el que harás tus dos frases, y si va todo como es debido y vas cumpliendo y tu profesión y tu personalidad y tu disciplina (que en este caso es muy necesaria) van siguiendo los pasos normales, pues vas mereciendo mayor confianza en los proyectos, y, bueno, a nivel de hoy como protagonista de cuatro largometrajes.
¿EN QUÉ AFECTA EL ALTERNAR DIFERENTES MEDIOS AL TRABAJO DEL ACTOR?
No son comparables. Cada medio en este caso tiene unas características muy determinadas y, además, es bueno poder alternarlos. Teatro es “la Pasión”, es el contacto directo con el público, el ver cómo reacciona, el lanzar esa primera frase o réplica a tu compañero cuando empiezas la obra y decir “hoy me siento muy a gusto, vamos a disfrutar muchísimo”, el poder lanzar un cable a tu compañero en un momento dado si ves que hay algún problema, el hacer un mutis si la gente se ríe y estás haciendo comedia. Es vivir muy intensamente cada personaje, pero de forma muy directa, “la Cuarta Pared” (la famosa Cuarta Pared).
Televisión te da muchísima agilidad. Televisión te da (independientemente del tema económico, que para nosotros es el más solvente y nos da quizás un medio de vida) sobre todo muchísima agilidad, muchísima rapidez, trabajas con multicámara, los límites son muy, muy estrictos (tienes tres centímetros para no tapar a tu compañero), son tomas muy rápidas. Yo vengo de rodar una serie en Televisión de Cataluña, en este caso en TV3, una serie de 10 años de recorrido, y es la que te da toda esa agilidad y te permite ser mucho más rápido porque estás grabando un capítulo diario, con lo cual sale todo muy fluido, pero por necesidades de producción.
Y luego el cine es otra cosa. El cine es “el Legado”. Yo le llamo “la Herencia”, porque una buena secuencia que tú hagas, o una buena película que hagas, eso es atemporal, eso queda. Yo soy un amante del cine, evidentemente, como actor, y ya lo era antes como público, y te puedo asegurar que soy un amante de los clásicos y que, de mi lista de 10 películas favoritas, cuatro o cinco son grandes clásicos. Eso es una demostración de que eso perdura. Mi hija seguirá viendo a su padre 10 años antes haciendo una película y mis nietos verán a su abuelo habiendo hecho una película, y eso seguirá quedando ahí. No pierde esa vigencia como tiene la televisión, que ves un programa de televisión 10 años después y ya ha perdido la frescura. El cine es un legado que tú dejas de tu trabajo y de tu esfuerzo, tu capacidad, tu don o llámale como quieras.
HOY EN DÍA LA TELEVISIÓN ES UN MEDIO QUE OFRECE GRAN POPULARIDAD A LA CARRERA DE UN ARTISTA, ¿EN QUÉ MEDIDA AFECTA AL TRABAJO EN EL CINE O EL TEATRO?
La televisión (y no hablando del tema económico, que básicamente eso es una cuestión de cesión de derechos de imagen, por si lo reponen, etc.) es una promoción. Tú formas parte de esa familia a las cuatro de la tarde o a las 10 de la noche, una vez a la semana o cada día de la semana, y es una muy buena pantalla promocional de tu trabajo. Eso permite que un porcentaje muy alto de los actores que estamos trabajando en el teatro (en primer división o a nivel nacional, por los grandes teatros), somos gente que estamos en televisión. Eso es debido a que ya formas parte de esa familia. Los promotores de teatro, que arriesgan muchísimo, porque compiten, por ejemplo, con un partido de fútbol (un buen partido de fútbol puede provocar que un buen día para el teatro, como puede ser un sábado por la noche, sea un día fatídico), es normal (o hasta cierto punto comprensible) que se estén nutriendo de personajes de televisión que tienen un cierto atractivo para el público y que le convencen para que se levante de su sillón y de su sofá y se vayan al teatro a vernos.
A día de hoy la televisión es muy inestable, porque entre fusiones de cadenas, reducción del tema de publicidad y de los ingresos de publicidad por la crisis, o cadenas, como en este caso Televisión Española, que ya no tendrá publicidad el año que viene (a nivel de presupuestos hablo, ahora ya ha dejado de emitir con publicidad), y son las que apoyan indirectamente al cine. Si tú no tienes unos derechos de televisión adquiridos, financiar una película cuesta muchísimo más. Con lo cual es inevitable pensar que el cine y el teatro no dependen de la televisión. Sí, es evidente que sí, porque la publicidad genera unos ingresos, la televisión necesita una producción propia, y porque son horas de programación en la parrilla que al final se nutren de nosotros. Con lo cual hay que diferenciar muy bien, como actor, cada uno de los medios, pero al final a nivel industria (porque no es hacer una película o preparar un buen libreto de teatro, sino que después hay que comercializarlo y conseguir que sea rentable económicamente hablando) va muy ligado a la televisión. Ahora mismo la situación es muy inestable. Las mismas televisiones no saben qué va a pasar con su futuro (a nivel individual hablo). Es muy complicado iniciar proyectos. Hay mucho buen proyecto que está ahí, en espera, para poder realizarse y eso es una situación complicada (yo no diría conflictiva porque al final, como en el cine, habrá una selección natural, y las grandes series y las grandes historias son las que prevalecen, pero sí es una situación incómoda en la que estamos todos ahora).
USTED HA PARTICIPADO EN GRAN CANTIDAD DE CORTOMETRAJES. ¿QUÉ LE LLEVA A ACEPTAR ESTE TIPO DE PAPELES, EN OBRAS GENERALMENTE REALIZADAS POR ESTUDIANTES O CINEASTAS DE LIMITADA EXPERIENCIA?
Por las historias habitualmente. A nosotros lo que nos decide realizar un proyecto, y aunque se hable siempre del tema económico, es muchas más veces por un tema de que la historia o el personaje que te están ofreciendo te atrape y quieras hacerlo. Yo ahora estoy realizando como protagonista la película de Cándido Pérez de Armas, básicamente porque quería trabajar con el director (conocía su trabajo, me apasiona y quería estar con él) y hemos hecho verdaderas cábalas para conseguirlo (un pequeño puzle a nivel de agenda). Pero quieres trabajar con un director determinado y la historia. Cuando a ti te llega un guión, como en este caso “La Guía del Silencio”, y lo lees, y te atrapa desde el minuto uno y no puedes dejar de leerlo, eso es una muy buena señal.
A nivel del corto, yo creo que muchísimos de los actores consideramos y hacemos cortos para estudiantes porque nuestra filosofía de vida es que esto no es un trabajo, ser actor no es un trabajo, es una forma de vivir. Si que tenemos una especie de código ético propio. Al final con los años vas haciendo tu propio decálogo de normas morales y hacer cosas sociales cada vez que puedes, por ejemplo, y ayudas a estos chavales. Y muchísimas veces descubres falta de medios, quizás falta de experiencia, pero un don tan válido como el de cualquier profesional, o de cualquier director de cine de estos reconocidos y de prestigio. Como ejemplo diría que la película que ha optado y que ha estado luchando en los Goya con grandes como la “Celda 211” era “Tres Días con la Familia” de Mar Coll, una chica catalana que en su última curso de ESCAC, la Escuela de Cine de Cataluña, sacó una muy buena historia, consiguió una serie de actores que apostaron por ella (yo tuve la desgracia de no poder participar por compromisos en televisión) y ha estado luchando con las mejores. Era una muy buena historia hecha por una chica sin experiencia.
Al final, yo soy partidario de, siempre que tengo tiempo libre, hacer muchísimos cortos. Hago infinidad de ellos, me gustaría hacer más y, desgraciadamente, no puedo. Y luego porque creo muchísimo en la cultura del corto, que, además, aquí en Canarias es fundamental y el nivel es altísimo. Llevo aquí 34 días y he podido visionar muchísimos y conocer gente del gremio y gente que está haciéndolos, etc., y falta un tema de difusión y promoción a nivel peninsular, porque realmente el nivel es muy, muy alto. De hecho, Cándido Pérez de Armas, por ejemplo, es una persona que había hecho 19 cortometrajes, muchos de ellos premiados, y por el que hemos apostado gente de la península que hemos querido estar en el proyecto, en su opera prima como largometraje, pero porque viene de un recorrido ya de mucho nivel.
El corto es necesario. Yo doy clases a chicos que empiezan, que estudian interpretación, y siempre decimos que un actor es un contador de historias, y una buena historia puede durar tres minutos, puede durar quince, puede durar tres horas, como “Casino”, pero al final lo que estamos es contando historias, y puede haber una muy buena historia que dure trece, quince minutos, o doce, no hay ningún problema en ello. Con lo cual el término de “corto”, que quizás se considera el “arte menor”, es puramente social, porque al final lo que están haciendo es contar una gran historia y querer llegar y querer explicársela al espectador y que le llegue, que le atrape y le emocione. Esa distinción parece peyorativa en ese sentido, pero para mí no lo es en ningún caso. Y cada vez somos más los actores que apostamos en nuestro tiempo libre, o cuando nos lo podemos permitir, el hacerlos o incluso, en mi caso, yo los produzco. Tengo la fortuna de haber ganado en el Festival de Sitges en dos ocasiones, compitiendo con Carlos Bardem, Pilar Bardem, con Carmen Machi, con Candela Peña, que ahora mismo acaba de dirigir su primer corto…
elgolfocomedy.com
ResponderEliminarEl teatro y el stand-up comparten la esencia de entretener y conectar con la audiencia, aunque con enfoques distintos. Mientras el teatro abraza la narrativa y la actuación, el stand-up se centra en el humor directo y la interacción improvisada.