martes, 2 de noviembre de 2010

MIRADASDOC. CRÓNICA (PARTE I)


INTRODUCCIÓN
La oferta de festivales de cine que podemos encontrar en Tenerife es cada vez más amplia y variada. Muestra de ello es el hecho de que hace apenas unos días nos encontrábamos en La Orotava disfrutando de su festival de cortos y desde ayer lunes nos hemos incorporado a la variada oferta de Miradasdoc. El solapamiento de ambos eventos el pasado fin de semana imposibilitó que estuviéramos aquí desde su inauguración el viernes 29, pero nuestra llegada a Guía de Isora arrancó directamente con varios títulos de interés que pasamos a continuación a comentar en esta primera crónica del festival.
CINE CANARIO 
Tuvimos la suerte de coincidir con el pase de algunos cortometrajes canarios pertenecientes a la selección realizada por la organización de cara al Premio Canarias, un apartado que este año se presenta bastante completo y más amplio que en años anteriores. Nada más recoger las acreditaciones del festival pasamos a ver “Al Margen de la Ley”, un interesante trabajo realizado por Jaime Falero acerca de un grupo de presos del recinto penitenciario Tenerife-2. Se trata de un trabajo cuidado, de excelente fotografía y postproducción. Falero, quien hasta ahora se había decantado principalmente por cortometrajes de ficción con estética de cine negro postmoderno, aprovecha este bagaje anterior para recrearse en los rostros ajados y marcados por la vida de sus protagonistas, para a continuación ofrecer un relato humano y emocional de su vida en la cárcel. La mayor parte de estos presos cumplen condena por delitos relacionados con el tráfico de drogas, coincidiendo todos ellos en lo erróneo de su conducta y la desesperación que produce estar encerrados tras los muros de la penitenciaría. Este sufrimiento se debe, por supuesto por la pérdida de la libertad, aunque la mayor parte de ellos enfatiza sobre todo lo difícil que es estar alejados de su familia, especialmente aquellos que cuenta con hijos y que a penas los han visto crecer en el tiempo que han pasado encerrados. La rutina de su vida, intentando rellenar el tiempo con actividades formativas y el uso del gimnasio, produce en ellos un lento transcurrir de su existencia, incrementando la sensación de confinamiento. 
En “El Diario del Carterista” de Carlos Reyes nos acercamos también a la vida en la marginalidad, a través de las experiencias de un peculiar personaje de vida errante, que empezó como pescador, trabajó en el circo como matarife (sacrificando a los burros y descuartizándolos para dar de comer a los tigres), donde aprendió el “oficio” de carterista, para a continuación pasar a ganarse la vida robando a turistas. Esto acabó dirigiéndole al terreno del tráfico de drogas y a la desintegración de su familia. Una historia dura, pero narrada con sencillez y cercanía por su propio protagonista, quien justifica sus delitos con un toque de inocencia y sentido de la supervivencia. Este mismo tono es el que utiliza Carlos Reyes para presentarnos esta historia, donde en ningún momento se busca juzgar a su protagonista, sino transmitirnos un sentido de la vida marcado por la fatalidad y la desesperación.
Nuestro periplo por algunos de los trabajos autóctonos que nos ofrece este festival se cerraba ayer con “Holidays” de Víctor Moreno, un trabajo que busca presentar la situación de una isla como Lanzarote, marcada por la tradición, su riqueza natural y la afluencia de turistas. A través de la figura de César Manrique, quien en los años 60 predijo la amenaza que se batía sobre la isla, Moreno personaliza las diferentes caras de Lanzarote en la figura de una serie de personajes: un pastor que se mantiene fiel a las tradiciones de antaño, un naturalista que mantiene un estrecho vínculo con el paisaje rocoso de la isla y su cercanía al mar, una arquitecta alemana asentada en la isla por su amor a la obra de Manrique y una familia de turistas británicos que disfrutan de unas vacaciones en un resort, acercándose a las costumbres y paisajes de la isla gracias a algunas excursiones, pero que en el fondo parecen más interesados en el Sol y la playa y en relacionarse con otros turistas de su mismo entorno. Se trata, sin duda, de un tema complejo e interesante, de actualidad en esta época de recesión turística en las islas, sin embargo, este trabajo de Moreno nos pareció demasiado árido y disperso, basado principalmente en largos planos estáticos carentes de apoyo explicativo alguno. Estéticamente podemos aplaudir la valentía del director, pero el resultado es un trabajo difícil y poco accesible para un público mayoritario.
CORTOS
La oferta de cortometrajes documentales ayuda a dar variedad a la programación de Miradasdoc, al mismo tiempo que permite acercarnos a producciones de países para cuyos cineastas es muy complicado financiar trabajos más extensos. Estos cortos se convierten en pequeñas píldoras que nos trasladan de manera efectiva a diferentes partes del planeta y nos integra en su cultura de manera cotidiana y sincera.
 “Unearthing the Pen” de Carol Salter refleja la permanencia del analfabetismo y la imposibilidad de algunos niños de acceder a la cultura en el norte de Uganda. El protagonista de la historia es un niño procedente de una familia de pastores cuyo anhelo es aprender a leer y escribir, pero debido a la falta de medios de su familia y al choque lingüístico que supone los diferentes dialectos de la zona, se ve destinado a continuar la tradición familiar. El documental no sólo deja registro audiovisual de las técnicas de pastoreo y la sacrificada rutina de vida que siguen estas personas, sino que también denuncia la discriminación a la que se ven sometidos aquellos que están en el escalafón más bajo de esta sociedad, imposibilitándoles la alternativa a acceder a otro estilo de vida. 
Una de las corrientes temáticas que ofrece este año el festival es la importancia del Hip Hop como expresión cultural y de denuncia de la juventud en países pobres. “Os 5 Elementos” de Madjer Rachid nos acerca a la eclosión de este movimiento en Mozambique, donde los jóvenes encuentran en la música no sólo un medio de expresión, sino también un medio para erigirse sobre la pobreza que les rodea, sintiéndose especiales al poder desarrollar una actividad creativa  que les acerca al primer mundo. En este sentido llama la atención la reproducción de modelos de conducta y la estética del hip hop estadounidense, incluso con la apropiación de anglicismos en su vocabulario.
El tema de la discapacidad es también uno de los ejes centrales de esta edición de Miradasdoc. Si en una entrada anterior hablábamos de la presentación el pasado fin de semana de dos títulos españoles, “María y Yo” y “Bicicleta, Manzana, Cuchara”, ayer lunes pudimos ver “Olhem” de Eliane Beeson, ambientada al igual que “Os 5 Elementos” en Mozambique y que sigue las experiencias de dos discapacitados visuales en la localidad de Maputo. La música y el deporte se convierten en dos medios por los que estos dos protagonistas buscan superar las barreras físicas y sociales que se encuentran debido a su discapacidad, sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, son pocos los apoyos que encuentran para hacer realidad sus aspiraciones o para poder mantener una vida familiar como el resto de la población.
MEDIOMETRAJES
La sesión de ayer la cerrábamos con dos mediometrajes, “Shosholoza Express” y “Embarrancados”, en los que, además, se contó con la presencia de sus directores (Beatrice Möller y Javier Gómez, respectivamente), que complementaron la proyección con una charla coloquio posterior.
“Shosholoza Express” devuelve a la actualidad el problema del Apartheid y el duro trabajo de democratización que se ha estado llevando a cabo desde su abolición en Sudáfrica. A través de las declaraciones de un variado espectro de personajes que viajan en el Shosholoza Express, un tren que atraviesa el país, observamos los obstáculos y la problemática que aún existe, donde aún persiste desconfianza y división entre las razas, donde la pobreza, la violencia y las estadísticas de esperanza de vida siguen siendo alarmantes y donde la esperanza y el optimismo que se respiraba tras la llegada de Nelson Mandela al poder han degenerado en desilusión y decepción. Esto se complementa con imágenes de recurso que acompañan este viaje por el país, donde vemos la permanencia de la pobreza y ghettos donde la población parece sobrevivir hacinada.  
“Embarrancados”, por su parte, nos propone otra mirada a uno de los puntos de pobreza y penuria del planeta, concretamente a la situación de los hombres que trabajan en los astilleros de Chittagong en Bangladesh. Aquí los trabajadores arriesgan su vida cada día desmantelando manualmente grandes navíos por un mísero salario que prácticamente no les da para alimentar a sus familias. Las duras condiciones de trabajo, la falta de alimentos, el abusivo horario de trabajo, el tremendo esfuerzo físico supone o la absoluta carencia de medidas de seguridad marcan la realidad cotidiana de estas personas, quienes debido a su precariedad ni siquiera pueden plantearse otras alternativas de vida para ellos o para el futuro de sus hijos.
PROGRAMACIÓN PARA HOY MARTES
Hoy martes el festival centrará su atención dos zonas alejadas, pero unificadas bajo esa mirada del sur que reivindica este evento. Por un lado la actualidad de la problemática del Sáhara quedará reflejada en una charla que tendrá lugar a las 17.00h y en la proyección de trabajos como “El Muro. Al Yidar” de Fernando Rojas y Leonor Jiménez. Por otro, la actividad cortometrajística de Cuba será el eje de atención de una muestra de trabajos que serán presentados por el cineasta Rolando Díaz y la investigadora, analista y asistente de dirección cubana Gloria María Cossío. Además, se presentarán otros títulos de interés, como “Ideal Match” (sobre el matrimonio homosexual en China), el choque de la cultura europea con la africana en “Kinshasha Symphony” o la visión de las cicatrices humanas y sociales de otro territorio azotado por la guerra como es Burundi en “Kamenge, Northern Quarters”.

1 comentario:

  1. Muy buena crónica Manu. A ver si has podido ver "Canarios en los Gasherbrums" y nos comentas que te ha parecido.

    Un saludo!

    DAVID RAMOS.

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