ED WOOD. EL PADRE PSICOTRÓNICO.

Famoso gracias al sobrenombre de peor director de la historia del cine, y autor de películas infames y reverenciadas a un mismo tiempo como “Glenn o Glenda” o “Plan 9 del Espacio Exterior”, Edward Davis Wood Jr. ha pasado a la historia del cine no por su talento, sino por todo lo contrario. Su impericia en cualquiera de las funciones que ejerció como cineasta, tanto como director, productor, guionista o actor, sumado al desbordante entusiasmo y optimismo que depositaba en cada nuevo proyecto, le han convertido en una figura de culto, consiguiendo tras su muerte en 1978 la fama y el reconocimiento que tanto ansió en vida.

Nacido en Poughkeepsie, Nueva York, el 10 de octubre de 1924, el joven Ed mostró un especial interés por el cine desde muy pequeño, especialmente en géneros comerciales como el terror o el western. Dispuesto a convertirse en cineasta, empezó a desarrollar una labor amateur como realizador cuando a los 11 años sus padres le regalaron una cámara de cine. Como buen americano se alistó en el ejército para luchar en la Segunda Guerra Mundial, llevando consigo un pequeño secreto, su afición a vestir con ropas de mujer. El propio Wood confesó más tarde que llegó a combatir vistiendo ropa interior de mujer bajo su uniforme y que su mayor temor era morir en el frente y que al quitarle la ropa a su cuerpo fallecido se descubriera su secreto.

Pese a lo que se pudiera entender por esta afición, Ed Wood no era homosexual, sino que su travestismo se debía a un caso de fetichismo con la ropa de mujer, especialmente si se trataba de una prenda de angora. En 1952 Wood conoció a Dolores Fuller, una aspirante actriz que inmediatamente pasó a ser su musa y su compañera sentimental, protagonizando dos de sus películas, “Glenn o Glenda” y “Jail Bait”. Fuller no descubrió la afición de Wood hasta que vio la versión acabada de “Glenn o Glenda”, sin embargo esa no fue la razón de la ruptura de la pareja. El alcoholismo del director y su decisión de darle a otra actriz, Loretta King, el papel protagonista de “La Novia del Monstruo” fueron los causantes del fin de la relación. Fuller encaminó sus pasos al mundo de la canción, componiendo algunas canciones para Elvis Presley como “Rock-A-Hula Baby”, “I Got Lucky” o “Spinout”. El 7 de octubre de 1955 Wood se casó en Norma McCarthy, sin embargo el matrimonio nunca llegó a consumarse. La noche de bodas la novia descubrió la afición secreta de su marido y le echó de casa, anulándose el matrimonio seis meses más tarde. Poco después Wood conoció a Kathy O’Hara, con la que se casó el 11 de marzo de 1956. Kathy fue más permisiva con las aficiones de su marido y su estrafalaria vida, permaneciendo unidos hasta la muerte de Wood.

La carrera artística de Ed Wood comenzó tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. En 1948 se estableció en Hollywood y empezó a desarrollar una serie de guiones y obras de teatro con el fin de abrirse camino como escritor. Tras representar con escaso éxito algunas de sus obras, y habiendo probado suerte con algunos cortometrajes escritos y dirigidos por él, tuvo la oportunidad de debutar en el terreno del largometraje con una cinta que para él tenía un significado muy personal, “Glenn o Glenda”, supuestamente inspirada en la vida de Christine Jorgenson, el primer hombre en pasar por una operación de cambio de sexo. Ya desde esta primera película quedó patente la incapacidad de Wood para la escritura de guiones y dirección. La película fue presentada como una mezcla de documental y cinta de ficción acerca de la obsesión de Wood por el travestismo y la homosexualidad. Rodada deprisa, la cinta está repleta de errores, no presenta una historia coherente, y para colmo de males, con el fin de aportar un cierto erotismo que llamara a la audiencia, se introdujo en mitad de su metraje un bloque de imágenes eróticas de carácter fetichista y sadomasoquista que está completamente desligado de todo lo demás y que el director quiso justificar como una alucinación del protagonista.

El estilo de vida de Ed Wood, tanto en el terreno artístico, como por sus preferencias sexuales le llevó a contactar con un grupo de gente de lo más peculiar, algunos de los cuales se fueron incorporando a su equipo de trabajo. Dentro de los habituales de sus películas podíamos encontrar actores de poca monta como Paul Marco o Lyle Talbot, una reinona gay como Bunny Breckinridge, estrellas en declive la presentadora de televisión Vampira o el luchador Tor Johnson, o el adivino Criswell, quien se hizo famosos por profetizar la muerte de Kennedy. Sin embargo, la gran estrella de las películas de Ed Wood fue sin duda Bela Lugosi. Wood conoció al actor húngaro a través de su amigo Alex Gordon cuando el protagonista de “Dracula” estaba ya en una etapa terminal de su vida y su carrera. Drogadicto, Lugosi vivía semi retirado, olvidado por la industria. Wood vio en él una forma de dar notoriedad a sus películas y le dio un pequeño papel en “Glenn o Glenda”. A partir de aquí es estableció entre ambos una estrecha amistad, que duró hasta la muerte del actor el 16 de agosto de 1956.

Tras “Glen o Glenda”, Wood dirigió en 1954 una cinta policíaca, “Jail Bait”, protagonizada por Lyle Talbot y donde tenía un papel el culturista Steve Reeves, quien más tarde se hizo famoso con sus péplums. La película se ajustaba a los clichés habituales del cine negro, aunque en el estilo chapucero y absurdo habitual del cineasta. El interés de Wood iba más por el campo del terror y la ciencia ficción, así que en 1955 rodó “La Novia del Monstruo”, protagonizada por un científico loco interpretado por Lugosi y que tomaba como telón de fondo el terror a la energía nuclear tan en boga en aquella época. En esa cinta hizo su primera colaboración con Wood el luchador Tor Johnson, como Lobo, el ayudante mutante del Dr. Vornoff. Uno de los momentos más recordados de esta cinta es la escena del pulpo gigante, donde el malvado protagonista acaba atrapado entre los tentáculos de esta monstruosa criatura. Para rodar este momento de la historia, el equipo de Wood tomó prestado sin permiso un pulpo articulado de los estudios Republic, olvidándose el motor que lo ponía en marcha y rompiendo uno de sus tentáculos por el camino. Esto, sin embargo, no fue impedimento para rodar la escena. “La Novia del Monstruo” fue el primer y único éxito comercial de Ed Wood, obteniendo una respetable recaudación en taquilla.

Tras este éxito Wood rodó algunos cortometrajes antes de conseguir financiación para su siguiente largometraje, “Ladrones de Tumbas del Espacio Exterior”. Fue en 1959, gracias al apoyo de la iglesia Baptista a la que pertenecía su casero, que Wood pudo poner en marcha la que él consideraba que iba a ser su obra maestra. Por una vez no estaba equivocado, aunque no en el sentido que a él le hubiese gustado, ya que esa película pasó a llamarse “Plan 9 del Espacio Exterior”, y 20 años más tarde fue la responsable de otorgar a Wood el título de peor director de la historia del cine, convirtiéndole en un fenómeno de culto. Efectivamente “Plan 9” es un compendio de todo el cine de Wood: argumento delirante, decorados cutres, repentinos cambios de la noche al día, paredes que se tambalean, tumbas que se caen y pésimos actores. Para esta película, Wood aprovechó los últimos minutos de metraje que grabó de Bela Lugosi poco antes de su muerte. En ellos se ve al envejecido actor salir de su casa (en realidad, la casa de Tor Johnson) con su capa de Drácula, además de algunos planos deambulando por un cementerio. Cuando Wood rodó este material no tenía aún ningún guión escrito, ni ninguna historia en mente, así que posteriormente lo que hizo fue adaptar todo a ese material de archivo que tenía del actor. Como apenas contaba con 5 minutos de imágenes de Lugosi, Wood contrató a Tom Mason, el quiropráctico de su mujer, para que actuara de doble en el resto de las escenas de la película. El problema era que Mason no guardaba ningún tipo de parecido con el fallecido actor, por lo que en todo momento aparece ocultándose la cara con la capa.

Tras el escaso éxito de “Plan 9 del Espacio Exterior”, Wood apostó por “Night of the Ghouls”, una secuela de su único éxito, “La Novia de Monstruo”, que a su vez estaba basada en una novela que él mismo había escrito. Con su equipo habitual, Wood rodó esta historia sobre un médium farsante que sin quererlo se ve involucrado en una auténtica situación sobrenatural. La película volvió a ser un fracaso, sentenciando el futuro de la carrera de Wood. Tras esta debacle, el director realizó en 1960 “The Sinister Urge”, donde ya se adentraba en el terreno del erotismo. A lo largo de la década de los 60, Wood no dirigió ninguna otra película, dedicándose a escribir los guiones que iban desde el erotismo hasta la pornografía suave. A principios de los 70 volvió a ponerse tras la cámara para dirigir él mismo, e incluso protagonizar algunos de estos títulos de explotación sexual. Por esta época Wood se había convertido ya en un alcohólico, y tanto él como su mujer, Kathy vivían amenazados por las deudas.

Wood falleció el 10 de diciembre de 1978 a la edad de 54 años, poco antes de que se publicara el libro “The Golden Turkey Awards”, que lo definía como el peor director de cine de todos los tiempos. Gracias a este libro se recuperaron sus películas de los años 50, tomándose como principales ejemplos del llamado Cine Psicotrónico, películas de muy baja calidad que consiguen encandilar al público por su valor delirante y surrealista. Una nueva generación de espectadores se acercaron a la figura de Wood y su filmografía con una actitud reverencial, y directores como David Lynch lo tomaron como referente para un nuevo tipo de cine.

El carácter de culto de Ed Wood llegó a su punto culmen en 1994 cuando el director Tim Burton llevó su vida a la gran pantalla. Burton realizó una cinta homenaje llena de humor y poesía, donde se ensalzaba sobre todo la pasión de Ed Wood por el Séptimo Arte. Sin ocultar las sombras de la vida del cineasta, la película ofrece un retrato amable de su protagonista, utilizando para ello muchos de los recursos propios de su cine. “Ed Wood”, la película, nos presenta una fotografía en blanco y negro, diálogos esperpénticos, decorados inverosímiles y buenos actores como Martin Landau o Johnny Depp ofreciéndonos interpretaciones grotescas y exageradas hasta el límite del histrionismo absurdo. Su objetivo era rescatar la belleza de ese cine cutre perpetrado por Ed Wood, consiguiendo así que el Peor Director de la Historia del Cine inspirara una de las mejores películas de la década de los 90.

Ed Wood es un ejemplo de muñeca rota del cine. Su sueño siempre fue triunfar en la Meca del Cine y ofrecer grandes películas como las que tanto le fascinaban en la gran pantalla, sin embargo, su eminente falta de talento acabó relegándole a la trastienda de la industria, donde con deshechos consiguió su mayor triunfo, abrirle las puertas a futuros artistas que como él, tenían una visión excéntrica del Séptimo Arte.