miércoles, 9 de marzo de 2011

“RIDÍCULA”. SILENCIOS Y SUBTEXTOS.

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El pasado jueves 24 de febrero se presentó en TEA Tenerife Espacio de las Artes el cortometraje “Ridícula” de Domingo J. González, la más reciente producción del colectivo de creación audiovisual Digital 104. Este estreno nos llegaba dos días después de la presentación en el mismo espacio de los trabajos de Rishi Daswani, Iván López y Josué Ramos, “El Resultado”, “Mientras Anochece” y “Ánima”, que ya comentados en este blog en una entrada anterior. Sin duda, fue una semana rica y excitante en cuanto a nuevas aportaciones al panorama audiovisual canario y una muestra ineludible de lo mucho y bien que está madurando el sector pese al difícil momento económico que atravesamos y que tanta mella está produciendo en el mundo de la cultura.

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En su presentación del equipo de la película, Emilio Ramal, responsable del área audiovisual del TEA alabó la coherencia y la rigurosidad con la que Digital 104 han regido sus producciones en estos cinco años de existencia. Ha sido un lustro de mucho trabajo, esfuerzo y visión creativa que esa pasada nos mostraba sus réditos con el que, en mi opinión, es el mejor trabajo de su filmografía. Las opciones estilísticas, formales y narrativas de este trabajo de Domingo González pueden comulgar más o menos con determinados sectores de la audiencia, pero no se puede negar una profunda reflexión y una robusta coherencia en sus postulados, no sólo dentro del corto en sí, sino también en relación con el tipo de propuesta cinematográfica que la productora lleva defendiendo durante todo este tiempo.

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“Ridícula” es una apuesta compleja y arriesgada, un cortometraje que habla de ausencia y responsabilidades, empleando como principales herramientas el silencio y la elipsis. Frente a la estilización de la imagen, la verdadera historia se construye a partir de lo que no vemos y de lo que no se nos dice, demandando del espectador un visionado atento y activo si no quiere llegar a los títulos de crédito finales desorientado con respecto a lo que le acaban de contar. Los personajes del corto atraviesan un momento de desconexión y buscan la forma de curar sus heridas, unas heridas que parecen surgir de la ausencia de la figura paterna. Como en la puesta en escena y el guión de Domingo González, esto lo podemos apreciar no por lo que se nos muestra, sino precisamente por los vacíos que provoca. En primer lugar en la cama, donde nada más empezar el corto vemos a la protagonista despertando sola, pero más tarde en la propia decoración de la casa, repleta de fotos familiares, donde sólo se encuentran los hijos de la protagonista y podemos intuir el hueco dejado por algún marco ausente.

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La vida de Laura (excelente Montse Germán) parece estar atrapada en un bucle existencial. Su desconexión de la vida familiar, delegada en manos de su madre, la rutina de su trabajo y la frivolidad vacua de sus salidas nocturnas nos presentan a alguien con un doloroso nudo emocional interior que no termina de desenredarse para dar salida a la angustia contenida. En esta crisis existencialista el único discurso es el silencio, una vez más la evidencia no está en lo que se dice, sino en lo que se oculta bajo la mirada perdida de Laura cuando se mira al espejo, cuando abraza a su hijo, en el trabajo, cuando introduce los suplementos dentro de los periódicos, cuando le pregunta a un desconocido si le parece ridícula, y, sobre todo, en el plano final.

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Laura no es la única que calla en lugar de clamar por lo que necesita. La abuela (Empar Ferrer) también prefiere mantenerse a un margen, a la espera de que la protagonista solicite ayuda, sin querer juzgar o advertir. Mientras, mantiene la casa y ejerce las labores maternales con los dos hijos pequeños. Estos marcan una evolución, una observación de lo que la distancia provoca dentro del seno familiar. El hijo pequeño, Adrián (Miguel Ángel Jeréz), aún busca el abrazo de su madre. Representa la inocencia ante el drama que le rodea. Por otro lado, su hermano Alberto (Eric Peña), ha pasado a otro nivel, bien sea por la llegada de la adolescencia o por el distanciamiento que siente de su madre busca consuelos emocionales externos (la pornografía o, al igual que su madre, salidas nocturnas que le evadan de la vida familiar). Existe un tercer plano, el de la ausencia física representado por Elena, la hija mayor, lejana por los estudios, pero también enfurecida con su madre y la desatención que tiene hacia sus hermanos. Resulta significativo que nunca veamos (salvo por fotos antiguas), ni escuchemos (intuimos lo que dice a partir de los comentarios de la protagonista durante una llamada telefónica) al único personaje que pone los puntos sobre las íes en la película.

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En general hay que alabar la dirección de actores, ya que pese a que los secundarios cuentan con poco tiempo en pantalla, su participación es precisa y elocuente, sorprendiendo por ejemplo la naturalidad de Miguel Ángel Jerez pese a su juventud y su inexperiencia actoral.

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La puesta en escena de Domingo González es depurada y fría, construida a partir de planos fijos, evitando cualquier juicio de valor sobre la protagonista y dejando que sean los espectadores quienes tomen una postura. El corto está estructurado en forma de viñetas vitales, separadas por expresivas transiciones en negro que cubren la discontinuidad narrativa de la historia, enfatizando el componente elíptico de la historia. En este sentido llama la atención la excelente dirección de fotografía de Santiago Torres y la detallada dirección artística de Eugenia Arteaga, indispensables para adentrarse en ese universo hermético que nos presenta Domingo González.

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“Ridícula” se merece una extensa andadura, como ya han tenido otros trabajos de la productora como “Algo que Aprender” o “Como Siempre”, y desde aquí le deseamos a Domingo González y su equipo la mejor de las suertes en esta nueva aventura. Para cerrar nos gustaría recomendar también la detallada e interesantísima crítica a este mismo trabajo publicada por el cineasta Josep Vilageliú en su blog “En Pos de la Ballena Blanca”:

http://enposdelaballenablanca.blogspot.com/2011/02/estreno-de-ridicula-un-corto-de-domingo.html

3 comentarios:

  1. Hola antes que nada quería agradecerte, las recomendaciones y entradas del blog la verdad es que las disfruto mucho. Siempre me surge la misma duda: me encantan los cortometrajes pero es sumamente difícil a veces encontrarlos o conseguirlos ¿podrías recomendarme algún lugar donde verlos? Me apasiona el arte de decirlo (o más bien mostrarlo) todo en el escaso tiempo que dura un corto. Gracias de antemano :)

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  2. Estimada Ina, muchas gracias por tus comentarios y me alegro de que disfurtes con las entradas del blog. Eso también estimula para seguir trabajando.
    Con respecto a los cortos, es difícil. El problema es que es un formato que sufre de problemas de distribución. En ocasiones los puedes encontrar en contenedores de video tipo youtube o vimeo, o también creadores que los cuelgan en sus propios sitios web. Afortunadamente internet en también un buen medio para contactar con gente, y si consigues localizar a la productora o al autor, es posible que solicitándoselo te puedan indicar cómo ver sus trabajos. Espero que tengas suerte.

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  3. Bueno muchas gracias, intentaré seguir buscando a muerte por internet jejjee Gracias a eso llegué a este blog y algunos interesantes, así que a falta de pan buenas son galletas o algo así era :)

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