lunes, 6 de diciembre de 2010

“AMANIA”. LA HONDA DE DAVID


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1. INTRODUCCIÓN
Conocí a Óscar Martínez hace aproximadamente un año, durante la presentación del primer tráiler de “Amania” que se produjo el 16 de diciembre del año pasado como complemento al estreno del cortometraje de Vasni J. Ramos “Buenas Noches”. En aquel momento la película estaba iniciando su etapa de postproducción después de más de un año de rodaje intermitente y, desde entonces, no sólo he podido ser testigo del desarrollo de este viacrucis final, sino que además he tenido el placer de ir conociendo a un director con el que puedo decir que comparto también una sana mitomanía cinéfila.
2. EL SUEÑO DE UNA AMBICIÓN
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Actualmente, en Canarias, sólo hay dos formas de dedicarse al cine: o te lo costeas de tu bolsillo o logras algún tipo de subvención pública (en este segundo caso incluso el dinero va principalmente a sufragar los costes de la producción, pocos son los que sacan verdadero beneficio económico o incluso remuneración por su trabajo), por regla general, de patrocinio privado ni hablamos a menos que exista de antemano la ayuda de alguna institución. Una vez finalizada la producción tampoco existen muchas posibilidades de dar salida a tu trabajo. Apenas existen medios de distribución que ayuden a que las películas se vean. Todo queda en algunas proyecciones privadas, el paso por varios festivales (con suerte, algunos fuera del ámbito insular) y, finalmente, el visionado on-line. Al final del camino muchos se plantean si realmente vale la pena todo el esfuerzo, pero afortunadamente la necesidad de seguir creando acaba imperando por encima de la cruda realidad.
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Un proyecto como “Amania” debía enfrentarse a diferentes resistencias para salir adelante. En primer lugar, la viabilidad de poder llevar a cabo la ambientación de la época, algo que se logró gracias a una extensa labor de localización para buscar paisajes dentro de la isla de Tenerife que pudieran simular ser Jerusalén y al Ayuntamiento de Adeje, que cedió el vestuario empleado en su escenificación de la Representación de la Pasión de Cristo en Semana Santa (desde luego no todo lo realista que precisaba la historia, pero que sí permitía depositar el esfuerzo de producción en otros campos ineludibles para el buen desarrollo de la película). A continuación había que reunir un amplio grupo de actores, extras, técnicos, equipo de producción, etc., para lo que la capacidad de convocatoria entre los amigos y familiares de Óscar Martínez superó la prueba satisfactoriamente. Finalmente, se imponía afrontar un arduo proceso de postproducción, con una extensa labor de infografía no sólo para generar aquello que no se podía crear físicamente en el set de rodaje, sino también para borrar de la vista aquello que, por cuestiones de coherencia cronológicas, no debía estar allí (postes de alta tensión, casas y pequeños pueblos). Todo ello sin generar costes económicos o saliendo del bolsillo de su director (como, por ejemplo, la enorme losa circular que cierra el sepulcro de Jesucristo antes de la resurrección). Y no olvidemos que esto no es el fin en sí, por encima de todo había que generar una historia y unos personajes que atrajeran a los espectadores, les entretuviera y les transmitiera un mensaje.
3. EL ENEMIGO INTERIOR
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Óscar Martínez lo dejó claro en su presentación de la película antes de la proyección. Para él, “Amania” tenía dos objetivos concretos, en primer lugar, entretener a su público con una historia épica, de aventuras y fantasía, que les mantuviera en la butaca los 54 minutos de su metraje. Por otro lado, el director veía la historia como una alegoría sobre el cáncer, una enfermedad generada por el propio cuerpo humano y para la que, pese a los avances que ha hecho la humanidad en otros campos, aún no se ha podido encontrar una cura.
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“Amania” no es, por lo tanto, una película sobre la religión, sobre el Nuevo Testamento o sobre Jesús de Nazaret. Es una película sobre el mal como infección. Que la figura del Demonio se presente bajo encarnaciones de decrepitud y vejez o que la protagonista de la historia sea una mujer marcada por diferentes dolencias sirve para subrayar este concepto de la enfermedad como exterminador de la humanidad. A grandes rasgos podríamos interpretar la película como la propagación de la enfermedad (Azazel) por el cuerpo humano (Jerusalén), cuya única salida es la posibilidad de cura que representa Amania, armada con la defensa (la lanza de Longinos y un pedazo de la Sábana Santa) que le ha otorgado una entidad externa (Jesús). Así, la figura de Jesús como Mesías viene a representar la religión, la medicina o cualquier otro aspecto en el que depositemos nuestra esperanza para encontrar la erradicación del cáncer.
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Este mensaje adopta la fórmula de una cinta de aventuras. “Amania” es al mismo tiempo una búsqueda y una persecución. La búsqueda de la protagonista de las respuestas a las dudas que le asaltan (sobre la muerte de su padre, sobre la acusación que pesa sobre ella de matar a varias personas o sobre lo que Jesús quiere de ella). A lo largo de la cinta, Amania tendrá que enfrentarse en tres ocasiones con el demonio que la persigue. En cada duelo, Azazel ofrece una encarnación diferente, a cargo de los actores Mary Luz Santana, Ramón Reyes y la propia Irene Álvarez. Martínez logra que estas apariciones resulten verdaderamente estremecedoras, al mismo tiempo que narra con contundencia y fuerza el tratamiento de estas épicas batallas. A falta de mayores medios que permitieran desarrollar más la lucha, la puesta en escena y la notable presencia de los actores en pantalla (pocos demonios del cine resultan tan aterradores como Ramón Reyes, cuyo rostro en la película bien podría dar para una escalofriante máscara de Halloween) ofrecen momentos de tensión y violencia, sin que tenga que haber contacto físico entre los personajes.
4. UNA MUJER LLAMADA AMANIA
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Óscar Martínez ha comentado también que “Amania” parte con la intención de ser un tributo a la figura de la mujer maltratada y a su fortaleza. Por ello quiso que el protagonismo de la película recayera en un personaje femenino, una mujer víctima de vejaciones y enfermedades que se rebela contra su condición de mártir para convertirse en la heroína de la historia. Pese a su minusvalía, su enfermedad y las torturas a las que se ha visto sometida, desde el principio de la historia, Amania se presenta como una mujer fuerte y decidida, adelantada a su tiempo y capaz de encararse con determinación contra el abuso del poder. A lo largo de la película este carácter inicial se va fortaleciendo, algo fundamental para ese enfrentamiento por etapas con Azazel que culmina con una lucha a muerte consigo misma, con sus miedos y su enfermedad.
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Para reflejar todo esto era necesaria una actriz también de gran fortaleza y presencia en pantalla, algo que Martínez supo encontrar en Irene Álvarez. Ella no sólo resuelve con solvencia las duras pruebas físicas que supone el papel (las partes de acción y persecución, la minusvalía del personaje), sino también el amplio espectro de emociones que despliega. En la figura de Amania confluyen elementos contradictorios como la rabia y la comprensión, el entendimiento y la inocencia, el amor y el miedo, la esperanza y la duda, y Álvarez se las apaña para dar coherencia y verosimilitud a cada una de ellas, al mismo tiempo que sostiene con su presencia todo el peso de la película (salvo un par de secuencias puntuales, la actriz está presente en todo momento en pantalla).
5. LA FIGURA DEL PADRE
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Junto a Irene Ávarez es fundamental también la aparición de los actores José Luis de Madariaga y José Antonio López. El primero, uno de los rostros perennes del cine hecho en Canarias, interpreta al padre de Amania, desarrollándose entre ambos una de las secuencias más emotivas de la película gracias a la humanidad que desprende el actor. Es cierto que su participación en la cinta es breve, pero la presencia de su personaje se hace notar a lo largo de todo el metraje, como un aura protectora alrededor de la protagonista.
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Por su parte, Juan Antonio López partía de una posición de ventaja a la hora de interpretar a Jesús, ya que se trata de un personaje que ha recreado en multitud de ocasiones en las representaciones de La Pasión en el municipio de Adeje, y eso se nota en su trabajo. No es fácil ponerse en la piel de un personaje con ese peso histórico a sus espaldas, sin embargo López se muestra cómodo en las sandalias del Mesías.
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Ambos personajes ejercen una postura paternal hacia Amania, convirtiéndose en los dos únicos referentes emocionales para una protagonista marcada por la repulsa y las vejaciones ajenas. Sin embargo, como en todas las historias de este tipo, los dos darán un paso atrás para depositar en ella la resolución y el mensaje final de la película. En cierta forma, la hija se convierte en madre, y los padres en hijos.
6. ARTESANÍA NARRATIVA
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Óscar Martínez es un director de la vieja escuela con una puesta en escena basada más en la expresividad del plano que en las florituras de montaje que imperan en el cine moderno. Dejando a un lado el mensaje de la película, en “Amania” lo que podemos apreciar es un ejercicio narrativo con referentes como John Carpenter o M. Night Shyamalan. Ante la escasez de medios, Martínez opta por dar un énfasis continuo a la imagen con una planificación diseñada para que, posteriormente en montaje, la historia suponga un crescendo constante al espectador. Esto es especialmente notable en las cuatro set pieces principales que componen la película (los tres enfrentamientos con Azazel y el encuentro final con Jesucristo), pero también hay otros momentos notables, como la secuencia del Gólgota. Es cierto que en ocasiones esta puesta en escena enfática resulta un tanto excesiva, pero en otras da pie a planos de gran belleza plástica.
7. JERUSALEM DIGITAL
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Como decíamos antes, uno de los aspectos cruciales de la película era acercarse a una representación verosímil de la época y el lugar. En esto entra en juego la postproducción y concretamente el apartado de infografía, con un equipo encabezado por Vasni Ramos, Xerach Cruz y Hugo Alemán. En sus manos estaba el amplio despliegue de creación y retoque digital, algunos necesarios (como el borrado de múltiples postes de alta tensión), otros pensados para sorprender al espectador (las alas del demonio, el ascenso a los cielos de Jesús), pero también otros que rozan el lucimiento gratuito (la recreación digital de Jerusalén resulta impresionante, pero también supone un exceso de trabajo para algo que apenas ocupa siete segundos en pantalla y que no aporta nada relevante a nivel narrativo). En cualquiera de los tres casos, se trata de un excelente trabajo de postproducción en condiciones poco ventajosas.
8. CONCLUSIÓN
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A Óscar Martínez se le podrían achacar algunas cosas con respecto a “Amania”: un exceso de ambición a la hora de llevar a cabo un proyecto de esta magnitud sin los necesarios apoyos económicos, una cierta inocencia romántica ante los hándicaps de su película o incluso, para algunos espectadores, una exuberante imaginación (y/o impertinencia religiosa) a la hora de interpretar el Nuevo Testamento, sobre todo en el tramo final de la historia. Yo sinceramente todo esto lo veo más como un ejemplo de perseverancia, trabajo y valentía.
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4 comentarios:

  1. Hola buenas noches ha habido un error en este artículo las Alas del Demonio han sido creadas por Juan Francisco Hdez Martin.

    Un saludo.

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  2. Estimado Juan, gracias por la precisión, pero más que de un error se trata de una omisión (lamentablemente necesaria ya que no puedo mencionar a todas y cada una de las personas que han participado en la película). En el artículo hago referencia a Vasni Ramos, Xerach Cruz y Hugo Alemán, pero no como autores absolutos de todo el apartado infográfico, sino como parte de un equipo más amplio. Lo mismo sucede, por ejemplo, con Gustavo García que participó en la creación de Jerusalén y del que tampoco hago referencia, o en otros apartados, con actores como Enrique Fajardo o Javier Martos. No es mi intención ignorarlos o menospreciar su labor, pero hacer justicia a todos los que han participado supondría escribir un libro y no sólo una crítica.
    Espero que lo puedas comprender.

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  3. Gracias por la aclaración.
    Un saludo.

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  4. Aqui Gustavo García. Gracias por la reseña ejeje
    Saludetes!

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