CINE CATÓDICO. SERIES DE TELEVISIÓN ADAPTADAS AL CINE (PARTE II)

EXPLOTANDO EL FILÓN

Llegados ya al nuevo siglo, la fiebre por adaptar viejas glorias televisivas no desapareció, sino que más bien se incrementó debido al desbordante éxito en taquilla de algunos títulos. Una de las principales responsables de esto es “Los Ángeles de Charlie”. Aunque las dos versiones cinematográficas que se han realizado parecen más una parodia con sus exageradas escenas de acción infladas a golpe de efectos digitales, el público respondió en taquilla atraído sin duda por el atractivo de su trío protagonista. En esta ocasión las legendarias Jaclyn Smith, Cheryl Ladd y Farrah Fawcett (por atenernos a la agrupación más popular) fueron sustituidas por Drew Barrymore (también productora de la cinta), Cameron Diaz y Lucy Liu. Las tres actrices ofrecieron una interpretación desenfadada, llevando al extremo todo tipo de clichés sexistas para subrayar el tono humorístico de la adaptación. Al final, el único punto en común con la serie original era la voz de Charlie que siempre ha sido interpretada por el actor John Forsythe, al que nunca se le llegó a ver la cara y que también tiene un hueco en la historia de la televisión gracias a su papel de Blake Carrington en otra serie antológica, “Dinastía”.

Los avances en efectos digitales han supuesto también una ruptura en las barreras que separan el cine de animación y el de imagen real. Si ya con “Los Picapiedras” se intentó reproducir con actores de carne y hueso el espíritu del cartoon, en 2002 le llegó el turno a otra de las más populares creaciones de Hanna-Barbera, “Scooby Doo”. Este famoso perro cobarde, acompañado de sus amigos de la Máquina del Misterio (aquella psicodélica y destartalada furgoneta que les llevaba de aventura en aventura), se sumaban a las nuevas tecnologías en una comedia protagonizada por rostros juveniles en alza como Freddy Prinze Jr. (Fred), Sarah Michelle Gellar (Daphne), Mathew Lillard (Shaggy) y Linda Cardellini (Velma). Una vez más, se procuró replicar la estética del show televisivo, lo que llevó a los actores a representar a sus respectivos personajes de manera un tanto histriónica, algo que en los dibujos animados se daba por aceptado, pero que en una cinta de imagen real resultaba chocante. Scooby y Scrappy fueron generados por infografía, haciendo un esfuerzo para que pudieran interactuar de manera realista con los actores de imagen real, pero sin alcanzar la ternura y la simpatía del dibujo animado. Además en ocasiones el sentido del humor traspasaba los límites de lo aceptable. Aún así generó una secuela casi instantánea con peores resultados.

La adaptación de series policíacas y de espionaje al cine se seguiría manteniendo. El modelo de la franquicia de “Misión Imposible” marcado por Tom Cruise llevó a los estudios de Hollywood a querer repetir ese éxito. “El Santo” había fracasado en el intento, y como hemos visto, “Los Ángeles de Charlie” cogería otros caminos. Así, en 2005 tocó el turno a “S.W.A.T.”, más conocida en nuestro país como “Los Hombres de Harrelson”. De nuevo, se partía de buenas intenciones: un reparto variopinto con actores de gancho comercial (Samuel L. Jackson y Colin Farrell y Michelle Rodríguez que, en aquel momento, estaban despegando en sus carreras cinematográficas), un director, Clark Johnson, experimentado en series de televisión de prestigio (“Homicidio”, “Ley y Orden”, “El Ala Oeste de la Casablanca”) y una cuidada producción, sobre todo para el apartado de las escenas de acción. Desgraciadamente, la cinta tropezó con un pobre desarrollo de personajes, la introducción de escenas inverosímiles en una historia que pretendía apostar por cierto realismo y una alarmante carencia de ritmo en la puesta en escena. El resultado se canjeó por una floja recepción crítica y comercial, cayendo rápidamente la película en el olvido.

Si “Los Ángeles de Charlie” parecía más una parodia que una adaptación por su tono abiertamente humorístico, en el caso de la versión cinematográfica de “Starsky & Hutch” esto iría aún más lejos. En lugar de una adaptación a la pantalla grande de la serie, la película se convirtió en una película más de la pareja formada por Ben Stiller y Owen Wilson, quienes ya habían coincidido en títulos como “Zoolander” o “Los Padres de Ella”. En ningún momento se adaptó la interpretación de los actores a sus personajes, más bien lo contrario. Es cierto que en la serie original había bastante humor y que algunos aspectos de la relación entre los dos protagonistas podían llevar a cierto componente paródico, sin embargo, en el fondo se mantenía como una serie de detectives. Por su parte, la película daba más la impresión de ser el repertorio habitual de Stiller y Wilson, pero esta vez con los actores disfrazados de Starsky y Hutch.

De estas versiones paródicas de series clásicas se dio el salto al puro despropósito con “Aeon Flux”. La película partía de una serie de animación creada para la MTV, que alcanzó un gran éxito por las características de su animación vanguardista y por ofrecer unas historias cargadas de violencia explícita y con un cierto grado de erotismo malsano. Su protagonista era una espía dispuesta a enfrentarse a la tiranía en un futuro distópico, llevando a cabo para ello acciones moralmente cuestionables. Sin embargo, a pesar de contar con una actriz como Charlize Theron (quien acababa de ganar un Oscar por su trabajo en “Monster”), que se esforzó en estar a la altura en lo referente al trabajo físico que conlleva el personaje (tanto en la carga sexual del personaje, más atenuada que en la serie, como en la realización de escenas de riesgo), la película se hunde en el más espantoso de los ridículos. Los componentes de ambigüedad moral de la historia original son eliminados por completo, quedando una cinta simplista, pésimamente realizada por su directora Karyn Kusama.

“Los Duques del Peligro” era una comedia ambientada en el estado rural de Georgia que alcanzó gran popularidad en Estados Unidos a principios de los 80 gracias a sus alocadas escenas de persecuciones, llevadas a cabo por sus dos descerebrados protagonistas, y la carga erótica de la explosiva Catherine Bach. La popularidad de la serie se extendió a otros países, generándose además un cierto culto hacia lo vehículos que utilizaban los protagonistas, especialmente el General Lee, un Dodge Charger R/T Modelo 1969 de color rojo. Para recuperar la serie en la gran pantalla (que en nuestro país recibió el pernicioso título de “Dos Chalados y Muchas Curvas”) se contó con Johnny Knoxville (“Jackass”) y Sean William Scott (“American Pie”), dos actores que daban perfectamente el perfil de atractivos pero atolondrados, mientras que el papel de su prima Daisy fue a parar a las manos de la cantante y actriz ocasional Jessica Simpson. Con un guión del poco afortunado John O`Brien (quien ya había perpetrado la adaptación de “Starsky & Hutch”) y la dirección del poco interesante Jay Chandrasekhar (autor de sonrojantes comedias como “Supermaderos”) la cinta fue un auténtico fracaso, obteniendo siete nominaciones a los premios Razzies de ese año.

Otro camino errado lo encontramos en la adaptación de “Embrujada”, donde la directora Nora Ephron intentó dar un toque de originalidad al contar la historia de un remake de la “Embrujada” de los años 60 para el que se contrataba a una bruja auténtica con gran parecido a Elisabeth Montgomery. De esta manera se pretendía mantener el romance y la comedia de la serie original al mismo tiempo que se daba un enfoque más moderno. Sin embargo, Ephron, que en ocasiones anteriores, como “Algo para Recordar”, había obtenido mejores resultados en este tipo de actos de nostalgia, no supo desarrollar la historia ni sacar partido de actores como Nicole Kidman, Shirley McLaine o Michael Caine.

No todas las adaptaciones de series de televisión resultaron tan desastrosas. Mejor fortuna tuvo “Serenity”, versión cinematográfica de la serie de culto “Firefly”. La serie original era una Space Opera, en la que se entremezclaban elementos de ciencia ficción con una estética y unos argumentos heredados del western clásico. Tras ver como la cadena cancelaba el show cuando estaba empezando a ganarse un público fiel, su creador Joss Whedon pensó que lo mejor era traspasar a estos personajes a una película. Se mantuvo a todo el equipo original y se mejoraron algunos aspectos que ya en la pequeña pantalla resultaban notables, como el diseño de las naves o los efectos especiales. El resultado fue una cinta muy entretenida y coherente con la serie original, cuyo punto flaco tal vez fuera que, en ocasiones, daba la sensación de tratarse de un episodio de televisión hinchado hasta lograr la duración standard para el cine. Desgraciadamente el tirón de la película dependía también de la popularidad de la serie, por lo que especialmente en el mercado extranjero, la recaudación en taquilla no fue demasiado llamativa.

Evidentemente una de las claves de la fidelidad de “Serenity” con respecto a la serie original era el tratarse de un proyecto desarrollado por su propio creador, sin embargo, esto no siempre es garantía de éxito. En el caso de “Corrupción en Miami”, la cinta venía dirigida por Michael Mann, cuyos inicios estuvieron marcados precisamente por su posición de guionista y productor de esta mítica serie. Durante mucho tiempo, Mann se negó a llevarla a la gran pantalla, debido a un cúmulo de malas experiencias que le llevaron a la cancelación del programa. Sin embargo, tras la insistencia de Jaime Foxxx, vio la oportunidad de dar una vuelta de tuerca a los conceptos iniciales y adaptarla al estilo de cine de acción que él estaba desarrollando tras “Heat”, gracias al cual se había granjeado una sólida reputación como director. Desgraciadamente, si bien la película responde perfectamente a esa estética de su director, Mann no alcanzó el nivel que demostró en la cinta de Pacino y DeNiro o en “Collateral”. Por otro lado, los espectadores nostálgicos de la serie, se sintieron defraudados ante una película que mantenía pocos nexos en común con su referente, por no hablar de la ausencia total de química entre los miembros del reparto.

En 2007 por fin llegó el momento del estreno de “Los Simpsons”, una película que llevaba anunciándose desde 1997. Su creador, Matt Groening, siempre había dicho que esta popular familia televisiva no daría el salto a la gran pantalla hasta que no encontraran el guión adecuado, algo que era complicado ya que la elaboración del show semanal ya suponía un gran esfuerzo creativo a los guionistas. Finalmente, en un desesperado “ahora o nunca” se pusieron manos a la obra en 2003, llegando a realizarse un total de 158 borradores hasta que encontraron el definitivo. Debido a las características estéticas, el paso al cine no podía suponer excesivas mejoras o cambios en el terreno de la animación (como también había sucedido con “South Park”). Se le dio una mayor ampulosidad a los personajes y se amplió el uso de la tecnología digital, sin embargo, al final, la película no pudo superar la comparativa con la serie. Una vez más, la impresión era la de haber estirado la duración de un capítulo hasta alcanzar los 80 minutos, sin tampoco llegar a ser uno de los guiones más ocurrentes, irreverentes o simplemente graciosos de los presentados a lo largo de la larga existencia del show. Después de un paso un tanto decepcionante por las salas, “Los Simpsons“ ha continuado su andadura en televisión, sin que su puesta de gala cinematográfica haya supuesto cambio alguno en su desarrollo.

 

Otra serie revolucionaria en los 90, que marcó tendencia en la televisión estadounidense, fue “Sexo en Nueva York”. Tras seis temporadas mundialmente aplaudidas, donde los guionistas supieron alternar con inteligencia el lado más frívolo y reivindicativo de las mujeres de cara a la llegada del siglo XXI, la serie fue cancelada ya con intención de que la continuidad de las historias tuviera lugar en las salas de cine. Los roces entre algunas de las actrices protagonistas, especialmente entre Sarah Jessica Parker y Kim Cattrall, y la intención de éstas de buscar nuevos caminos en Hollywood aprovechando la fama obtenida paralizaron este proyecto, que no fue recuperado hasta cuatro años más tarde, en 2008, ante la evidencia de que sin el empuje de la serie, la carrera de ninguna de ellas iba a poder aspirar a algo más que a comedias románticas de baja estofa. El salto al cine debía haber sido por todo lo alto, con un momento cumbre, la boda de Carrie Bradshaw y Mr. Big, pero lejos de aprovechar las posibilidades del medio para enfatizar los componentes más críticos con la sociedad estadounidense, se optó por trivializar los logros de la serie para reconvertirse en una pasarela de las principales marcas de moda. La secuela no tardó demasiado en ponerse en marcha confirmando de manera penosa la perdida de argumentos de la serie.

Los visionarios hermanos Wachowski, creadores de la trilogía de “Matrix”, optaron también por la adaptación de una serie de televisión para continuar su carrera como directores tras finalizar la saga de Neo y compañía. En este caso, los cineastas, adoradores del mundo del manga y el anime japonés, escogieron la serie de animación “Speed Racer”, creada en 1967 por Tatsuo Yoshida (responsable también de otros clásicos como “Comando G / La Batalla de los Planetas”), y utilizaron las más avanzadas técnicas infográficas para crear un verdadero delirio de referencias y estética psicodélica postmoderna que, a la postre, acabó fracasando en taquilla. Hubo quien defendió el riesgo y el virtuosismo visual de la película, pero la querencia de los directores por algunos recursos narrativos propios del anime tradicional y un perfil de personajes demasiado simplista e infantil no encontró el aplauso del público mayoritario, que esperaba algo más de los autores de “Matrix”.

La amplia oferta de adaptaciones de la televisión al cine que llegó a las salas en 2008 se cerró con “Superagente 86”, revisión de la mítica serie creada por Mel Brooks en 1965 y protagonizada por Don Adams. El programa nació a la sombra del éxito de James Bond (un año antes se había estrenado “Goldfinger”, la cinta que había lanzado de manera definitiva la fama del agente 007) y pretendía ser una versión paródica de otra famosa serie de espías, “El Hombre de C.I.P.O.L.”. La versión cinematográfica no quiso innovar en exceso los elementos originales (a pesar de que la serie de Brooks se reía de la confrontación EEUU y URSS durante la Guerra Fría, renombrando a la KGB y la CIA como KAOS y CONTROL), de esta manera se pudieron recuperar algunos de los gadgets míticos del programa, como el descapotable de Maxwell Smart, su zapatófono o el Cono del Silencio. Steve Carrell y Anne Hathaway quedaron como respetables herederos de los personajes de Don Adams y Barbara Feldon, y la película resultaba un amable ejercicio de nostalgia aderezado con algunos toques de comedia norteamericana reciente (de la mano principalmente de Carrell, quien sabe llevar al personaje a su propio terreno sin traicionar el legado de Adams).

La moda de estrellas juveniles (procedentes principalmente de las filas de Disney Channel) también ha encontrado el puente hasta las salas de cine. De entre toda la nueva hornada el caso más cercano al tema que tratamos aquí es el de “Hannah Montana. La Película”, donde las andanzas del doble personaje interpretado por Miley Cyrus llegaban a la gran pantalla para el disfrute de todos sus fans. La adaptación fue realizada por el mismo equipo que estaba llevando a cabo la serie y respetaba los temas principales, estética y elementos musicales. El tirón de la protagonista sirvió para llevar a la película a lo más alto de la taquilla, así como para promocionar nuevos discos y merchandising de Miley Cyrus. Tras su estreno, la serie se ha mantenido un año más en antena con el anuncio de que la cuarta temporada dará el cierre a la historia.

Siguiendo los pasos de “Los Ángeles de Charlie” y “Starsky y Hutch”, en 2009 el comediante Will Ferrell se encargó de protagonizar una versión humorística de “La Isla de los Perdidos”. La serie original tomaba suponía una fusión de las novelas “El Mundo Perdido” de Sir Arthur Conan Doyle y “La Familia Robinson Suiza” de Johann David Wyss (que también había servido de inspiración para “Perdidos en el Espacio”), con una familia atrapada en una dimensión paralela habitada por dinosaurios, primates prehistóricos y reptiles evolucionados. La serie tuvo buena acogida durante la década de los 70 en Estados Unidos y, a día de hoy, sigue manteniendo un nutrido grupo de fans. Sin embargo, la película, pese a respetar algunos elementos de la serie (incluso en la estética de algunas de las criaturas, lo que le da un tono un tanto anacrónico, ya que mantiene incluso cierta deficiencias del maquillaje de la época), se aleja de la adaptación purista y se convierte en una comedia surrealista a mayor gloria de un Will Ferrell en horas bajas. La película pasó sin pena ni gloria por la taquilla Estadounidense, siendo ignorada por los espectadores de aquellos países donde la serie no goza de tanta popularidad.

En este mes se han estrenado dos títulos de los que próximamente hablaremos de manera más extensa en este blog: “El Equipo A” y “Airbender. El Último Guerrero”. La primera es la adaptación de la popular serie de televisión de los 80, manteniendo su tono amable y aventurero, pero reconvirtiendo las aventuras de este comando en una cinta de acción estival a cargo del director Joe Carnahan (autor de “Narc” y “Ases Calientes”). En el segundo caso, el origen lo podemos encontrar en una popular serie de animación del canal Nickelodeon, de fuerte influencia oriental. Su adaptación al cine ha venido de la mano de M. Night Shyamalan, un cineasta de discurso muy personal que ha querido levantar su alicaída carrera tras un par de estrenos muy criticados (“La Joven del Agua”, “El Incidente”) con esta cinta de fantasía juvenil.

PRÓXIMAS ADAPTACIONES

Estos dos títulos no cierran las adaptaciones de series de televisión previstas para invadir las salas de cine en las próximas fechas. El 2011 se abrirá con la versión cinematográfica de “El Avispón Verde”, popular héroe justiciero de la década de los 70, cuya fama vino determinada en gran parte por la presencia de un por aquel entonces desconocido Bruce Lee en el papel de Kato, su letal ayudante. La dirección de la película corre a cargo de Michel Gondry, cineastas de culto habituado a cintas más complejas como “Olvídate de Mí” o “La Ciencia de los Sueños”, mientras que los principales papeles estarán interpretados por el cómico Seth Rogen y Jay Chou. En Febrero se estrenará una adaptación en imagen real de otro personaje de la cantera de Hanna-Barbera, “El Oso Yogui”. El protagonista, así como su inseparable amigo Bubu, estarán recreados por ordenador contando con las voces del humorista Dan Aykroyd y el cantante Justin Timberlake, respectivamente. Y también procedente de la programación infantil, el próximo verano volveremos a encontrarnos con “Los Pitufos”, siguiendo la misma táctica de fusionar imagen real con los personajes generados por infografía.

Para más adelante ya están anunciadas adaptaciones de “Aguila Roja” (con la que la industria española se suma a esta moda), “24” (anunciada continuación cinematográfica de esta popular serie protagonizada por Kiefer Sutherland, tras la cancelación de la serie después de 8 temporadas en antena), “Arrested Development” (serie de culto estadounidense, que recuperará a su reparto original para su puesta de largo en la gran pantalla en 2012) o “Dallas” (un proyecto que lleva años intentado materializarse y para el que se han barajado los nombres de John Travolta, como J.R., o Jennifer López, en el papel de Sue Ellen).

A pesar de los altibajos en lo referente a las recaudaciones de estas adaptaciones, está claro que Hollywood ha descubierto que la nostalgia, al igual que la violencia y el sexo, vende, y por lo tanto, estamos seguros que nos esperan aún muchos años por delante con adaptaciones de series a la gran pantalla.