lunes, 22 de marzo de 2010

GREEN ZONE


Tras el éxito de “El Mito de Bourne” y “El Últimatum de Bourne” (dos películas que han revolucionado el cine de acción de principios del siglo XXI), el director Paul Greengrass y el actor Matt Damon volvieron a aliarse para sacar adelante una historia ambientada durante la ocupación de Bagdad por parte de las tropas Norteamericanas en 2003, mientras se llevaba a cabo la búsqueda infructuosa de las armas de destrucción masiva que habían servido de excusa para la invasión. La película, inspirada en el libro "Imperial Life in the Emerald City: Inside Iraq's Green Zone" de Rajiv Chandrasekaran, nos ofrece (como su título indica) un acercamiento a esa Zona Verde, el palacio de Saddam Hussein, que se tomó como base de operaciones y que se presenta como un oasis de lujo y corrupción, frente al caos y la miseria que se vive de puertas afuera. 
Con este material de base, había dos posibles acercamientos. El primero, siguiendo la línea de cinta comercial, situada dentro del género de acción y adaptándose a las pautas marcadas por el propio Greengrass en sus otras dos películas con Damon. La segunda, una perspectiva más documentalista y crítica, centrando su atención en las corruptelas del poder y las rencillas internas. No por nada el director ya había mostrado previamente tener buen ojo para llevar temas espinosos a la gran pantalla, sin por ello perder el favor del público (las excelentes “Domingo Sangriento” y “United 93”, sobre el conflicto norirlandés y el ataque a las Torres Gemelas, respectivamente). En lugar de optar por un acercamiento u otro, Greengrass, de la mano de su guionista, Brian Helgeland (“L.A. Confidential”, “Payback”, “Mystic River”), ha preferido optar por un término medio, ofreciendo una cinta de acción trepidante, donde se deja algo de espacio para criticar la política estadounidense y el engaño perpetrado para poder ocupar Irak. 
A la cinta hay que reconocerle una excelente factura, muy en la línea de lo establecido previamente con las aventuras de Jason Bourne (es decir, nerviosos planos cámara en mano y montaje rápido, para dar una sensación de urgencia e inmediatez a la acción). La dirección de fotografía por parte de Barry Ackroyd (recientemente nominado al Oscar por “En Tierra Hostil”, y que ya había trabajado previamente con Greengrass en “United 93”) es de una complejidad y un esfuerzo notable, especialmente en lo referente a todo el bloque final, la secuencia climática de la película, rodada de noche y casi sin iluminación. Christopher Rouse nos ofrece también, una vez más, una loable labor de montaje, consiguiendo que ese aparente caos visual contenga una coherencia interna.  

Sin embargo, esa búsqueda del término medio es lo que acaba de frenar las posibilidades de la película. En primer lugar, el supuesto elemento de suspense, según el cual no había armas de destrucción masiva y todo fue una estratagema para el lucro particular de un grupo de políticos y asesores, ya no coge desprevenido a nadie. El personaje interpretado por Greg Kinnear carece de desarrollo, por lo que al final acaba siendo casi un villano de opereta. Por otro lado, sin quitar mérito al trabajo ejercido en las escenas de acción, la deuda de Bourne (potenciada por contar además con el mismo protagonista) es muy evidente y le resta independencia a la cinta, dando más la impresión de que se trata de un episodio independiente del personaje creado por Robert Ludlum. En esto último se puede intuir el miedo del estudio y de los creadores de la película a que “Green Zone” cayera en el mismo saco de fracaso comercial de otros títulos ambientados en la Guerra de Irak (“En el Valle de Elah”, “Leones por Corderos”, incluso la multioscarizada “En Tierra Hostil”), prefiriendo jugar una baza segura y centrar más la atención en ese vínculo con las exitosas secuelas de Jason Bourne que en la trama política de la cinta.
En general, “Green Zone. Distrito Protegido” es una notable película, muy bien ejecutada, pero a la que la falta de un enfoque claro y las deudas a títulos anteriores le acaban pasando factura.

2 comentarios:

  1. Ayer vi la pelí, si un poco tarde. Como bien dices tú buena factura, buena foto....pero creo que la trama esta muy diluida, vamos que en casi toda la película no terminas por ver exactamente de lo que va. Aún asi es entretenida y se deja ver con soltura, y el estilo de Gregrass me encanta...esa cámara nerviosa. Saludos Manuel.

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  2. A mi me entretuvo y le reconozco partes muy arriesgadas, como el bloque final a oscuras. Pero esperaba más, ni me impresionó tanto como las dos de Bourne, ni me pareció tan potente como "United 93".

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